El 90% de los países en el mundo
tiene al menos una ley que discrimina a las mujeres
Puede parecer raro, pero en pleno
siglo XXI solamente 18 países no tienen restricciones legales que impiden a la
mujer alcanzar su potencial económico. Tres de esos países están en América
Latina y el Caribe: México, Perú y República Dominicana.
Si bien la región ha registrado
progresos en la introducción de leyes contra la violencia de género, aún hay
muchas barreras para las mujeres en cuánto a oportunidades económicas, según un
nuevo estudio del Banco Mundial.
En Bolivia, por ejemplo, las mujeres
casadas no pueden trabajar sin tener el permiso de sus maridos. En 16 economías
de la región, las mujeres no tienen acceso a los mismos trabajos que los
hombres: en Honduras y Colombia, las trabajadoras no pueden tener empleos
considerados peligrosos y en Belice las mujeres no pueden trabajar en fábricas
por la noche o manipular mercancías en un muelle.
Pero también hay mejoras: Jamaica
suprimió una ley, con más de 70 años de vigencia, que impedía a las mujeres trabajar
de noche.
“Hay
muchas restricciones de empleo para las mujeres (en el mundo), algunas bastante
interesantes. Creo que, en parte, la razón detrás de ellas es el deseo de
proteger a las mujeres, pero lo que sugerimos es verlo desde la perspectiva de
una mujer”, opina Sarah Iqbal, autora del reporte Mujer, Empresa y el
Derecho 2016 (i) del Banco Mundial. Este estudio analiza diferencias legales de
género en 173 economías, en siete áreas: el acceso a las instituciones, el uso
de la propiedad, la obtención de empleo, los incentivos para trabajar, la
capacidad de generar un historial crediticio, el acceso a la justicia y la
protección de la mujer contra la violencia.
La experta menciona que en Francia
por ejemplo existe una restricción para las mujeres en cuanto a lo que pueden
cargar: no más de 25 kilogramos, lo que les impide ser conductoras para UPS,
Fedex u trabajadoras postales. “Esto es
el peso promedio de un niño de 5 años. Y cualquier madre les dirá que cargar a
su hijo (pequeño) es algo que hace todos los días”, afirma Iqbal.
Progreso contra la violencia
doméstica
En América Latina y el Caribe, casi
todos los países tienen leyes contra la violencia doméstica, aunque los
expertos advierten que sólo es el primer paso y que hay que enfocarse en
aplicarlas.
“En
América Latina, la violencia contra las mujeres es un asunto importante. Los
países han introducido legislaciones y están tratando de implementar mejor esta
legislación”, dice Sarah Iqbal. Un ejemplo es la ley de Maria da Penha en
Brasil, que la experta considera un “modelo
de legislación sobre la violencia doméstica”. “Hay muchos compromisos presupuestales vinculados a ésto y están
tratando de cambiar la conversación sobre la violencia en Brasil y sobre la
violencia doméstica”, explica Iqbal.
El reporte muestra que la región ha
hecho otros progresos en la igualdad de género desde el punto de vista de
legislaciones: Uruguay aumentó la edad mínima para poder casarse, así como la
duración de los permisos de maternidad y paternidad, mientras que Nicaragua
introdujo el permiso de paternidad y mejoró los derechos de propiedad de las
mujeres en caso de divorcio.
Por otra parte, “en América Latina hay un movimiento fuerte para desarrollar mejores
formas de guarderías”, dice Iqbal. Los expertos encontraron que donde hay
apoyo de los gobiernos para el cuidado de los niños, a través de apoyo público
o de subsidios a proveedores privados, hay más probabilidad que las mujeres
estén trabajando.
El costo de ser mujer
Estas mejoras son importantes ya que
la discriminación contra las mujeres en las leyes puede tener impactos
negativos en la sociedad a largo plazo.
“Un
nivel más alto de desigualdad de género parece estar asociado a todo tipo de
disfunciones sociales”, dice Augusto Lopez-Claros, director del Grupo de
Indicadores Globales del Banco Mundial. “Por
ejemplo, en los países con más diferenciaciones o discriminaciones contra las
mujeres incorporadas en las leyes, menos niñas van a la escuela secundaria que
niños. (En esos países) hay tasas de participación en la fuerza laboral más
bajas, menos mujeres dirigen empresas, y existe una brecha de género más amplia”.
Incluso, se pueden asociar las leyes
contra la violencia doméstica con la longevidad de las mujeres. “Lo que vemos es que en economías con leyes
contra la violencia doméstica, es más probable que las mujeres vivan hasta los
65 años o más”, explica Sarah Iqbal. Fuente: elpais.com
Isabelle Schaefer es productora online del Banco
Mundial.
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