Las áreas verdes son zonas con superficie forestal. Las
rojas han
sufrido pérdidas, las azules
han ganado y las rosas han experimentado
ambas cosas, pérdida y
posteiormente ganancia.
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Las poblaciones indígenas y organizaciones ecologistas son
los sectores más conscientes de un fenómeno, que, sin embargo, afecta a todo el
ecosistema mundial. Carecían de datos precisos que certificaran lo que ya
sabían, hasta ahora. La revista 'Science' ha publicado un estudio de la
Universidad de Maryland (UMD) que ha sido capaz de desarrollar un mapa interactivo en alta resolución. La herramienta proporciona por primera vez
información espacial y temporalmente detallada sobre la superficie forestal perdida
y ganada durante los últimos 12 años a través de las observaciones del satélite
Landsat 7.
Identificar las causas de las perturbaciones en las
superficies boscosas, las relaciones entre las dinámicas forestales y el
bienestar social, o el alcance de las políticas medioambientales son algunos de
los temas que a partir de ahora se valorarán con mayor precisión.
El estudio confirma que un total de 2,3 millones de
kilómetros cuadrados de bosque se han perdido, frente a los 800.000 kilómetros
cuadrados que se han ganado. Si se hacen cuentas, ello supone que hay 1,5
millones de kilómetros cuadrados menos de superficie forestal que hace una
década aproximadamente. Estas áreas, advierten los conservacionistas, son
particularmente importantes para salvaguardar la biodiversidad, pues albergan
buena parte de las aves, anfibios y mamíferos amenazadas en el planeta.
Indonesia registra las tasas de pérdida de masa forestal más
altas (1021 kilómetros cuadrados por año), motivo por el que ocupa el tercer
puesto en países que más emiten más gases de efecto invernadero, detrás de
China y Estados Unidos. Aún es pronto para conocer la eficacia de su reciente
compromiso, instituido en 2011, para detener la destrucción forestal.
En el lado opuesto se sitúa Brasil, históricamente el mayor
responsable de la deforestación tropical mundial, al convertirse en la región
con la mayor disminución en la pérdida anual forestal. Los autores del estudio
insisten en el ejemplo brasileño por ser la prueba irrefutable de que con unas
políticas verdaderamente interesadas en corregir los comportamientos
irrespetuosos con los bosques pueden subsanar las tendencias negativas. En este
sentido, también se lamentan de que organismos como el Programa para la
Reducción de Emisiones por Deforestación de la ONU (REDD, en sus siglas en
inglés) carezca de la inversión y capacidad científica necesarias, es decir,
que la política esté mucho más adelantada que sus capacidades operativas.
La silvicultura (es decir, el cultivo de los bosques o
monte) es una de las principales causas de deforestación en noroeste de los
Estados Unidos, igual que los europeos de Estonia y Letonia. Pero el factor
humano no es siempre el mayor responsable: incendios (los provocados por causas
naturales), tormentas de viento y ciclones también causan importantes pérdidas
en países como Portugal o Francia.
El análisis de los datos del satélite se hizo posible
gracias a la colaboración de Google Earth Engine que puso en práctica los
modelos desarrollados por la UMD para la caracterización de los conjuntos de
datos del satélite Landsat 7. Fuente: www.elmundo.es
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