Recuerdo cuando de chiquita parábamos camino a la casa de
mis abuelos a comprar verduras en un galpón de una zona rural, donde productores
vendían, al borde de sus tierras, sobre la ruta, todo lo que producían. Aunque
yo crecía en una ciudad, entendía que mi comida no venía del súper sino de
alguien que la produjo, luchando contra bichos, lluvias, sequías y el invierno
canadiense. También entendía que, al comprar la verdura directamente donde se
producía, al ver sus trabajadores cosechando las lechugas, la relación de
confianza que se creaba hacía que mi mamá ni trataba de regatear el precio como
seguramente lo habría hecho en un mercado en la ciudad.
Todos los días comemos, y nuestra relación con la gente que
produjo nuestra comida no puede ser siempre tan directa como aquellas compras
en el galpón del productor. La yerba para mi tereré de verano, no puedo ir a
comprarla directamente en Misiones. El cacao en polvo para la torta de
cumpleaños de mi hijo, no lo puedo ir a comprar en Ecuador. De este deseo de
construir una relación fuerte de confianza dentro de la cadena de valor
alimentaria desde el productor hasta el consumidor final, nació el concepto del
Comercio Justo verificado por un sistema de garantía creíble e independiente.
El movimiento de Comercio Justo comparte una visión del
mundo donde la justicia y el desarrollo sostenible se encuentran en el corazón
de las estructuras y prácticas de comercio, para que todo el mundo, con su
trabajo, pueda tener un salario decente y digno y desarrollar su potencial
humano en su totalidad. El Comercio Justo Fairtrade representa una alternativa
al comercio convencional y se basa en la cooperación, el diálogo, la
transparencia y el respeto entre productores y consumidores. Comercio Justo
Fairtrade ofrece a los productores un trato más justo y condiciones comerciales
más provechosas. Esto les permite mejorar sus condiciones de vida y hacer planes
a futuro. Para los consumidores, el Comercio Justo Fairtrade es una manera
eficaz de reducir la pobreza a través de sus compras diarias.
El movimiento de Comercio Justo cree que el comercio puede
ser un impulsor fundamental para reducir la pobreza y alcanzar un desarrollo
sostenible, pero únicamente si se realiza con este objetivo, con más equidad y
transparencia de la que en la actualidad se está dando. Creemos que los
marginados y desfavorecidos pueden desarrollar la capacidad de tener más
control sobre sus trabajos y sus vidas si están mejor organizados, cuentan con
suficientes recursos, se les da apoyo y pueden asegurar su acceso a los
mercados de gran consumo bajo unas condiciones comerciales justas.
Permite a
los ciudadanos causar un impacto positivo en los productores con sus acciones y
elecciones como consumidores.
La base económica de las transacciones en las relaciones de
Comercio Justo tiene en cuenta todos los costos de producción, tanto directos
como indirectos, incluyendo la protección de los recursos naturales y las
necesidades de inversión futuras. Los precios y las condiciones de pago
(incluyendo prefinanciación donde se requiere) se determinan por la evaluación
de estos factores más que sólo por referencia a las condiciones del mercado.
Hay un compromiso de una relación de intercambio comercial a largo plazo que
permite a ambas partes cooperar compartiendo información y planificando, y se
reconoce la importancia de estos factores para asegurar unas condiciones de
trabajo decentes.
Los productos de Comercio Justo se producen y comercializan
bajo estos principios, y en la medida de lo posible, se verifican con sistemas
de garantía creíbles e independientes.
Cuando un producto lleva el Sello de Certificación de
Comercio Justo Fairtrade significa que los productores y comerciantes han
cumplido los estrictos criterios ambientales, laborales, sociales y económicos
de la certificación Fairtrade. Los criterios están destinados a corregir el
desequilibrio de poder en las relaciones comerciales, la inestabilidad de los
mercados y las injusticias del comercio convencional.
Para los productores Fairtrade significa precios que
intentan cubrir los costos de producción sostenible. También significa una
Prima Fairtrade, acceso al crédito, relaciones comerciales de larga duración y
en el caso de trabajadores contratados, condiciones de trabajo decentes. FLO es
reconocida por ISEAL como una de las siete organizaciones que han alcanzado los
más altos criterios para la definición del comercio ético, y a nivel mundial es
reconocido por los consumidores como la certificación ética sustentable más
confiable.
Cuando un producto es certificado Comercio Justo Fairtrade,
lleva este sello. Fairtrade
Fairtrade International, una organización sin fines de lucro
con sede en Alemania, fue fundada en 1997 por 25 organizaciones nacionales de
Comercio Justo que venían desarrollando certificaciones éticas en cada uno de
sus países. Frente a la necesidad de desarrollar un idioma común, criterios de
cumplimiento estándares, reconocimiento para el consumidor e impacto global, se
unieron para trabajar juntas. Hoy Fairtrade International tiene dentro de sus
miembros que forman la Asamblea General más de 27 organizaciones Fairtrade
nacionales (Fairtrade Francia, Fairtrade Australia, Fairtrade Canadá, etc.) y 3
redes de los mismos productores y agrupaciones de trabajadores que son
certificados por Fairtrade en America Latina, Africa y Asia.
Hoy es la certificación ética de Comercio Justo más
reconocida a nivel mundial y trabaja con más de 1.500.000 productores y
trabajadores agrícolas alrededor del mundo.
En Argentina, la primera organización en certificar su
producción bajo los criterios Fairtrade fue una cooperativa vitivinícola de La
Rioja en 2006. Hoy tenemos 23 empresas y cooperativas certificadas en el país
que producen vinos, aceite de oliva, frutas, verduras, jugo y miel con sello
Fairtrade.
En las próximas semanas, les hablaré de las distintas
facetas del Comercio Justo, les contaré historias de productores con quien he
trabajado y sigo trabajando, contándoles cómo podemos lograr un mejor
desarrollo sustentable a través de nuestras compras diarias. Fuente:
www.sabelatierra.com
(*) Por Julie Francoeur
Julie Francoeur nació en Québec, Canadá, en una
ciudad pequeña rodeada de ríos donde empezó una trayectoria de acciones y
trabajo en concientización a la sustentabilidad social, ambiental y económica.
Salió a descubrir el mundo trabajando siempre hacia el empoderamiento de los
más desfavorecidos y de una sustentabilidad mejor para el planeta. Luego de 1
año en Ghana estudiando desarrollo rural agrícola y 2 años en Bolivia
trabajando en programas de reciclaje, empezó a trabajar con Fairtrade
International en el 2009, en el Caribe, a cargo de la asistencia a los
productores certificados de Comercio Justo Fairtrade y de brindar apoyo a
empresas en la construcción de sus planes de crecimiento sustentable. Llegó a
la Argentina en enero de 2012 para apoyar a los productores y empresas del país
a acceder a esta certificación y avanzar en una verdadera responsabilidad
social empresarial. Hoy está a cargo de difundir el conocimiento e impacto del
Comercio Justo Fairtrade en Argentina. Tiene un hijo argentino-canadiense y
está terminando un MBA en Pilar para sumar a su Licenciatura en Desarrollo
Internacional.
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