Un informe elaborado en la Facultad de Ciencias
Médicas advierte sobre los problemas de salud en la localidad de Malvinas
Argentinas y reclama evitar la planta de transgénicos de Monsanto. La empresa
dice que su accionar “está dentro de las leyes vigentes”.
Por Darío Aranda
Profesionales de la salud de cuatro cátedras de la Facultad
de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba relevaron la
situación sociosanitaria de la localidad de Malvinas Argentinas, donde se
mantienen los cuestionamientos por la instalación de la empresa Monsanto.
Detectaron enfermedades respiratorias y de piel, abortos espontáneos y
malformaciones congénitas. Los investigadores, luego del estudio
interdisciplinario, concluyeron: “Someter
a esta población a un nuevo golpe en su salud ambiental, como el que generará
una enorme planta de semillas transgénicas de Monsanto, no es recomendable
desde el punto de vista médico, y es intolerable desde el punto de vista social”.
Monsanto señaló que la polémica por la radicación de la empresa se debe a “falta de información” y destacó que su
accionar “está dentro del marco de las leyes vigentes”.
La investigación “Análisis
de la salud colectiva ambiental de Malvinas Argentinas” destaca la
existencia de casos de bronquiolitis, bronquitis, asma y alergias, que “comprometen a la mayoría de los niños del
pueblo”. “Se trata de una población que padece enfermedades respiratorias de
manera llamativamente más frecuente e intensa que en otras poblaciones”,
señala.
Detalla que la localidad tiene una prevalencia de 15,46 por
ciento en neumopatías (enfermedades pulmonares) y la zona más expuesta a
fumigaciones (el barrio Nicolás de Bari) llega al 20,25 por ciento, lo
relaciona con la “elevada contaminación” del aire con polvo proveniente de los
campos vecinos. “El pueblo no tiene
acopios de granos, pero Monsanto está construyendo una fábrica que necesita
almacenar una enorme cantidad de granos y prevé construir 240 silos para 16
toneladas cada uno. La experiencia de los pueblos agrícolas nos enseña que
vivir alrededor de los acopios de granos es de alto riesgo para patologías
respiratorias”, advierte la investigación. Las enfermedades de piel afectan
al diez por ciento de la población y en el barrio Nicolás de Bari llegan al 30
por ciento.
Los investigadores relevaron a 178 mujeres que padecieron
abortos espontáneos en los últimos años. “Una
prevalencia de 22 por ciento de mujeres en edad reproductiva (MER) en la
muestra estudiada. En el Nicolás de Bari tiene el valor más elevado (25,6 por
ciento)”. El Centro de Estudios de Estado y Sociedad y el Centro de
Estudios de Población estiman que en Argentina los abortos espontáneos tienen
una prevalencia de 0,6 por ciento de MER. “Un
valor de 22 por ciento de abortos espontáneos en Malvinas Argentinas nos dice
que algo grave está pasando”, advierte la investigación. También detectaron
42 casos de nacimientos con “defectos”.
Nicolás de Bari tiene 1,83 casos por cada cien vecinos encuestados, mientras
que la zona menos expuesta a agrotóxicos tiene 0,66 por ciento. “Se verificó que hay mayor probabilidad de
tener hijos con malformaciones si el hogar está más cerca de campos fumigados
con agrotóxicos”, explica.
“El alto impacto
encontrado en salud reproductiva, respiratoria y dérmica más la distribución
espacial de las mismas, incluyendo tumores y cánceres, con mayor presencia en
las zonas más expuestas a los pesticidas, reflejan grados de vulnerabilidad
ambiental muy grandes. La vulnerabilidad de la población es de las más altas de
Córdoba y la capacidad del Estado municipal de responder a la demanda de
enfermedad es mínima”, afirma.
La jefa de Prensa de Monsanto, Fernanda Pérez Cometto,
señaló que no tuvieron acceso a la investigación, pero remarcó que tienen una
planta similar (aunque de menor envergadura) en Rojas (Buenos Aires) y “nunca se detectaron problemas en la
población, todas nuestras plantas cumplen los más altos estándares de seguridad”.
Respecto del rechazo que genera la instalación de Monsanto, Pérez Cometto
apuntó a la “desinformación” de quienes
se oponen y explicó que apuntan al “diálogo de todos los sectores”. Ante la
posibilidad de una consulta popular (como propone la Asamblea de Vecinos
Malvinas Lucha por la Vida), desde Monsanto destacaron que “lo deben decidir las autoridades municipales”.
El trabajo fue realizado por Luciana Ruderman (Red
Universitaria de Ambiente y Salud), Betiana Cabrera Fasolis (Cátedra de
Medicina Psicosocial), Gloria Dozzo (Alergia e Inmunología), Carlos Nota
(Medicina I) y Medardo Avila Vázquez (Clínica Pediátrica). Entrecruzaron
información social y económica y obtuvieron “datos sanitarios directos” de 3563 personas.
Los investigadores concluyeron que la localidad posee el
perfil de enfermedades que caracteriza a los pueblos fumigados con
agroquímicos, calificaron de “muy grave
el escenario socioambiental” y recomendaron “no someter a la población a los
efectos de, entre otros contaminantes, el polvo de cereales que emanará de los
silos y la actividad productiva de Monsanto”.
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