sábado, 12 de septiembre de 2015

¿La ley es femenina o masculina?

El 90% de los países en el mundo tiene al menos una ley que discrimina a las mujeres


Puede parecer raro, pero en pleno siglo XXI solamente 18 países no tienen restricciones legales que impiden a la mujer alcanzar su potencial económico. Tres de esos países están en América Latina y el Caribe: México, Perú y República Dominicana.

Si bien la región ha registrado progresos en la introducción de leyes contra la violencia de género, aún hay muchas barreras para las mujeres en cuánto a oportunidades económicas, según un nuevo estudio del Banco Mundial.

En Bolivia, por ejemplo, las mujeres casadas no pueden trabajar sin tener el permiso de sus maridos. En 16 economías de la región, las mujeres no tienen acceso a los mismos trabajos que los hombres: en Honduras y Colombia, las trabajadoras no pueden tener empleos considerados peligrosos y en Belice las mujeres no pueden trabajar en fábricas por la noche o manipular mercancías en un muelle.

Pero también hay mejoras: Jamaica suprimió una ley, con más de 70 años de vigencia, que impedía a las mujeres trabajar de noche.

Hay muchas restricciones de empleo para las mujeres (en el mundo), algunas bastante interesantes. Creo que, en parte, la razón detrás de ellas es el deseo de proteger a las mujeres, pero lo que sugerimos es verlo desde la perspectiva de una mujer”, opina Sarah Iqbal, autora del reporte Mujer, Empresa y el Derecho 2016 (i) del Banco Mundial. Este estudio analiza diferencias legales de género en 173 economías, en siete áreas: el acceso a las instituciones, el uso de la propiedad, la obtención de empleo, los incentivos para trabajar, la capacidad de generar un historial crediticio, el acceso a la justicia y la protección de la mujer contra la violencia.

La experta menciona que en Francia por ejemplo existe una restricción para las mujeres en cuanto a lo que pueden cargar: no más de 25 kilogramos, lo que les impide ser conductoras para UPS, Fedex u trabajadoras postales. “Esto es el peso promedio de un niño de 5 años. Y cualquier madre les dirá que cargar a su hijo (pequeño) es algo que hace todos los días”, afirma Iqbal.

Progreso contra la violencia doméstica

En América Latina y el Caribe, casi todos los países tienen leyes contra la violencia doméstica, aunque los expertos advierten que sólo es el primer paso y que hay que enfocarse en aplicarlas.

En América Latina, la violencia contra las mujeres es un asunto importante. Los países han introducido legislaciones y están tratando de implementar mejor esta legislación”, dice Sarah Iqbal. Un ejemplo es la ley de Maria da Penha en Brasil, que la experta considera un “modelo de legislación sobre la violencia doméstica”. “Hay muchos compromisos presupuestales vinculados a ésto y están tratando de cambiar la conversación sobre la violencia en Brasil y sobre la violencia doméstica”, explica Iqbal.

El reporte muestra que la región ha hecho otros progresos en la igualdad de género desde el punto de vista de legislaciones: Uruguay aumentó la edad mínima para poder casarse, así como la duración de los permisos de maternidad y paternidad, mientras que Nicaragua introdujo el permiso de paternidad y mejoró los derechos de propiedad de las mujeres en caso de divorcio.

Por otra parte, “en América Latina hay un movimiento fuerte para desarrollar mejores formas de guarderías”, dice Iqbal. Los expertos encontraron que donde hay apoyo de los gobiernos para el cuidado de los niños, a través de apoyo público o de subsidios a proveedores privados, hay más probabilidad que las mujeres estén trabajando.

El costo de ser mujer

Estas mejoras son importantes ya que la discriminación contra las mujeres en las leyes puede tener impactos negativos en la sociedad a largo plazo.

Un nivel más alto de desigualdad de género parece estar asociado a todo tipo de disfunciones sociales”, dice Augusto Lopez-Claros, director del Grupo de Indicadores Globales del Banco Mundial. “Por ejemplo, en los países con más diferenciaciones o discriminaciones contra las mujeres incorporadas en las leyes, menos niñas van a la escuela secundaria que niños. (En esos países) hay tasas de participación en la fuerza laboral más bajas, menos mujeres dirigen empresas, y existe una brecha de género más amplia”.

Incluso, se pueden asociar las leyes contra la violencia doméstica con la longevidad de las mujeres. “Lo que vemos es que en economías con leyes contra la violencia doméstica, es más probable que las mujeres vivan hasta los 65 años o más”, explica Sarah Iqbal. Fuente: elpais.com


Isabelle Schaefer es productora online del Banco Mundial.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Amnistía Internacional, preocupada por la "violencia" contra aborígenes en el país

Un informe de la organización detectó 183 conflictos que afectan a pueblos originarios en Argentina. Advierte por la exclusión que padecen.


La organización Amnistía Internacional Argentina presentó un informe sobre los conflictos que sufren las comunidades indígenas en el país en reclamo por sus tierras, en el que advierte sobre el estado de "violencia y exclusión" en el que viven.

A través de un relevamiento, Amnistía detectó 183 conflictos que afectan a los pueblos originarios en Argentina, en los que denuncian el incumplimiento de sus derechos por parte de los gobiernos (municipales, provinciales y nacionales), empresas privadas, fiscales y jueces.

La organización lanzó un mapa a través del sitio www.territorioindigena.com.ar, en el que se pueden consultar las distintas situaciones conflictivas que viven las comunidades indígenas en el territorio nacional.

"El Estado reconoce en la actualidad la existencia de al menos 955 mil personas pertenecientes a más de treinta pueblos originarios. Y el mismo Estado admite que se trata de un "subregistro" y que son muchos más. Aún así, un discurso recurrente se refiere a los pueblos originarios como un hecho del pasado y no como una cultura que está viva y presente en la actualidad", explicó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, a través de un comunicado.

Entre todos los casos, Amnistía destacó seis hechos que demuestran "la significativa distancia entre los derechos vigentes en leyes provinciales, nacionales y tratados internacionales de derechos humanos y su efectiva aplicación".

El de mayor trascendencia pública por estos días es el largo conflicto que mantiene la comunidad indígena Potae Napocna Navogoh, hoy conocida como "La Primavera", en la zona de Laguna Blanca, en Formosa, que sigue reclamando por la devolución y titulación del territorio.

Su líder, Félix Díaz, enfrenta varios procesos penales, y desde hace tiempo encabeza un acampe en el cruce de avenida 9 de julio y avenida De Mayo, en la ciudad de Buenos Aires.

Otro de los conflictos es el que vive la comunidad Quilmes (CIQ) en Tucumán, que reclama los derechos sobre un extenso territorio que un empresario local intenta quedarse para la explotación turística, y por el cual se han producido en los últimos años varios desalojos.

Como hecho paradigmática figura además el asesinato del miembro de la comunidad diaguita Pedro Chocobar en 2009, cuando se encontraba defendiendo un territorio junto a otros comuneros en el departamento de Trancas, también en Tucumán.

En el informe de Amnistía se resalta también el conflicto entre la comunidad pilagá El Descanso y el gobierno de Formosa, por una ruta construida que desde finales de los '90 inunda el territorio, y el que vive los integrantes de Lof Campo Maripe en la zona donde fue descubierto el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén.

El último caso resaltado en el informe es el de Relmu Ñamku, dirigente indígena de la comunidad Winkul Newen del pueblo mapuche, que se encuentra procesada por tentativa de homicidio tras intentar resistir un desalojo en la zona de Paraje Portezuelo Chico, en Neuquén.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La humanidad ya ha destruido la mitad de todos los árboles del planeta

En el mundo hay tres billones de árboles, 422 por persona, según el recuento más preciso hasta la fecha. A este ritmo de deforestación, desaparecerán en 300 años.



Es el tipo de pregunta que deja sin guardia a cualquier padre y que ni las mejores mentes han podido responder de forma satisfactoria: ¿Cuántos árboles hay en el mundo?

Un nuevo estudio acaba de aportar el cálculo más preciso hasta el momento y los resultados son sorprendentes, para lo bueno y para lo malo. Hasta ahora se pensaba que hay 400.000 millones de árboles en todo el planeta, o 61 por persona. El recuento se basaba en imágenes de satélite y estimaciones del área forestal, pero no en observaciones sobre el terreno. Después, en 2013, estudios basados en recuentos directos confirmaron que solo en el Amazonas hay casi 400.000 millones de árboles, por lo que la pregunta seguía en el aire. Y se trata de un dato crucial para entender cómo funciona el planeta a nivel global, en especial el ciclo del carbono y el cambio climático, pero también la distribución de especies animales y vegetales o los efectos de la actividad humana en todos ellos.

El nuevo recuento, que publica hoy la revista Nature, muestra que en realidad hay tres billones de árboles en todo el planeta, unas ocho veces más que lo calculado anteriormente. De media hay 422 árboles por cada humano.

La cuenta por países destapa una enorme desigualdad, con ricos como Bolivia, con más de 5.000 árboles por persona, y pobres de solemnidad como Israel, donde apenas tocan a dos. Gran parte del contraste se debe a factores naturales como el clima, la topografía o las características del suelo, pero también al efecto inconfundible de la civilización. Cuanto más aumenta la población humana, más disminuye la cuenta de árboles. En parte se explica porque la vegetación prospera más donde hay más humedad, los lugares que también preferimos los humanos para establecer tierras de cultivo.
El trabajo calcula que, cada año, las actividades humanas acaban con 15.000 millones de árboles. La pérdida neta, compensando con la aparición de nuevos árboles y la reforestación, es de 10.000 millones de ejemplares. Desde el comienzo de la civilización, el número de árboles del planeta se ha reducido en un 46%, casi la mitad de lo que hubo, indica el estudio, publicado hoy en Nature.

Si este ritmo de destrucción sigue sin cambios, los árboles desaparecerán del planeta en 300 años. Son tres siglos, unas 12 generaciones. “Ese es el tiempo que queda si no hacemos nada, pero tenemos la esperanza de que podremos frenar el ritmo y aumentar la reforestación en los próximos años para aliviar el impacto humano en los ecosistemas y el clima”, explica Thomas Crowther, investigador de la Universidad de Yale (EE UU) y primer autor del estudio.

Europa deforestada

Hace dos años, representantes de la “Campaña de los 1.000 millones de árboles” de la ONU para replantar parte de la vegetación perdida necesitaban saber cuánto impacto estaban tendiendo sus esfuerzos. Contactaron a Crowther, que trabaja en la Escuela de Estudios Forestales y Medioambientales de Yale, para preguntarle cuántos árboles hay en el mundo y cuántos en las diferentes regiones donde trabajan. Fue el comienzo del presente estudio, firmado por 38 investigadores de 14 países. Juntos recopilaron datos de la densidad forestal tomados en más de 400.000 puntos de todos los continentes menos la Antártida. Dividieron la Tierra en 14 tipos de biomas, o paisajes bioclimáticos, estimaron la densidad de árboles en cada uno de ellos basándose en imágenes de satélite y comprobaron su fiabilidad con las medidas sobre el terreno. Por último compusieron el mapa global de árboles más preciso que se ha hecho nunca, en el que cada píxel es un kilómetro cuadrado.

Los resultados muestran que la mayor densidad de árboles se encuentra en los bosques boreales y de las regiones subárticas de Rusia, Escandinavia y Norteamérica. La mayor extensión de bosques está en los trópicos, con el 43% de todos los árboles del planeta. Los bosques del norte solo contienen el 24% del total de ejemplares y el 22% está en zonas templadas.

Europa es una de las zonas más castigadas. “Antes de la civilización, toda Europa era un gran bosque, pero la presión humana debido al desarrollo agrícola, industrial y urbano convierten a esta región en una de las más deforestadas en todo el mundo”, detalla Crowther. En España hay 11.300 millones de árboles, 245 por persona. Fuente: elpais.com