Según los expertos, el fenómeno puede provocar
trastornos depresivos y en el sueño.
“En Cuyo y en la Patagonia se detectan casos de Trastorno
Afectivo Estacional en invierno, una depresión causada por las pocas horas de
luz solar durante la mañana, que también se registra en los países
escandinavos. Eso no ocurriría si todo el país estuviera en el huso horario –4,
explica Daniel Cardinali, médico, cronobiólogo e investigador del Conicet que
advierte que la luz matinal es clave para activar procesos biológicos del
cuerpo.
Desde la ciudad de Mendoza, otro investigador del Conicet,
el doctor en Meteorología Federico Norte, cuenta: “Hace unos años, una locutora radial decía a la mañana ‘señora, levante
a sus niños que es un día hermoso y brilla la Luna llena”.
El debate siempre vuelve. ¿Vale la pena vivir de acuerdo con
el horario solar real o se puede manipular para ahorrar energía? Ahora, una
investigación que publicó en Internet el matemático italiano Stefano Maggiolo
reveló que casi ningún país del mundo respeta su huso horario y que la
Argentina es el país más “desfasado” de América del Sur. Buenos Aires está una
hora adelantada de acuerdo con su “mediodía solar” –el momento en que el Sol
está en su punto más alto– y las provincias de Cuyo y de la Patagonia dos
horas. Si se mide estrictamente el mediodía solar, en algunas localidades el
“desfasaje” es incluso mayor a dos horas. Por eso, médicos y biólogos dicen que
Argentina debería recuperar el huso horario –4 (atrasar una hora el reloj) y
volver el huso que se aplicó a partir de 1920 por la Convención Internacional
de Husos Horarios, pero que nunca dejó de sufrir oscilaciones. Encima, desde
hace unos años la hora quedó fija todo el año en un lugar equivocado.
“El ahorro energético
nunca fue demostrado y, si viviéramos en la hora solar correcta, los efectos
sobre la salud mejorarían”, evalúa Cardinali. Norte agrega: “El huso horario actual del país es el del
meridiano 45, que pasa por Río de Janeiro. Eso genera algunos efectos en Cuyo:
la demora en la hora de cenar en verano, cuando oscurece pasadas las 21, o la
necesidad de siesta en pleno invierno por levantarnos de noche para iniciar la
actividad”, explica. Aunque con un efecto menos evidente, en Buenos Aires
también amanece y oscurece más tarde de lo que debería.
Si bien ningún experto habla de efectos graves o
irreversibles, todos consideran que volver al huso natural mejoraría la calidad
de vida. La postura, de todas formas, no es tajante. Patricia Agostino,
investigadora del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Quilmes,
considera que aunque no es lo ideal, “el
cuerpo humano puede adaptarse a un desfasaje de una o dos horas”.
Vivir fuera de la hora real también da lugar a cambios
culturales. Si las tardes son más largas, como sucede en Argentina, todo se
atrasa, incluyendo la cena o el inicio de las fiestas nocturnas. El resultado:
un aumento en los trastornos para conciliar el sueño en la población.
En el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de
Quilmes estudian casos extremos, como el síndrome jet lag, el conjunto de
síntomas producidos por viajar a un país lejano con varias horas de diferencia.
En ese escenario, se sufren insomnio, problemas digestivos y falta de
concentración, entre otras complicaciones, que pueden durar una semana hasta
que el cuerpo se readapta. “Pero esos
síntomas fuertes no se dan marcadamente por vivir en un huso horario equivocado”,
calma Agostino.
El debate sigue caliente en todas partes. La hora oficial de
España, por ejemplo, está alineada con el meridiano de Berlín desde la Segunda
Guerra Mundial. Por eso, los españoles tienen menos luminosidad a la mañana y
tardes largas. Cenan más tarde que los portugueses, que aplican otro huso
horario. En medio de la crisis, el Gobierno propuso retrasar los relojes una
hora para recuperar “productividad”. La medida fue apoyada por el Ministerio de
Salud. Pero amplios sectores de la población mostraron resistencia. La polémica
todavía no se cerró.
China, pese a tener el tercer territorio más extenso del
planeta, aplica la misma hora oficial para toda su superficie por motivos
políticos. ¿El resultado? En algunas regiones el desfasaje con la “hora real”
es de cuatro horas. Fuente: www.clarin.com/
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