La
educación ambiental es un tema transversal en los colegios, como la educación
para la paz o para la salud. Los hábitos de reciclaje en la infancia perduran
para siempre
Realizar máscaras de Halloween
con envases y animales de granja con tubos de cartón, levantar un huerto o
plantar árboles en el patio del colegio, ordeñar una cabra en la visita a una
granja escuela, pasear por un bosque identificando las huellas de los animales
que lo habitan... Miles de actividades se llevan a cabo cada año en los colegios
e institutos de España con un sólo fin: educar a los alumnos en el cuidado y
conservación del medio ambiente. La paradoja es que no solo los estudiantes
adquieren unos hábitos medioambientales, sino que también se trasladan a los
hogares. Ya son muchos los padres que reciclan, ahorran energía o no tiran un
papel en la calle porque sus hijos así lo han aprendido y así se lo transmiten.
Nadie discute la importancia de
la educación ambiental, implantada en todos los colegios del país. Es un tema
transversal en la enseñanza obligatoria, como también lo son la educación para
la paz, para la salud, para la igualdad de oportunidades o la educación vial. Y
no sólo es útil por los beneficios que aporta a la conservación del planeta,
sino también porque es un instrumento para la integración social y para la
educación en valores.
Educación integral
«El cuidado de una granja, de un huerto ecológico, aprender hábitos de
reciclaje... son recursos que permiten una educación integral. Los niños hacen
estos trabajos todos juntos y eso les enseña valores comola cultura del
esfuerzo, la recompensa, la responsabilidad, la constancia, el compañerismo, la
solidaridad...», afirma Javier Fresneda, psicólogo de Aldeas Infantiles.
Esta ONG junto con Ecoembes (una sociedad sin ánimo de lucro, que desarrolla
sistemas de recogida selectiva y recuperación y reciclaje de envases usados) ha
puesto en marcha diferentes programas educativos dirigidos a alumnos de
Primaria y Secundaria. Cada año unos 300.000 estudiantes aprenden a cuidar del
medio ambiente a través del reciclaje de envases.
El reciclaje y la creación de un
huerto y un jardín escolares han sido importantes recursos educativos para los
alumnos del Aula de Compensación Educativa El Madroñal, de Madrid, un centro
público con estudiantes de 15 y 16 años en riesgo de abandono escolar por
diferentes motivos. «A través de la educación ambiental los chicos adquieren
conciencia cívica, responsabilidad, sentido del cuidado... Recoger un esqueje
de fresa, plantarlo en una maceta, llevarlo a casa y ver cómo al cabo de unos
días ha nacido una fresa les hace mucha ilusión», cuenta Juan José Jurado, uno
de los profesores del centro. En este caso, los alumnos han recuperado un
terreno donde han creado un jardín con más de 50 especies de árboles
diferentes. También han participado en dos ediciones del concurso «Los Profes
Cuentan», organizado por Ecoembes, y sus historias han sido finalistas. Retos
que les han servido de estímulo para su aprendizaje y su integración social.
Proyectos como estos se
desarrollan todos los años en miles de centros educativos, apoyados por
ayuntamientos, diputaciones, asociaciones, ONG, entidades privadas... Ecoembes,
por ejemplo, comenzó a trabajar en las escuelas hace ya doce años. Entonces
llegaba a 250.000 alumnos. Ahora, cada año más de 760.000 escolares de 5.000
colegios aprovechan los recursos que esta entidad pone a su disposición
gratuitamente. Otros miles de usuarios se descargan materiales didácticos a
través de su web.
Cambio de hábitos
«Cuando empezamos a trabajar en la recogida selectiva de envases para su
reciclaje sabíamos que esto suponía un cambio de hábitos. Esa labor iba a
costar en los adultos, pero si a los niños les enseñábamos desde edades bien
tempranas iban a adquirir esas buenas costumbres para siempre, igual que
lavarse las manos», explica el director de marketing de Ecoembes, Juan
Alonso de Velasco. Hoy día, ocho de cada diez ciudadanos recicla una cantidad
importante de envases. «No todos los días ni todos los materiales —dice
Velasco—. Son muchos los padres a los que sus hijos dicen dónde depositar cada
envase, algo que han aprendido en el colegio».
El Centro Nacional de Educación
Ambiental (Ceneam) es otra de las entidades que ofrece actividades gratuitas
para los colegios. Aprovechando sobre el terreno los bosques de Valsaín y la
sierra de Guadarrama, en Madrid, miles de escolares aprenden cada año, por
ejemplo, cómo usar de forma racional recursos naturales como el agua o o la
madera. «Buscamos que cambien los hábitos de forma inmediata. No podemos
esperar a dos generaciones. Los cambios son lentos, pero se están produciendo y
mimetizando en los niños. Un mensaje a través de los niños se absorbe mejor y
es más fácil que lo capte el adulto», explica Juan Carlos Dueñas, director de
Ceneam. Fuente: www.abc.es/
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