Hay infinidad de cosas que ignoramos, nadie
puede saberlo todo. Pero hay muchas cosas que decidimos ignorar. Buscamos
acallar nuestra mente, silenciar nuestra conciencia y olvidarnos para siempre
de lo que nos desagrada.
Ésta mentalidad está llevando a la humanidad hacia su ruina.
Creer que lo que desechamos simplemente desaparece, que nuestros alimentos caen
del cielo y se almacenan en la heladera, que la luz proviene de un sencillo
interruptor, y que el agua emana naturalmente de la canilla, son ejemplos de
nuestra autoimpuesta ignorancia.
En algún nivel sabemos que nuestra basura va a parar a algún
lado, sabemos que nuestra comida es sometida a decenas de procesos antes de
llegar a nuestra boca y estamos bastante seguros de que el agua no nace de las
cañerías. Pero la realidad, para que negarla si siempre se nos impone, es que
no nos importa de dónde vienen todas estas cosas, siempre y cuando podamos
utilizarlas cómodamente.
Así, tan despreocupadamente, se nos van sumando problemas de
difícil pero urgente solución: El de los residuos, siendo el ejemplo más
extremo lo acontecido con la ley de Basura Cero; los transgénicos y la desigual
distribución de los recursos; los molestos apagones en épocas cálidas y la
creciente escases mundial del agua.
Por supuesto, las nuevas tecnologías no están exentas de
nuestra ignorancia. Celulares, computadoras de todo tipo y color, videojuegos,
pantallas gigantescas. Todos estos elementos tienen algo en común. Son
utilizados diariamente por millones de personas y necesitan coltán para su
fabricación.
¿Nunca escuchaste la palabra coltán? El coltán o coltan es
una mezcla rara de dos minerales: la columbita y el tantalio. A partir de este
mineral se pueden se pueden desarrollar todos los capacitores presentes en los
artefactos electrónicos de última generación.
A diferencia de otros materiales, el coltán tiene la
particularidad de ser el conductor de electricidad más efectivo, sin que esta
condición implique el calentamiento de la placa que asegura la circulación.
Permite una conductibilidad de la energía hasta ochenta veces más veloz que el
cobre, posee una alta resistencia a la corrosión y a la alteración en general,
que incluso lo hacen idóneo como para su uso en la Estación Espacial
Internacional.
Todas estas magníficas propiedades son aprovechadas para la
tan apreciada miniaturización de los artefactos electrónicos.
Aquí hay una lista de
los artefactos que poseen coltán, que sirve para darnos una idea del alcance de
este material:
Todos los celulares de última generación.
Prácticamente presente en todas las
computadoras.
Televisores y monitores de pantalla plana.
Cámaras digitales.
Videojuegos.
Trenes magnéticos ultrarrápidos.
Equipamiento para la salud.
Aviones.
Centrales nucleares.
Sistemas de ubicación como los GPS.
Reproductores de MP3, MP4, iPods, iPads.
Satélites.
Armamento de guerra de avanzada.
A pesar de sus mil maravillas, el descubrimiento, la
extracción y el comercio de este mineral están teñidos de rojo, rojo sangre.
Todo comenzó en el continente Africano, más exactamente en
la República Democrática del Congo. Corría el año 1998 y una crisis interna
étnica, política y económica daba inicio a una contienda que se extendería por
más de cinco años, enfrentando a fuerzas armadas de nueve naciones y provocando
cerca de 5 millones de muertes.
El conflicto en cuestión (que concluyó en 2003 pero que
hasta el día de hoy amenaza con volver a encenderse) pasó a la historia como la
Gran Guerra de África o, más contundente aun, la Guerra del Coltán.
Congo es dueño del 80% de las reservas mundiales confirmadas
de coltán. Asegurarse el control de las reservas de este mineral extraño y, a
la vez muy escaso, fue uno de los grandes objetivos perseguidos tanto por los
ejércitos congoleños como por las fuerzas ugandesas, ruandesas, angoleñas y
libias, que formaron parte del enfrentamiento, recordado como el más mortífero
desde la Segunda Guerra Mundial.
¿La razón? El coltán
presenta una demanda tan elevada que su cotización llega a los u$s400.000 la
tonelada. Se utilizaba para, entre otras cosas, comprar armas.
Lo sorprendente del caso es que los contendientes excedían
la órbita política y militar. También entrecruzaron "sus espadas"
-según fuentes periodísticas europeas- gigantes de la industria tecnológica
mundial como Apple, Intel y Nokia, que se vieron salpicados por el escándalo
que ocasiona la explotación de este mineral.
Desgraciadamente, en África estuvo, y está, ligada a conflictos bélicos,
condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud (especialmente en
niños), desastres medioambientales con gravísimas repercusiones en la fauna
local de especies protegidas, e incluso a graves problemas de salud asociados
con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.
Debido a la creciente presión pública, algunos fabricantes
de aparatos electrónicos decidieron dejar de lado esta zona del mundo como
fuente de coltán, y dirigirse a otras fuentes.
Como siempre, el medioambiente es castigado por las acciones
de los hombres. En septiembre de 2005 un estudio realizado por la WWF detectó
que la población de hipopótamos y elefantes rondaba los 900 individuos cuando
treinta años antes estaba cerca de los29.000. Además, en la zona donde se
encuentran las minas de coltán habitan los gorilas de montaña, cuya población
fue diezmada para facilitar la extracción del mineral. Todo esto sumado a la deforestación incontrolada.
Debido a los inconvenientes que presenta el aprovechamiento
de este mineral en África, las compañías electrónicas se dedicaron a buscar
yacimientos en otros rincones del mundo. Y luego de largas indagaciones, parece
que tenemos coltán en Argentina.
El pasado abril, representantes de la cámara que integra a
las empresas mineras que exploran en el país (Gemera) confirmaron que nuestro
país posee varios reservorios de coltán.
Julio Ríos Gómez, presidente de Gemera, aseguró a
iProfesional.com que, "Europa no tiene ni un sólo gramo del mineral. Es
decir, es un gran demandante que no tiene oferta propia. Por eso la dependencia
es tal que llevó a que se den conflictos bélicos en África por su dominio. En
la Argentina se conoce la existencia de rocas que son portadoras de coltán
(tantalio-columbita) desde hace años. Se han concretado pequeñas extracciones y
nuevos monitoreos para constatar la calidad del mineral. Su disponibilidad se
da en los macizos de base granítica. Y es ahí donde la Argentina comparte
muchas características con Brasil, que tiene reservas comprobadas y ya viene
avanzando en su explotación. En su momento, el coltán estuvo presente en los
viejos programas de exploración iniciados por Fabricaciones Militares. De
hecho, en los años 70 ya se evaluaba cómo extraerlo. Con el paso del tiempo y
los sucesivos cambios de gobierno ese interés se fue perdiendo”.
De acuerdo a Ríos Gómez, hay yacimientos de coltán en las provincias
de San Luis, Córdoba, San Juan, Catamarca, La Rioja y Salta.
Mientras tanto, nosotros seguimos ajenos, ignorantes al
hecho de que una gran parte de nuestro bien amado celular está fabricado con un
mineral que le costó la vida a personas, animales y a ecosistemas completos.
Fuente: eco2site.com
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