Un estudio de la UNCUYO demuestra la grave
contaminación con metales pesados en dosis de hasta un 1400% por encima de los
valores tolerables.
Además también se conoce por un estudio microbiológico que
hay bacterias muy nocivas y difundidas como la escherichia coli donde se
originan los cauces montañosos.
Ya pasaron 20 días desde que se desató el escándalo por el
derrame de agua con cianuro originada por una válvula rota de una cañería del
sistema industrial instalado por la minera Barrick Gold en plena cordillera
sanjuanina.
Aquel whatsapp que
despaviló a Jachal
Fue en la noche del domingo 13 de septiembre a través de una
cadena de whatsapp que denunciaba un peligroso vertido de unos 15 mil litros de
agua cianurada en los afluentes del río Jachal.
Aquella noche fue impasible y el intendente de Jachal, Jorge
Barifusa (FPV), convocó a Saúl Zeballos un contador público y vecino reconocido
de la ciudad San José de Jachal, la ciudad cabecera del departamento
sanjuanino. Zeballos pasó a conformar el comité de crisis y fue designado para
hacer el contacto con los técnicos de la UNCUYO para encarar el monitoreo.
Con el correr de los días se vislumbró que aquel mensaje
viralizado por la red social que inquietó a los jachaleros se quedó corto. La
misma Barrick Gold, la empresa de capitales canadienses que explota la mina,
admitió primero que fueron 224 mil litros los que se “escaparon” por los cauces naturales. Y finalmente se confirmó que
fueron 1 millón de litros los derramados.
Luego comenzó una andanada de informes de organismos
oficiales que afirmaron la ausencia de cianuro en el agua del río Jachal, el
principal cauce que recolecta el agua de deshielo de la región donde se
encuentra la mina metalífera, “aguas
arriba”.
La minera y el gobierno promueven y cuando no sponsorean
varias publicaciones con mucha penetración en la comunidad donde se esgrimen
estudios que desmienten cualquier tipo de contaminación repitiendo que “no hay cianuro en el agua”.
La historia del informe de la UNCUYO
Una crónica del sitio lavaca.org de ayer viernes 2 de
octubre y luego replicado por el sitio local Explícito, aseguraba que los
vecinos y asambleístas del departamento de Jachal contaban con un informe de la
UNCUYO que confirma la existencia de metales en el agua de los afluentes del
río Jachal.
Efectivamente, el estudio fue realizado por el Laboratorio
de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO y la
responsable del peritaje es la química María Esther Barbeito. El trabajo se
realizó por encargo de la Municipalidad de Jachal y las muestras fueron
tomadas, de acuerdo al relato, desde la localidad sanjuanina al otro día de
conocido el siniestro. Esa tarea fue fundamental para los análisis.
Ya había un antecedente con el laboratorio de la Facultad de
Ingeniería de la UNCUYO en el año 2010 cuando se hicieron los primeros
controles pedidos por los vecinos jachaleros. Ahora Zeballos volvió a convocar
a los expertos para un nuevo peritaje ante la emergencia.
“Acompañé a la
delegación de la Universidad para tomar las muestras y lo hicimos en los mismos
puntos de hace unos años para comparar aquellos valores con estos actuales.
Cuando llegamos a la zona de la primera muestra en el río La Palca, antes de
que se una con el río Blanco, nos dimos cuenta que algo grave había pasado
porque había gente de la mina tomando muestras del agua y finalmente
comprobamos que estaba contaminada con el análisis”, dijo Zeballos a
Unidiversidad hoy sábado 3 de septiembre.
También se tomaron muestras de agua en el curso de los ríos
Potrerillos, Las Taguas, Blanco y el mismo Jachal a la altura del puente de
Angualasto y finalmente en los diques Cuesta del Viento y Pachimoco. Zeballos apuntó que en la medida en que
siguieron el curso del líquido, los resultados de los estudios denotaron que la
aparición de metales en agua fueron bajando hasta llegar a las represas donde
casi no se detectaron altos tenores de elementos o compuestos riesgosos.
Los metales verificados por el informe fueron en especial
Manganeso y Aluminio. Estos metales se encontraron con valores muy elevados
repecto a lo permitido por ley nacional para el uso de riego y consumo animal.
En la región hay importante desarrollo agrícola y se crían animales de granja.
Los metales en el
agua
Se nota que hay gran desinformación o información parcial
que generan incertidumbre en la población. En este tironeo que actualmente se
evidencia el Gobierno de San Juan no suministra información oficial a los
afectados y puntualiza que “no hay
cianuro en el agua” y con esa definición dice una verdad a medias. Veamos:
decir “no hay cianuro” es lo mismo
que decir: “no hay cianuro libre en el
agua”. Eso significa que esa sustancia no se verifica en dilución con el
agua, pero lo que no se dice es que ese cianuro se utiliza precisamente para
reaccionar con los metales buscados por la Barrick -en este caso- para luego
separarlos por procedimientos industriales complejos.
O sea, con este estudio
se ha logrado probar que el cianuro contaminó el agua de los ríos de la montaña
sanjuanina al reaccionar con los metales pesados y peligrosos para la vida y
estos fueron arrastrados “aguas abajo”. Esa es la verdadera contaminación que
ocasionó el derrame del domingo 13 de septiembre.
Los datos alarmantes
del análisis
Se detectaron 1,48
miligramos por litro (mg/l) de manganeso cuando el promedio histórico en
ese punto del río La Palca es de 0,25 mg/l de agua. De acuerdo a los datos
puntualizados por el vocero sanjuanino el valor máximo tolerado por ley
nacional para riego y consumo animal es de 0,2 mg/l de manganeso.
En tanto en el caso del aluminio se verificaron 70 mg/l y se
habían medido a esa altura del río de 3 a 4 mg/l. Valor máximo tolerado según
el informante por norma nacional de residuos peligrosos destinada para riego y
consumo animal es de 5 miligramos por litro. Este último dato fue determinante
para los asambleístas para continuar con la resistencia vecinal cuando el
miércoles 30 de septiembre recibieron el informe de la UNCUYO.
Además, siempre de acuerdo con el detalle que proporcionó
Zaballos, se detectaron otros trazos metalíferos como mercurio, cobre y zinc.
Un párrafo aparte merece la evaluación que se les hizo a las
muestras que se tomaron de una fuente de agua para consumo humano en el pueblo
Mogna ubicado a 50 kilómetros de San José de Jachal en el camino hacia la
Ciudad de San Juan. Allí se encontraron metales en el agua que hacen que ese
líquido ya no sea apto para el consumo de los habitantes del lugar.
Estas fueron las determinaciones químicas. Boro: 6 mg/l
(límite máximo aceptado: 0,5 mg/l); cloruros: 740 mg/l (límite máximo aceptado
es de 400 mg/l); sulfatos: 540 mg/l (límite máximo aceptado 350 mg/l) y
arsénico: 0,069 mg/l (límite máximo aceptado es de 0,010 mg/l).
Lo que pasa en Mogna
puede transformase en un caso testigo como una consecuencia histórica de la
acumulación contaminante de la actividad minera a gran escala como la que se
produce en Veladero.
Apunta Domingo Jofré, referente vecinal y periodista de
Radio Nacional en Jachal que en 2007 se dispuso de la provisión de agua potable
a través de un acueducto para no tomar agua del río principal de la región. En
ese momento se detectó, a dos años del inicio de la explotación minera,
contenido de arsénico tanto como ahora se verifica en el agua de Mogna.
Otro dato preocupante es la aparición de la bacteria
escherichia coli que se detecta en efluentes cloacales, lo que hace presumir
que también se está vertiendo este tipo de líquidos en la zona más alta de los
ríos.
La contaminación del
clima social
La historia del informe de la UNCUYO que contradice a todos
los publicados continuará como prueba de los vecinos en la justicia donde se
estudia el desastre ambiental que parece querer disimularse desde los
estamentos privados y públicos.
Mientras tanto Jofré desde Jachal espera novedades y
acciones desde fuera de la provincia ante el clima social que también parece
contaminado. Fuente: www.unidiversidad.com.ar
Necesitamos ayuda de otras provincias, acá ya no
tenemos cómo sostener el reclamo. No tenemos información veraz y han aparecidos
algunos personajes acá en Jachal preguntando quiénes son los cabecillas de la
asamblea de vecinos. Tengo más confianza en lo que te estoy diciendo a vos por
teléfono que lo puedo conversar aquí con gente que no conozco y aparecen
haciendo preguntas raras”, detalló el periodista preocupado.
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