* Por Jorge Dotto
El uso a largo plazo y frecuente de marihuana
podría dañar y destruir el centro del placer en el cerebro.
El uso de la marihuana (Cannabis) tiene un objetivo claro,
tener una sensación de placer, pero, también algunas personas la fuman para
relajarse y pasar un “buen momento”. Por supuesto, que lo más importante es
preguntarse: ¿por qué una persona consume una sustancia? Y, cuando decimos
sustancia nos referimos al alcohol, tabaco, medicamentos, marihuana, cocaína,
paco, éxtasis o cristal, entre tantas otras.
La persona puede llegar a tener un problema personal,
emocional, familiar o laboral, y en algunas oportunidades recurre al consumo de
una sustancia como una manera de lograr un escapismo farmacológico, o sea,
olvidarse temporariamente de esos problemas que le perturban su pensamiento, y
que a veces, interfieren con las actividades de la vida diaria, inclusive
dormir.
La marihuana como otras sustancias provoca el efecto
deseado, el placer, pero también los efectos adversos o toxicidad como todas
las drogas mencionadas anteriormente. He comentado en otras columnas de esta
sección “Perfil genético”, lo que provoca la droga ilegal más consumida en el
mundo, y está clara mi postura al respecto. No es una droga innocua, es
responsable de ser un factor de riesgo para desarrollar psicosis, y es la 2da
causa de accidentes de tránsito fatales, después del alcohol. Pero, en este
momento me voy a concentrar en el placer.
A nivel del cerebro hay compuestos químicos que son los
encargados de participar y llevar la información entre las neuronas, los
llamados neurotransmisores. El neurotransmisor llamado dopamina es el que
participa en el mecanismo del placer y la recompensa. Se ha demostrado que
algunas personas que tienen mutaciones (alteraciones) del gen DRD2 tienen mayor
riesgo para desarrollar adicción (dependencia) a sustancias.
La mayoría de las personas que fuman marihuana no son
adictas, como comenté anteriormente están buscando una sensación de placer para
relajarse en un momento de tensión, para divertirse el fin de semana comiendo
un asado con amigos o antes de tener relaciones sexuales. Algunas personas el
solo hecho de fumar les da placer. Pero cuidado, el uso a largo plazo y
frecuente de marihuana podría dañar y destruir el centro del placer en el
cerebro. El hombre es un “animal de costumbre”, si nos acostumbramos al
estimulo cuando este no esta sentimos la carencia, y no logramos disfrutar.
Un estudio recientemente publicado en la revista Proc Natl
Acad Sci U S A en julio de 2014 demostró que las personas que abusan o son
adictas a la marihuana, o sea, que consumen Cannabis por un largo período de
tiempo dañarían el sistema de dopamina en el cerebro, y por ende, afectarían la
posibilidad de sentir el efecto que buscan fumando un porro, el placer.
Aunque la muestra estudiada fue pequeña ya que participaron
48 individuos: 24 personas que tienen una dependencia a esta sustancia (fumaban
de promedio 5 cigarrillos de marihuana por día, 5 días a la semanas por un
período de 10 años), y 24 personas que actuaron como control, los resultados
son interesantes y se deben tener en cuenta para analizar estos efectos a mayor
escala.
Lo que sorprendió a este equipo de investigadores fue
encontrar que las personas que tenían una dependencia a la marihuana no
reaccionaban de la misma manera que las personas consideradas como controles
cuando se los estimulaba y se analizaban las imágenes cerebrales. O sea, ambos
grupos producían la misma cantidad de dopamina en el cerebro, pero las personas
que tienen una dependencia al Cannabis no la “procesaban” como una sensación de
placer. Por lo que llegaron a la conclusión que la marihuana dañaría el
mecanismo de recompensa y placer en el cerebro.
No estoy en contra de la libertad individual. Por supuesto
estoy en contra de las drogas, inclusive de ésta, pero el objetivo es difundir
que no es “tan buena” como algunos difunden de manera masiva.
Inclusive, como en este caso, algo realmente sorprendente,
ya que el efecto buscado por la mayoría desaparecería por el abuso prolongado
en el tiempo. Pero, cuando hablamos de placer, no solo hablamos de sentir
placer al fumar, sino a disfrutar otras acciones que incluyen esta sensación,
como por ejemplo, puede ser una relación sexual, mirar una película o escuchar
música, entre otras tantas cosas.
En conclusión, si fumas mucho porro durante mucho tiempo,
además de quemarte el cerebro, no vas a sentir placer.
(*) Jorge Dotto es médico (UBA). Especializado
en anatomía patológica (Yale University School of Medicine), patologia
ginecologica y mamaria (Yale University School of Medicine) y patología
molecular & genética (Harvard Medical School). Obtuvo el Premio al Joven
Líder 2005 del College of American Pathologists (CAP) Foundation.
#MisCromosomas. Fuente: rouge.perfil.com
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