Por Gloria Schiavi
NACIONES UNIDAS, 24 sep 2014 (IPS) - La gente que vive en
las ciudades supera en número a la población del medio rural, y la tendencia no
parece estar retrocediendo, según ONU-Habitat.
En la actualidad, 54 por ciento de la población mundial vive
en centros urbanos, una proporción que subirá a 66 por ciento en 2050, según
las proyecciones de la agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)
para los asentamientos humanos, que advierte que la planificación es
fundamental para lograr un crecimiento urbano sostenible.
“En la jerarquía de
las ideas, primero viene el diseño urbano y luego todo lo demás”, declaró
el español Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Habitat, mientras se encontraba
en Nueva York para una reunión preparatoria de Hábitat III, la conferencia
mundial sobre desarrollo urbano sostenible que tendrá lugar en 2016.
“Urbanización,
parcelación, construcción, en este orden”, dijo Clos al explicar que en
muchas ciudades el orden se invierte y después es difícil resolver los
problemas.
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU
señala que la población urbana pasó de 746 millones de personas en 1950, a
3.900 millones en 2014, y se espera que supere los 6.000 millones en 2045.
En la actualidad existen 28 megalópolis con más de 10
millones de habitantes, y para 2030 el mundo tendrá al menos 41 de estas
ciudades gigantes.
Un informe de la ONU revela que los asentamientos urbanos
padecen inéditos problemas demográficos, ambientales, económicos, sociales y
espaciales, y que la urbanización espontánea termina con frecuencia en los
barrios informales.
Aunque la proporción de población urbana que vive en estos
barrios pobres disminuyó en los últimos años, y uno de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio alcanzó su propósito de mejorar la vida de al menos 100
millones de habitantes tugurizados, el número absoluto sigue en crecimiento,
debido en parte al rápido ritmo de la urbanización.
El mismo informe calculó que en 2012 había 863 millones de
residentes urbanos que vivían en tugurios, en comparación con 760 millones en
el año 2000.
“En el pasado, la
urbanización era un plato de cocción lenta y no una comida rápida”, dijo
Clos, que fue alcalde de la ciudad
española de Barcelona de 1997 a 2006.
“Hemos visto en muchos
casos que la urbanización espontánea no se ocupa del espacio público y su
relación con las parcelas edificables, que es la esencia del arte de la
construcción de las ciudades”, destacó.
Clos cree que para construir las ciudades es necesario tener
una visión. Y con eso no se refiere a la construcción de edificios, sino de
comunidades sanas y sostenibles.
Relinda Sosa es la presidenta de la peruana Confederación
Nacional de Mujeres Organizadas por la Vida y el Desarrollo Integral
(Conamovidi), cuyos 120.000 activistas trabajan para que sus comunidades sean
más inclusivas, seguras y resistentes.
La red de mujeres se encarga de más de 10.000 comedores
populares en Perú para garantizar la seguridad alimentaria, identificar los
problemas y prevenir los desastres naturales en las ciudades.
“Debido a la
configuración de la sociedad, las mujeres son las que pasan más tiempo con las
familias y en la comunidad, y por eso la conocen mejor que los hombres, que
muchas veces solo descansan en la zona y luego salen a trabajar lejos”,
indicó Sosa a IPS.
“Pero a pesar de la
posición que ocupan, y debido a la cultura machista que existe en América
Latina, las mujeres a menudo son invisibles. Por eso trabajamos para asegurar
que participen en el proceso de planificación, debido a los datos y los
conocimientos que tienen”, añadió.
El vínculo entre los líderes públicos y electos es crucial,
y Conamovidi intenta facilitarlo mediante la participación de las mujeres
organizadas.
“Cuando el acceso a
los servicios básicos es deficiente, las mujeres son las que tienen que
enfrentar estas situaciones primero”, dijo Carmen Griffiths, dirigente de
GROOTS Jamaica, una organización vinculada a Conamovidi.
“Observamos los
patrones de los asentamientos en las ciudades, hablamos de la densificación
urbana, de la gente que vive en la periferia, en los asentamientos informales,
en viviendas irregulares, sin agua ni saneamiento en algunos casos, sin
electricidad adecuada. Hablamos sobre lo que causa la violencia contra las
mujeres” en los centros urbanos, explicó Griffiths.
Como dijo Clos a IPS, la protección del espacio público es
fundamental, idealmente en una proporción de 50 por ciento frente a las
parcelas edificables, así como la propiedad pública de los planes de
construcción.
El gobierno local tiene que garantizar la existencia de
servicios en el espacio público, algo que no sucede en una situación de barrio
tugurizado, donde no existen regulaciones ni inversión pública, agregó.
Griffiths se reúne todos los meses con las mujeres de su
organización para hablar de sus problemas y necesidades y asegurar que se
planteen a las autoridades locales.
“A veces sucede que te
encuentras con buenos políticos, pero en otras ocasiones solo quieren el voto y
no interactúan con la gente en absoluto”, añadió.
Griffiths también integra el consejo asesor de ONU-Habitat,
para expresar las necesidades de su pueblo en el plano internacional y luego
llevar el conocimiento a las comunidades, explicó.
Estas batallas generan algunos buenos resultados,
especialmente en el entorno urbano. Sosa aseguró que las mujeres de las
ciudades están conquistando, poco a poco, una participación más amplia,
mientras que en el ámbito rural la mentalidad sigue siendo muy conservadora.
Acerca de la relación entre el medio urbano y el rural,
Maruxa Cardama, coordinadora de proyectos de Communitas, Coalición por Ciudades
y Regiones Sostenibles, dijo a IPS que hace falta un plan inclusivo.
Las ciudades son dependientes de los recursos naturales de
las zonas rurales, como la agricultura, por lo que la planificación urbana no
debe detenerse donde terminan los edificios de apartamentos, explicó. Esto
asegurará que el medio rural no esté aislado y cuente con los servicios
necesarios, añadió.
Aunque no estarán completados hasta 2015,
actualmente una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que
discute la comunidad internacional es que “las
ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resistentes y
sostenibles”. Fuente: www.ipsnoticias.net
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