Existen controversias sobre el hecho que ocasiono que el 8
de marzo fuera declarado como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora,
entre ellos citamos los siguientes: a) el incendio ocurrido en una fábrica
textil de Nueva York, en 1908, provocado por el propio empresario, cuando las
obreras declaradas en huelga permanecían encerradas en el inmueble; b) una
manifestación de trabajadoras del sector textil en la ciudad de Nueva York que
reivindicaban mejoras laborales y que fuera brutalmente reprimida ocasionando
un importante número de muertas y heridas; y c) La Revolución Rusa de 1917 tuvo
una gran influencia, a todos los niveles, en el Día Internacional de la Mujer.
Dado que en 1917, las mujeres rusas se amotinaron ante la falta de alimentos,
bajo la consigna de “paz, pan y tierra”, dando inicio al proceso revolucionario
que culminaría en la Revolución de Octubre de ese mismo año. Los
acontecimientos del 8 de marzo de 1917, son importantísimos, no sólo porque
dieron origen a la revolución y fueron protagonizados por mujeres, sino porque,
esos sucesos, al parecer, fueron los que lograron que el Día Internacional de
la Mujer Trabajadora se pasara a celebrar sin cambios hasta la actualidad el
día 8 de Marzo. Más allá de las discusiones académicas e historiográficas,
consideramos que todos estos hechos fueron políticamente fundamentales y
determinantes para que se fijara el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Aunque, en realidad, el 8 de marzo fue declarado como el Día
Internacional de la Mujer Trabajadora, tras la propuesta presentada por Clara
Zetkin ante el Congreso de Mujeres Socialistas realizado en Copenhague en 1910,
resulta fundamental considerar el contexto histórico en el que fue propuesto
dicho Día, dado que tenía como objetivos fundamentales: el derecho a voto y a
ocupar cargos públicos, el derecho a trabajar, a la enseñanza vocacional, el
fin de la discriminación en el trabajo y lograr mejoras condiciones laborales.
Lo que si esta fuera de toda discusión, y no puede negarse,
es que el 8 de marzo está estrechamente relacionado a las luchas del movimiento
obrero internacional; y que como Clara Zetkin señalara es un día para la
“interrelación con todas las cuestiones femeninas, conforme al enfoque
socialista”. Por supuesto que a más de un siglo consideramos que es necesario
retomar el 8 de marzo como una fecha que pertenece al campo revolucionario
vinculado, fundamentalmente, al Socialismo.
Desde luego que los objetivos por los cuales luchar hoy se
han diversificado y complejizado. Y que no es una lucha “sólo de mujeres”,
aunque ellas sean las que deben establecer sus temáticas y objetivos políticos.
Pero más allá de entrar en temas puntuales, creemos que esta fecha debe servir
para el análisis de las condiciones actuales de explotación y opresión que
padecen, particularmente, aunque no solamente, las mujeres en toda sociedad
dividida en clases y jerarquizada, donde predomina la propiedad privada sobre
los medios de producción, como también, desde luego, ciertas temáticas de
género que deben ser superadas definitivamente. Creemos que es fundamental
lograr, en estos temas, la UNIDAD para la acción y la reflexión a los efectos
de trabajar articuladamente, conjuntamente con los hombres, en pos de
conquistar derechos y mejores condiciones de vida y de ser capaces de
imaginarnos un mundo no capitalista y de luchar por él para superar
definitivamente las cuestiones de género y las cuestiones de clase.
Queremos reivindicar la memoria de todas aquellas mártires,
heroínas y luchadoras de la clase obrera y trabajadora, que con su activa
participación, organización y lucha fueron pioneras en la conquista de los
derechos y mejora de las condiciones laborales y de vida.
Creemos, sin embargo, que debemos redoblar nuestro
compromiso y esfuerzo militante para lograr la construcción de un FRENTE
POLÍTICO Y SOCIAL que nos posibilite superar nuestra debilidad estratégica al
carecer de la unidad que nos permita construir una estrategia para la lucha en
temas relevantes como son: el aborto y el derecho a decidir sobre el propio
cuerpo, la violencia contra las mujeres, las redes de explotación sexual, por
una educación sexual laica y científica, y la precarización laboral; reducción
de la jornada laboral para madres con hijos pequeños, entre otros. Sólo la
construcción de una sociedad distinta, la Sociedad Socialista, permitirá la
superación definitiva de las problemáticas mencionadas. Fte: Mirada Marxista.
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