Según un estudio científico, los
esfuerzos globales son "lentos e inaceptables"; la obesidad es
considerada una epidemia global.
Los esfuerzos globales para
combatir la obesidad han sido "lentos e inaceptables" y ningún país
logró revertir esa tendencia, de acuerdo a un estudio publicado en la revista
científica británica The Lancet.
La investigación analizó cómo
cada país lidia con el creciente problema de la obesidad, qué tipo de dieta
promueve entre sus habitantes y la alimentación de sus niños, entre otros
aspectos.
Se estima que al menos 600
millones de personas en el mundo son obesas, y 2.100 millones sufren de
sobrepeso.
El sobrepeso es la principal
causa de muerte de 2,8 millones de personas al año.
Una de las autoras del estudio,
la doctora Christina Roberto de la Escuela de Salud Pública de Harvard,
concluyó que la forma en que los países entienden la obesidad "debe ser
completamente reformulada si se busca detener y revertir esa epidemia
global".
"Por un lado, hay que admitir que los individuos tienen cierta responsabilidad
por su salud, y por el otro, hay que reconocer que los medio ambientes
alimenticios de hoy día explotan las vulnerabilidades biológicas, psicológicas,
sociales y económicas de la gente", agregó.
Según el estudio, en algunos
países como el Reino Unido, el nivel de obesidad infantil logró detenerse,
aunque en ninguna nación se consiguió revertirse la epidemia de obesidad.
UN PLAN GLOBAL
Los expertos pidieron ahora por
un plan de acción global, que incluya por ejemplo restricciones sobre cómo se
publicita la comida para niños.
También reclamaron mayor
regulación en la calidad nutricional de los alimentos, y el tipo de comida que
se sirve en las escuelas.
Corinna Hawkes, del Fondo Mundial
de Investigación contra el Cáncer, afirmó a la cadena Sky News, afirmó que los
legisladores y gobernantes "deben
crear políticas que vayan en pos de una mejor calidad nutricional y de
alimentos para la población".
Los países más ricos son los que consumen alimentos más insanos.
El estudio concluyó que las
barreras contra una acción concreta incluyen la presión del sector alimenticio
y de restaurantes, la imposibilidad o falta de decisión por parte de gobiernos
a la hora de implementar más controles y la falta de presión pública.
En la edición de The Lancet se
incluye además el primer estudio que evalúa la calidad dietaria en 187 países,
cubriendo a 4500 millones de adultos.
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