Por Claudio Lowy. Ingeniero Forestal (UNLP). Master en
Desarrollo Humano Sostenible. Bios, RENACE. Argentina. ecolowy@gmail.com
El glifosato es para la OMS Clase III, banda azul, en el
2009, y en Argentina los formulados se siguen vendiendo como clase IV, banda
verde, la de menor clasificación toxicológica en un grupo de cinco.
Para la IARC/OMS, en el 2015 el glifosato es probablemente
cancerígeno, Clase 2 A, la segunda más peligrosa también de cinco.
La diferencia entre las dos evaluaciones es la seriedad y
cientificidad de los estudios considerados y la composición del grupo de
expertos que realizaron ambos informes.
En noviembre del 2010, haciéndose eco de la petición de
miles de ciudadanos, el Defensor del Pueblo de la Nación emitió la Resolución
147 recomendando al Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación
el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos biocidas
utilizadas por el SENASA para su registro. Los miles de ciudadanos se
identificaron con sus nombres, número de documento, distrito de residencia,
actividad y su firma en planillas de papel. En la primera planilla, junto con
tantos otros, figuran el investigador Andrés Carrasco y el militante ecologista
Javier Rodríguez Pardo.
La clasificación toxicológica vigente del SENASA se basa en
las recomendaciones de la OMS del 2009, donde el grupo que clasificó al
glifosato está integrado por expertos sin representación territorial ni de las
diferentes escuelas de pensamiento y tuvo como observador a un empleado
jerárquico de la corporación Monsanto. Ese grupo consideró trabajos que
mayoritariamente fueron realizados o provistos por las empresas interesadas, no
fueron publicados en literatura científica ni son de acceso público, por lo que
no son trabajos científicos.
La Resolución del Defensor del Pueblo recomienda modificar
la metodología utilizada en la clasificación toxicológica de los agroquímicos
de manera tal que:
1.- Abarque al
conjunto de todos los daños a la salud que el producto pueda ocasionar (letal y
subletal, agudo y crónico).
2.- Hasta tanto
se realice la revisión de la clasificación, los agroquímicos aprobados que no
tengan evaluado el grado de su toxicidad en las dosis subletales y crónicas,
sean clasificados como “I.a: sumamente peligrosos, muy tóxicos”, e
identificados con banda roja.
3.- Los
formulados de los agroquímicos sean clasificados con la toxicidad mayor que
puede corresponder a la del componente más tóxico o al formulado considerado
integralmente.
4.- Los estudios
sobre los que se basan las clasificaciones de los agroquímicos, deben ser
realizados por entidades de acreditada y reconocida independencia de criterio.
Por la Mesa de Entradas del Minagri se presentaron más de
14.000 firmas de ciudadanos que peticionan el cambio de metodología de
clasificación de los agroquímicos biocidas y el cumplimiento de la
recomendación del Defensor del Pueblo de la Nación. A pesar de ello, el Senasa
y el Secretario hicieron caso omiso tanto al reclamo como a la recomendación
del Defensor, lo que hace que los formulados del glifosato se sigan vendiendo
en la Argentina como Clase IV, ignorando incluso las propias resoluciones
oficiales.
La clasificación de la Agencia Internacional para la
Investigación sobre el Cáncer de la OMS (IARC) del glifosato como probablemente
cancerígeno se sustenta en el cambio de la metodología de clasificación
utilizada, que está en línea con lo peticionado por los ciudadanos y
recomendado por el Defensor del Pueblo cinco años antes. Los cambios están
indicados en el mismo informe de la IARC. El cuadro de abajo resume las
divergencias entre la seriedad, metodologías, cientificidades y conclusiones
resultantes de ambos estudios
Claudio Lowy. Ingeniero Forestal (UNLP). Master en
Desarrollo Humano Sostenible. Bios, RENACE. Argentina. ecolowy@gmail.com (011)
1564675187
Fuente: centromandela.com
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