Una firma trasandina, perteneciente al poderoso
grupo Luksic, se valió de un mapa que muestra a una zona argentina como
chilena. El espacio que utilizó para alojar residuos equivale cinco veces al
estadio de River. Un funcionario ya perdió su puesto ante un reclamo que no da
muestras de resolverse.
Por estos días se disputa en la zona cordillerana un revival
-menos pacífico por cierto- del último enfrentamiento entre Chile y Argentina.
En este caso no se da en el terreno deportivo sino en el
campo de los negocios.
La disputa ha ido creciendo a tal punto que en los últimos
días derivó en la salida de un funcionario de la primera línea política del
país trasandino.
El conflicto, que involucra millonarios montos en juego,
vuelve a colocar sobre la mesa uno de los temas más ríspidos de la relación
entre ambos países: los límites geográficos.
El inicio de las controversias tiene su origen en un choque
de megaproyectos controlados por dos mineras "peso pesado" ubicadas a
un lado y otro de la frontera.
En un "rincón", la compañía Glencore, que en la
Argentina opera un yacimiento de envergadura como el de Bajo La Alumbrera, en
la provincia de Catamarca.
Para tener idea de sus movimientos empresariales, este año
se comprometió a invertir nada menos que u$s3.000
millones para extraer cobre de las reservas de El Pachón, en territorio
sanjuanino.
Del otro, una compañía que propiedad del grupo chileno
Luksic, el más rico de Chile, que fuera denunciada por depositar residuos
contaminantes en terrenos de la primera. La empresa involucrada opera bajo el
nombre de Los Pelambres.
Se trata de una demanda multimillonaria y el origen de la
disputa es el límite geográfico que delimita donde empieza un país y termina
otro.
Concretamente, la compañía chilena depositó toneladas de
residuos mineros en una zona que, a su entender, pertenece a Chile. La otra
empresa, por el contrario, afirma que ese es territorio argentino.
La primera enfatiza que para sus operaciones utilizó un mapa
del Instituto Geográfico Militar confeccionado en 1985.
Éste fija el límite entre Argentina y Chile casi dos
kilómetros al este de lo que está. Es decir, establece que una franja del territorio
argentino fue "comida" por el país trasandino.
Según la argentina Glencore, la chilena ha dejado sobre
tierras albicelestes escombros y residuos mineros que ocupan una superficie
similar a cinco veces el estadio de River Plate.
En esa área se concentran hasta 50 millones de toneladas de
material rocoso y distintos insumos para la extracción (bajo el nombre de Cerro
Amarillo).
Disputa legal
¿Qué pasó entonces? La firma que opera en suelo argentino
(Glencore) elevó una denuncia a la Justicia Federal de San Juan y activó una
querella penal contra los principales ejecutivos de la compañía chilena (Los
Pelambres).
A estos últimos no sólo los acusa de haber violado
diferentes leyes vinculadas con el tratamiento de residuos peligrosos sino,
además, de haber presuntamente causado la contaminación de aguas cercanas,
producto de los distintos vertidos alojados en Cerro Amarillo.
La magnitud de la denuncia cobró tal fuerza del otro lado de
la Cordillera que se concretó la dimisión de Adolfo Galindo, el jefe de
Gabinete de la ministra de la cartera, Aurora Williams, según indicaron a
iProfesional fuentes del Ministerio de Minería chileno.
Complicación de Gobierno
Conforme el conflicto fue ganando en intensidad, han ido
trascendiendo documentos que lo "enredan" en la disputa comercial y
diplomática entre ambas compañías.
Al parecer, en medio de este litigio Galindo envió cartas
con membrete oficial a los abogados de la compañía que opera en la Argentina.
En las misivas afirma que la minera de los Luksic había
actuado "de buena fe", cuando los residuos fueron dejados en un
territorio (Cerro Amarillo) que, en principio, pertenecía a Chile.
No obstante, luego se determinó que ese lugar es suelo
argentino y que, además, es parte de la zona en la que opera la compañía
Glencore.
En este contexto, el ex jefe de Gabinete entregó copias con
su firma, sobre los peritajes técnicos que favorecían la defensa de la chilena
Pelambres.
Ahí se generó un segundo (y curioso) problema: los
documentos no contaban con la firma oficial.
La compañía chilena adujo que entre 2007 y 2011 se traspasó
la frontera porque la empresa no fue notificada.
A partir de este hecho y de la confusa participación del
entonces jefe de Gabinete, hace unos días desde el Ministerio ordenaron la
apertura de un sumario que ya estaría por concluir y en el que Adolfo Galindo
no saldría bien parado.
Ofensiva local
Desde Glencore enfatizan que se trata de "una obra
ilegal" y remarcan que el juez dictaminó "hace tres meses adoptar medidas ambientales precautorias". Sin
embargo, los demandados "aún no han
hecho absolutamente nada".
De acuerdo con fuentes cercanas a la causa podría
presuponerse que la empresa chilena o cometió un error o bien se aprovechó de
ese mapa para colocar los residuos en una zona más cercana a su área de
explotación.
De acuerdo con lo que pudo averiguar iProfesional, Los
Pelambres opera a casi 4.000 metros y produce a razón de 350.000 toneladas
anuales del mejor cobre.
El yacimiento, controlado por el gigante Luksic, inició su
funcionamiento en el transcurso del 2000 y se calcula que su vida útil superará
el año 2100.
Los Pelambres pertenecen en un 60% al emporio que encabeza
Andrónico Luksic, titular del holding homónimo, que opera bajo la sociedad
Antofagasta Minerales.
Con más de u$s13.500
millones según Forbes, el magnate ostenta la mayor fortuna de todo Chile.
Hace escasos días, desde el lado chileno aseguraron que no
hay residuos sino "roca inerte" y que, según estudios científicos,
"no se ha generado contaminación de
ningún tipo".
Desde Argentina se muestran reacios a cualquier salida
intermedia como la que proponen desde el entorno de Luksic.
"La única
solución definitiva admisible es la remoción de todo ese material de escombros",
argumentaron fuentes de la minera que opera desde este sueldo.
El problema es la suma millonaria que se requiere para
llevar a cabo esta operación: unos 200 millones de dólares, a los que hay
sumarle otros costos en lo referente a daño y reparación.
Añaden desde el lado argentino que en dos informes
ambientales aparecen signos de acidificación del agua. San Juan, además, intimó
a Pachón por daño del entorno.
A principios de julio, se conoció que Luksic, también en la
mira por un crédito a una firma de la nuera de Michelle Bachelet, contrató a la
ex canciller Soledad Alvear para tratar de revertir el conflicto en la frontera
que separa a Chile de la Argentina.
El contraataque
La minera chilena Los Pelambres hizo a principios de este
mes el primer movimiento en su defensa.
La empresa exige que intervenga un organismo binacional
(integrado por peritos de ambos países) para que éste deje en claro si los
residuos están del lado argentino o chileno, alegando cierta falta de claridad
en los límites.
Según medio sanjuaninos, el argumento es que Los Pelambres
construyó la escombrera con autorización del Estado trasandino, entendiendo que
se trataba de su territorio.
Sin embargo, la firma Glencore, que explota el
emprendimiento El Pachón, tiene la concesión del área damnificada y es quien
realizó tanto una demanda civil como una denuncia penal.
La presentación fue hecha por el abogado Fernando Echegaray
y el escrito resalta que la Justicia Federal argentina no tiene jurisdicción en
la disputa, la cual debe resolverse en instancias binacionales acordadas entre
ambos países.
De esta manera, el juez Leopoldo Rago Gallo, del Juzgado
Federal Nº 2, deberá decidir si acepta o no la presentación.
Si la rechaza, el magistrado seguirá con la investigación.
En cambio, si le hace lugar se debe disparar el mecanismo de selección, a
través de las cancillerías de los dos países, de peritos que conformen el ente
binacional para aclarar cualquier diferencia en los límites.
En el caso que se diera este último ejemplo, si los residuos
están del lado argentino, seguirá su marcha la causa en la Justicia Federal. Ahora,
si la escombrera se encuentra del lado trasandino, se abrirían interrogantes
sobre la concesión otorgada a Glencore.
El tema de los límites es un viejo argumento de Los
Pelambres, pero la zona en cuestión no ha estado en disputa y no ha sido modificada,
por lo que el planteo se encamina a ser rechazado, explicaron fuentes cercanas
al caso.
Un informe elaborado por una consultora para Glencore revela
que Los Pelambres depositó material con contenido ácido, y que han desaparecido
total y parcialmente lagunas por el avance de la escombrera.
El estudio señala que cuando todas estas se sequen, dejarán
de contener el material ácido y que llegará hasta el Río Carnicería, que
termina alimentando al San Juan.
Por su parte, Los Pelambres informó que presentó
un informe realizado por delegados de ambos países que indica que de las
muestras tomadas, en enero de este año, no hay signos de contaminación.
Fuente: iprofesional.com
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