A orillas
del mar tropical, lejos del bullicio de La Habana, más de 13,000 jóvenes pobres
de más de un centenar de países estudian Medicina en una escuela que parece una
Torre de Babel. “Estudiar Medicina era uno de los sueños que tenía, y para una
familia humilde como la mía era imposible hacerlo”, dice a la AFP la hondureña
Merady Gómez, alumna del segundo año en la Escuela Internacional de Medicina
(ELAM), situada en Santa Fe, 25 km al oeste de La Habana.
“Aquí estoy realizando ese sueño y tengo muchas expectativas de poder
ayudar a mi país. Esta escuela es una bendición”, añade Gómez, de 18 años.
La ELAM ocupa un predio de 120
hectáreas, tiene 28 edificios pintados de blanco y azul, en los que hay 130 salas
de clases, diversos laboratorios, dormitorios, cafeterías y hasta un pequeño
hospital.
Es una de las tres escuelas
internacionales creadas por Fidel Castro, que gobernó Cuba desde 1959 a 2006,
pero las otras dos –de Cine y Deportes– no tienen la cantidad de alumnos ni la
diversidad de la ELAM.
También hay otra diferencia: la
ELAM y la Escuela de Deportes son gratuitas, mientras que los alumnos
extranjeros pagan miles de euros en la Escuela Internacional de Cine.
RUBIOS ESTADOUNIDENSES CON NEGROS
AFRICANOS
Ahmed Bokovi, un joven de 22 años
procedente de Chad, agradece “a Dios y a
Cuba por esta gran oportunidad” de estudiar gratis Medicina.
“Vivo bien, no tengo problemas. Algunas veces la comida no está buena,
pero igual la agradecemos”, dice Bokovi, lamentando que con frecuencia el
menú incluya carne de cerdo, algo que él no come, pues es musulmán.
Su compañero de Zimbabue, Douglas
Macheri, de 20 años, cuenta que está siguiendo los pasos de su padre, que
estudió Medicina en Cuba y ahora “atiende
a las personas pobres” en Zimbabue, aunque por eso “no gana mucho dinero”.
MÁS DE 13 MIL ESTUDIANTES
Los futuros galenos cursan en
esta escuela solo los dos primeros años de la carrera, que dura seis.
La ELAM tiene un total de 13,282
alumnos, pero ahora en Santa Fe solo hay 1,349, pues el resto está completando
su formación en Facultades de Medicina y hospitales repartidos en toda la isla.
Los alumnos provienen de 124
países: los hay de América Latina y el Caribe, África, Asia y Oceanía, “fundamentalmente de los estratos más
humildes de esas sociedades”. Incluso hay algunos de Estados Unidos.
A ese abanico de etnias, lenguas,
culturas, tradiciones, credos religiosos y políticos “no lo logras integrar, ni es el propósito; uno logra que convivan e
interactúen en un clima de respeto, amistoso, y ese es uno de nuestros grandes
logros”, explica Víctor Díaz, del equipo de Relaciones Internacionales de
la ELAM.
“Aquí los rubios estadounidenses andan con negros africanos”, bromea
Díaz.
HUMANO Y SOLIDARIO
“En 14 años hemos graduado a 17,272 médicos de 70 países, con el
objetivo fundamental de que ellos puedan regresar a sus comunidades de origen y
trabajar con las poblaciones afectadas”, declara orgullosa a la AFP la
vicedirectora académica de la ELAM, Heidi Soca.
“No damos a los estudiantes nada de política”, indica Soca,
profesora fundadora de la escuela, quien desestima las críticas de algunas
asociaciones médicas extranjeras, que alegan que la ELAM “adoctrina” a sus alumnos, o bien cuestionan su nivel académico.
Soca atribuye estas críticas a
que “los médicos que graduamos
constituyen una competencia para ellos” y afirma que en otros países hay
galenos que “ven la Medicina como una
mercancía”.
En cambio, “los médicos nuestros tienen la visión de una Medicina humana y
solidaria”, “van muchas veces (a
trabajar) a los lugares donde ellos no quieren ir” y su “alto nivel científico-técnico es reconocido
internacionalmente”, agrega.
La ELAM también participa en la
formación de 26,682 médicos en 67 países donde laboran brigadas médicas
cubanas.
CURSOS DE ESPECIALIZACIÓN CON
PAGOS
Pero los recursos de la escuela
no son ilimitados. Por ello, en 2012 comenzó a recibir a alumnos cuya formación
es financiada por sus respectivos gobiernos, y está en la búsqueda de nuevos
aportes.
“Para nadie es un secreto las dificultades económicas que tiene el país”
y que para “hacer sostenible este
proyecto humano y solidario, hace falta financiamiento”, dice la
vicerrectora académica de la ELAM, Heidi Soca.
Por esta razón, la ELAM proyecta
cobrar a sus egresados los cursos de especialización que antes les impartía
gratuitamente.
Según sus estadísticas, 3,226
graduados ya se han especializado en la misma ELAM en Medicina General
Integral, y de ellos 844 han terminado una segunda especialidad.
Entre estos últimos hay una
pareja de ecuatorianos, Ingrid Toapanda, de 28 años, y Fernando Cruz, de 31,
quienes están especializándose en genética clínica.
Ambos integraron la brigada
médica cubana que trabajó en Haití luego del devastador terremoto de 2010, y
luego participaron en su país en la misión Manuela Espejo, de atención a
discapacitados.
“En tantos años alejados de la familia, claro que te pierdes cosas
importantes, pero la recompensa es la oportunidad que nos ha dado este país de
formarnos como médicos y de revertir todo ese conocimiento en tu gente”,
dice Toapanda. Fuente: cubainformacion.tv
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