Quizá no sea visualmente asombroso como un bosque verde ni
aparezca tan vital como el agua dulce, pero el suelo, pese a su aspecto
sencillo, es un recurso natural igual de esencial para sostener la vida en la
Tierra.
El suelo proporciona nutrientes, agua y minerales para las
plantas y los árboles, almacena carbono y es el hogar de miles de millones de
insectos, pequeños animales, bacterias y muchos otros microorganismos.
Sin embargo, la cantidad de suelo fértil en el planeta ha
ido disminuyendo a un ritmo alarmante, lo que compromete la capacidad de los
agricultores de cultivar alimentos para alimentar a una población mundial que,
según las previsiones, debería alcanzar los nueve mil millones de aquí a 2050.
Siendo uno de los 14 temas enfocados al desarrollo
sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), el suelo está entre los ámbitos prioritarias discutidos en
la sede de la ONU en Nueva York, donde se están llevando a cabo las
negociaciones intergubernamentales para una Agenda de Desarrollo Post-2015.
Para destacar su importancia, el 2015 como año en que la
comunidad internacional acordará un nuevo marco de desarrollo global para
sustituir a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), también ha sido
declarado Año Internacional de los Suelos por las Naciones Unidas.
Aquí están cinco razones por las qué deberíamos guardar como
oro en paño a nuestro recurso natural frecuentemente subestimado.
1. La
tierra saludable alimenta al mundo
El suelo es donde comienza la alimentación.Compuesto de
minerales, agua, aire y materia orgánica, el suelo proporciona el ciclo de
nutrientes primarios para la vida vegetal y animal y actúa como una base para
la alimentación, combustibles, fibras y productos médicos, así como para muchos
servicios ecosistémicos esenciales.
“La calidad de nuestra
alimentación depende mucho de la calidad de nuestro suelo”, destaca Ronald
Vargas, oficial de la Gestión de Tierra y Suelos en la FAO. “La degradación del
suelo es un proceso silencioso, pero tiene enormes consecuencias para la
humanidad. Estudios muestran que alrededor de un tercio de los suelos del
planeta se enfrenta a una degradación entre moderada y grave. Junto con el Año
Internacional de los Suelos, 2015 pasa a ser un año especialmente importante
para el futuro sostenible del planeta con nuevos objetivos globales que vendrán
anunciados. La atención y el compromiso dedicados a suelos saludables y vivos,
serán aliados cruciales para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición
para todos.”
2. El
suelo, como el petróleo o el gas natural, es un recurso finito
El suelo es un recurso natural no renovable – su pérdida no
es recuperable en el marco de tiempo de una vida humana. Un centímetro de suelo
puede tardar cientos de miles de años en formarse desde la roca madre, pero
este centímetro de suelo puede desaparecer en el plazo de un año a través de la
erosión.
Las malas prácticas agrícolas – laboreo intensivo,
eliminación de la materia orgánica,
irrigación excesiva utilizando agua de mala calidad y el uso excesivo de
fertilizantes, herbicidas y pesticidas – agotan los nutrientes del suelo más rápido
de lo que son capaces de formarse, lo que lleva a la pérdida de la fertilidad
del suelo y a la degradación de los suelos. Algunos expertos afirman que el
número de años de cobertura del suelo restante en el planeta es comparable a
las estimaciones de reservas de petróleo y gas natural. Al menos el 16 por
ciento de las tierras de África se ha visto afectado por la degradación del
suelo. Y, a nivel mundial, 50 mil kilómetros cuadrados de suelo, es decir un
área del tamaño de Costa Rica, se van perdiendo cada año, según la *Alianza
Mundial por el Suelo.
3. El
suelo puede mitigar el cambio climático
El suelo constituye la mayor reserva de carbono orgánico
terrestre, más del doble de la cantidad almacenada en la vegetación. Además de
ayudar a suministrar agua potable, evitar la desertificación y proporcionar
resiliencia a las inundaciones y la sequía, el suelo mitiga el cambio climático
a través del secuestro de carbono y la reducción de las emisiones de gases de
efecto invernadero.
“Los suelos del mundo
deben formar parte de cualquier programa dedicado a hacer frente al cambio
climático, así como a asegurar la seguridad alimentaria e hídrica”, afirma
Rattan Lal, Director del Centro para la Gestión y el Secuestro de Carbono de la
Universidad Estatal de Ohio. “Creo que
ahora existe una concienciación general sobre el carbono en el suelo, una
concienciación de que la tierra no es sólo un medio para el crecimiento de las
plantas”.
4. El
suelo es un ser vivo, lleno de vida
El suelo alberga la cuarta parte de la diversidad biológica
del planeta. Hay literalmente miles de millones de microorganismos tales como
bacterias, hongos y protozoos en el suelo, así como miles de insectos, ácaros y
gusanos. Hay más organismos en una cucharada de suelo sano que gente en el
planeta.
“No fue sino hasta
hace poco que hemos empezado a pensar en la biodiversidad del suelo como un
recurso que necesitamos conocer”, afirma Diana Wall, Directora científica
de la Iniciativa Global sobre la Biodiversidad del Suelo. “Sin los suelos y su biodiversidad, no hay vida humana”.
5. Invertir
en la gestión sostenible de los suelos tiene sentido económico y ambiental
La gestión sostenible del suelo cuesta menos que la
rehabilitación o la restauración de las funciones del suelo. En la región de
Lempira Sur en Honduras, un proyecto de la FAO desarrolló el “Quesungual slash and mulch agroforestry
system” para sustituir el método agrícola ancestral de cultivos de corta y
quema, que había dado lugar a la disminución de la humedad y la fertilidad.
Como consecuencia, se produjo un aumento de la productividad y de los ingresos
de los agricultores de la región. Un proyecto muy diferente, dirigido por la
FAO y que se centraba en la tierra, el agua y los recursos biológicos para
revertir el proceso de degradación de la tierra en la cuenca del río Kagera,
entre Burundi, Ruanda, Uganda y Tanzania, ha mejorado los medios de vida y la
seguridad alimentaria de los agricultores alrededor del Lago Victoria.
“En todo el mundo, la
presión humana sobre los suelos está llegando al límite crítico”, añade
Vargas . “De acuerdo con los principios
establecidos en la Carta Mundial de los Suelos y respaldados por la FAO, la
buena gobernanza del suelo requiere acciones en todos los niveles, de los
gobiernos a las personas, en la promoción de la gestión sostenible de los
suelos”.
“Un enfoque sobre los
suelos en la Agenda de Desarrollo Post-2015 sería una gran recompensa”.
* Comprometidos con la gestión sostenible del suelo, los
miembros de la FAO han creado la Alianza Mundial por el Suelo. Fuente: www.revistahumanum.org/
Artículo originalmente publicado en FAO.
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