“Todo el
territorio en situación de desastre producto del desmonte”, señaló
El presidente de la Fundación
Mandela de Chaco, Rolando Núñez, describió la situación en la provincia a raíz
de las impresionantes inundaciones que arrasaron campos y pueblos y afirmó que
“todo el territorio agrícola de la
provincia está inundado y en situación de desastre, con campos que tienen dos
metros de agua encima”. Explicó que ello se debe “al desarrollo del desmonte para la instalación de la soja, el girasol y
el maíz –todo transgénico- rompiendo el equilibrio o balance ambiental que nos
someten a inundaciones más inundaciones, sequías, inundaciones y sequías, en
una serie que permite contemplar que estamos en un ciclo, no en una situación
de contingencia”. Al respecto, aseveró que “se está dando un avance mayúsculo en territorios donde no se debe
desmontar ni hacer agricultura industrial, pero sin embargo el gobierno
chaqueño cedió el territorio a los grandes intereses de grandes empresarios
sojeros, girasoleros y maiceros de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe”. “No entendieron ni el gobierno provincial, ni
el gobierno nacional ni los productores que en la medida en que avanzaban
desmontando iban generaban las causas para el cambio climático localizado en la
provincia, que se asocia y combina con los factores generales que determinan
esta situación. Esto no es la naturaleza sino que es el hombre que atacó a la
naturaleza”, analizó.
En declaraciones realizadas al
programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Núñez indicó que “hay un planteo que preocupa y que se instaló
en los medios de comunicación porque o es un error o es un enfoque que tiene
una orientación para desinformar porque se habla de las consecuencias del
cambio climático cuando en realidad hay que analizar las causas del cambio
climático”.
Aseveró que “las consecuencias las estamos viendo, todo el territorio agrícola de la
provincia de Chaco está inundado y en situación de desastre, con campos que
tienen dos metros de agua encima” y analizó que “si se mira el viejo domo algonodonero con epicentro en Sáenz Peña y
analizamos el sudoeste chaqueño donde se desarrolló el desmonte para la
instalación de la soja, el girasol y el maíz –todo transgénico y con el paquete
agrotecnológico que todos conocemos- terminamos rompiendo el equilibrio o
balance ambiental en función de las características históricas –con algunas
contingencias- que nos someten a
inundaciones más inundaciones, sequías, inundaciones y sequías, en una serie
que permite contemplar que estamos en un ciclo, no en una situación de
contingencia”.
Al respecto, explicó que “en todo el sudoeste chaqueño se terminó de
eliminar el monte nativo de la vieja cuña boscosa chaqueña y ahora van por más,
van por El Impenetrable, y en el norte de Pampa del Infierno, Los Frentones,
Río Muerto y hasta el límite con Santiago del Estero que es zona protegida, se
está dando un avance mayúsculo, en territorios donde no se debe desmontar ni
hacer agricultura industrial, pero sin embargo el gobierno chaqueño cedió el
territorio a los grandes intereses de grandes empresarios sojeros, girasoleros
y maiceros de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe fundamentalmente”.
“Esto permitió que de 2012 en adelante comenzaran a desmontar la zona
protegida de bosques, y así estamos en este momento: con más de la mitad de
Chaco inundado que coincide perfectamente con la zona donde se hacía monte y
donde ahora se desarrolla la agricultura”, apuntó Núñez, que también
planteó que “no entendieron ni el gobierno
provincial, ni el gobierno nacional ni los productores que en la medida en que
avanzaban desmontando iban generaban las causas para el cambio climático
localizado en la provincia, que se asocia y combina con los factores generales
que determinan esta situación. Lo mismo ocurre en Santiago del Estero, Formosa
y Salta que todavía conservan retazos de esa vieja cuña boscosa del monte
chaqueño”.
Ante ello, se preguntó: “¿Por qué no terminamos de reconocer los
problemas, y que esto no es la naturaleza sino que es el hombre que atacó a la
naturaleza, que hemos descarrilado y por eso estamos en esta situación”.
En el marco de su argumentación,
mencionó que “si se analiza el régimen de
lluvias 50 años para atrás vemos los marcadores en isohietas que se corrieron
hacia el Chaco seco, y si se mira que allí se desmontó y hay chacras
transgénicas, lo que no contemplaron es que si bien avanzó hacia el norte-oeste
profundo del Chaco que es El Impenetrable, luego retrocedió y se están moviendo
constantemente producto de que hemos atacado el monte que se sintetiza en lo
que hoy se conoce como cambio climático, que es causado por el obrar humano y
no por la naturaleza”. (N.R. La isoyeta o isohieta es una isolínea que une
los puntos en un plano cartográfico que presentan la misma precipitación en la
unidad de tiempo considerada. Así, para una misma área, se puede diseñar un gran
número de planos con isoyetas, como las isoyetas de la precipitación media de
largo periodo del mes o las isoyetas de las precipitaciones anuales”).
Aseveró que esto “ya no es una contingencia, es un ciclo y no
se sabe cuándo vamos a salir del mismo” y mencionó que “la paradoja es que los
grandes productores piden ser indemnizados o compensados en sus pérdidas, pero
cuando tienen ganancias no las comparten”.
“Porque ese modelo de desmonte, quema de restos forestales, pasar la
rastra y habilitar la charca en un corto periodo ha generado grandes dividendos
y beneficios para muy pocos sectores productivos, que son los mega productores,
pero cuando se les inunda el campo quieren reparaciones con plata publica que
administran los gobiernos. Es un negocio completo: anti-ambiental, de
naturaleza netamente económica, productivista y además asociados con los
gobiernos cuando tienen pérdidas”.
Consultado por las comunidades
originarias de la zona, afirmó que “el
avance de la frontera agrícola transgénica significó el avance del desmonte
contra la población rural, y la mayoría de los criollos pobres, pequeños
productores minifundistas terminaron viviendo en asentamientos de localidades
cercana o se trasladaron a Resistencia o Sáenz Peña”.
Describió que “del total de la población metropolitana de
Chaco un tercio está en situación de indigencia, en asentamientos sin la mínima
urbanización y eso no responde al crecimiento vegetativo de la población propia
del área metropolitana sino al éxodo de la población rural de distintos puntos
de la provincia para encontrar oportunidades de trabajo y sobrevivir. En ese
sentido están muy afectados los criollos pobres y las comunidades indígenas que
fueron desplazadas a lo más profundo de El Impenetrable, dejando las tierras
fértiles o productivas cuyas poblaciones ya no existen”.
Por último, advirtió que “ahora hay otro problema porque como ya no
hay capacidad de escurrimiento ni de absorción en el territorio agrícola los
pueblos están siendo inundados y cuando pase este ciclo de inundación y se
retiren las aguas, nos vamos a encontrar con las consecuencias propias de un
pequeño tsunami de largo plazo, y veremos las consecuencias sanitarias,
económicas, ambientales, sociales, educativas de los sectores más pobres”.