"La criminalización que hacen los
gobiernos latinoamericanos sobre pueblos originarios reflejan las concepciones
de hace cinco siglos", afirmó Naciones Unidas tras reunirse con líderes
aborigenes en el continente
Una representante de la ONU declaró este sábado que el
racismo y la discriminación hacia los indígenas se mantienen latentes en América
Latina, donde aún está vigente el modelo de colonización implantado hace más de
500 años, pese a esfuerzos internacionales para contrarrestarlos.
Mirna Cunningham, miembro del Foro Permanente de Asuntos
Indígenas de la ONU explicó que esa forma de pensar considera a todo lo
relacionado a los pueblos indígenas “como
algo atrasado y salvaje, que además ve al indígena como sospechoso de
terrorismo”.
“La criminalización
que hacen los gobiernos latinoamericanos sobre las acciones y protestas de los
pueblos originarios y de ver al indígena como terrorista refleja las
concepciones racistas que trajeron los colonizadores hace más de cinco siglos”,
subrayó Cunningham.
Esa percepción radica en que “el indígena no tiene entre sus prioridades la acumulación de riquezas,
muy común en la sociedad occidental, porque también piensa que se deben
proteger los bosques y el medio ambiente, además de tratar de preservar su
identidad cultural, lo que lo convierte en sospechoso”, reflexionó.
Cunningham, de nacionalidad nicaragüense, participó en la
Jornada Internacional “Pueblos Indígenas
y Derechos”, organizada por la asociación Chirapaq (Centro de Culturas
Indígenas del Perú), como uno de los pasos previos a la Conferencia Mundial de
Pueblos Indígenas que celebrará Naciones Unidas en 2014.
La reunión, con asistencia de líderes de pueblos autóctonos
de América Latina y el Caribe, concluyó el viernes con el acuerdo de asumir la
defensa de sus territorios ante la depredación de empresas extractivas.
En el evento Tarcila Rivera, Coordinadora Continental del
Enlace de Mujeres Indígenas de las Américas y presidenta de Chirapaq, estimó
que “el racismo es una cuestión estructural e histórica, que se ha convertido
en una ideología que considera a los indígenas como ciudadanos de tercera
categoría”.
La representante del Foro Permanente de la ONU aclaró que
las naciones originarias no se oponen al desarrollo, pero “planteamos que ese desarrollo debe respetar todas las formas de vida y
debe ser sostenible”.
Cunningham remarcó que las naciones indígenas tienen un
modelo de desarrollo propio que debe ser respetado y que se basa en la defensa
del medio ambiente y de los recursos naturales, especialmente del agua.
El papel de los movimientos indígenas es encontrar
mecanismos de control para monitorear que los gobiernos cumplan las normas
internacionales, remarcó al señalar que el objetivo es que la conferencia de
pueblos indígenas del próximo año incorpore nuevos acuerdos para aplicar de
manera efectiva las normas en defensa de sus pueblos. Fuente: infobae.com
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