Del tamaño de una cuchara de té y flexible como
una hoja de papel, “Gluno” brinda un análisis preciso e inmediato al colocarlo
sobre los alimentos. Su estructura es de plástico biodegradable y las paletas
de electrónica impresa pueden ser removibles y descartadas con facilidad.
Pablo invita a salir a Valeria. Valeria Acepta. Pablo decide
llevarla a un lujoso restaurante en Puerto Madero, aprovechando que su
automóvil estaba listo en el taller. La noche pronosticaba buenos augurios para
la reciente pareja que, en el día de los enamorados, se estaba formando. Pero
un inconveniente menos pensado arruinó la romántica velada.
La comida que le habían servido a Valeria estaba preparada a
base de harina, por lo que exigió al
mesero un nuevo plato sin nada de T.A.C.C. El mozo se disculpó y le ofreció
otro menú. Sin embargo, la incertidumbre y el miedo ya se habían apoderado de
Valeria, por lo que se marchó sin probar bocado.
Historias como la de Valeria y Pablo hay muchas. Según un
informe realizado por la Asociación Celíaca Argentina, en el país, 1 de cada 80
niños es celíaco y se estima que entre los adultos, 1 de cada 100 personas
padece celiaquía. Además, el informe asegura que en la actualidad por cada
celíaco diagnosticado hay 8 que desconocen su enfermedad.
Para hacerle frente a este problema, un grupo de diseñadores
industriales de la Universidad Nacional de Buenos Aires desarrolló un
dispositivo para detectar harina en los alimentos. En diálogo con la Agencia
CTyS, la diseñadora industrial por UBA, Jimena Mardones Buet, explicó que “el
proyecto está pensado para las personas que sufren celiaquía y que no pueden
darse el lujo de comer en cualquier lugar por temor a descomponerse. En este
caso, Gluno les permitiría hacer una revisión de la comida antes de ingerirla”.
El aparato funciona a
partir de la electrónica impresa, es decir, una nueva tecnología que posibilita
imprimir sensores, baterías, displays luminosos y antenas en envases, etiquetas
o productos determinados. Además, cuenta con una paleta descartable donde lleva
impreso electrodos y anticuerpos que son los responsables de detectar el
gluten. La reacción química solo puede producirse una sola vez, por lo que las
paletas deben ser removidas cada vez que se desee realizar un análisis.
“Gluno es un híbrido
que funciona con electrónica convencional e impresa, por ello es que lleva una
pila alcalina y cintas con propiedades electromagnéticas ligadas a las
paletas”, contó Mardones Buet, tras agregar que “la ventaja que tiene es que es
una tecnología muy flexible y puede ser aplicada sobre superficies tan livianas
como los alimentos. Justamente, este tipo de tecnología también es utilizada
con frecuencia en las etiquetas inteligentes que muchas veces vemos en
productos publicitarios”.
La experta sostuvo que el proyecto vendría a ser como la
jeringa que utilizan los insulinodependientes, ya que el tamaño de Gluno es
similar al de una cuchara de té y su estructura, de polipropileno, puede ser
guardado en el bolsillo del caballero, la cartera de la dama o en la mochila
para los más pequeños. “La realidad es que la contaminación en un plato de
comida puede ser muy mínima, tal vez uno cocina y del repasador se cae una
miguita y eso le ocasiona una descompostura terrible a una persona celíaca”,
reflexiona la ingeniera.
El grupo de investigación y desarrollo, integrado por Jimena
Mardones Buet, Hector Pablo Mendez y Teresa Dutari, presentó el trabajo al
concurso INNOVAR 2014 a la creatividad y contó con la asesoría de la Fundación
Gutemberg, quién les brindó información y material para utilizar la aplicación
de los sensores electromagnéticos.
Fuente: Agencia CTyS
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