viernes, 28 de febrero de 2020

Coronavirus y desmonte | LAS NUEVAS PANDEMIAS DEL PLANETA DEVASTADO




Los científicos “cazadores de virus” llevan más de diez años alertando sobre nuevas enfermedades, consecuencia de la deforestación global. El asedio a los ecosistemas naturales, como muestra el Coronavirus, cuesta vidas y desata una recesión financiera internacional. Marina Aizen documenta los brotes similares de distintas zonas, traza una raíz común y piensa en las latencias de nuestra región.

La aparición de esos raros virus nuevos, como el coronavirus COVID-19, no es otra cosa que el producto de la aniquilación de ecosistemas, en su mayoría tropicales, arrasados para plantar monocultivos a escala industrial. También son fruto de la manipulación y tráfico de la vida silvestre, que en muchos casos está en peligro de extinción.

Hace más o menos una década, los científicos vienen estudiando la relación entre la explosión de las enfermedades virales y la deforestación. Esto no se puede apreciar mientras una topadora avanza contra un monte cargado de vida, sino que se revela recién cuando empiezan a aparecer síntomas extraños en las personas, malestares que antes no se conocían.

Este fenómeno está documentado en muchos países, que van desde el el Sudeste asiático hasta América latina, y cada uno tiene sus características, complejidades y dinámicas. Sin embargo, en el fondo se trata siempre de lo mismo: de cómo nuestra visión extractiva del mundo vivo está llevando a la humanidad a una encrucijada en la que pone en jaque a su propia existencia. Es algo que no se arregla con alcohol en gel.

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Carlos Zambrana-Torrelio es un científico boliviano, vicepresidente de EcoHealth Alliance, una organización con sede en Nueva York que monitorea la relación entre la vida silvestre y las enfermedades emergentes. Él anda siempre recorriendo zonas calientes, uniendo los puntos de las crisis epidémicas y el ambiente en el que se desarrollan. Y cuenta que todo el tiempo en todo el mundo hay saltos zoonóticos (de virus que van de los animales a los humanos), pero no siempre alcanzan la fama internacional, ya sea porque la enfermedad ha sido contenida o porque no se han dado las condiciones para que se propague.

En junio del año pasado, por ejemplo, se registró en Bolivia un foco de un nuevo patógeno, llamado Chapare Virus. Se había identificado por primera vez en 2003 en Cochabamba, en una zona desmontada para plantar arroz, que suele ser cosechado a mano, lo que implica que la gente que trabaja en su recolección vive cerca de la zona de cultivos. Cultivos que, a su vez, atraen a ratones portadores del virus que causa una fiebre hemorrágica. Y que es transmisible de humano a humano.
Sorpresivamente, unos 16 años después, apareció en una salita de emergencias en las afueras de La Paz un señor con síntomas que los médicos no conocían, por lo que no tomaron la precaución para protegerse. Enseguida, el señor se murió, dos médicos que lo atendieron, también. Tres muertos en dos semanas. Cómo viajó el virus del campo en la región tropical a los Andes, es un misterio.

Zambrana-Torrelio trabaja en Africa, particularmente en Liberia y Sierra Leona, donde el brote del ébola sorprendió a todo el mundo por su ferocidad. Allí la emergencia de la enfermedad tuvo como causa principal la fragmentación del bosque tropical. Eso hizo que se juntaran muchas especies distintas de murciélagos en los pocos árboles que quedaban en pie y empezaran a convivir hacinados en ellos. Esta mezcla de especies, que no habían interactuado antes en el ambiente, fue el caldo de cultivo de lo que pasó después.

Un día, un niño encontró un murciélago en el suelo y se lo llevó a su mamá para que se lo cocinara. Se presume que la mujer pudo haber tenido heridas en la mano. Y el contacto de los fluidos del animal con la sangre humana fue suficiente como para que se desencadenara una epidemia en una población altamente vulnerable. Entre 2014 y 2016 se registraron 28.600 casos de infección y 11.325 muertes por ébola, según cifras del Center for Desease Control (CDC) de los Estados Unidos.

Pero todo empezó por la deforestación”, señala Zambrana-Torrelio. “En Borneo, la fragmentación del bosque está causando el incremento de la malaria. Y la razón es porque en lugares abiertos, hay mayores huecos donde se acumula agua. Los mosquitos se reproducen y aumentan los casos en la gente que está en ese lugar poniendo palma para hacer aceite”, agrega el cazador de virus.

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La aparición de enfermedades zoonóticas no es un fenómeno nuevo, pero parecen ir en aumento. El autor David Quammen explora las razones en su libro Spillover: Animal Infections And The Next Human Pandemic (Derrame: Las infecciones animales y la próxima pandemia humana). Sostiene que una enorme población humana, sumada a una enorme población de ganado, a la destrucción de los hábitats naturales y los ecosistemas alterados, resulta en un combo que podría convertirse fácilmente en una diatriba sobre la venganza de la naturaleza contra la humanidad.

En un reportaje a la National Public Radio de Estados Unidos, Quammen señaló que las personas somos el vínculo común en todas las zoonosis: “Nosotros somos tan abundantes y tan perturbadores en este planeta… Estamos talando los bosques tropicales. Nos estamos comiendo la vida silvestre. Cuando entras en un bosque y sacudes los árboles, literal y figuradamente, los virus se caen de ellos”.


El desmantelamiento de sistemas boscosos ocurre a gran escala desde hace dos o tres décadas, empujado por la globalización, el capitalismo y la gran industria alimentaria. Por ejemplo, todos consumimos aceite de palma porque está presente en productos que van desde los cosméticos a las papas fritas sin grasas trans o el Nutella y el biodiésel. Lo que no sabemos es que esos productos conllevan, además de la desaparición de especies carismáticas como los orangutanes, virus que se contagian.

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En la Argentina, la transformación de ambientes ha traído consecuencias de enfermedad y muerte a lo largo de la historia, y no sólo por el asedio a ecosistemas como el Gran Chaco, Las Yungas y la Selva Paranaense, sino también de la llanura pampeana. Quien lo cuenta es Fidel Baschetto, veterinario cordobés, docente de la Universidad Nacional en esa provincia.

Si hacemos historia de las modificaciones ambientales en la Argentina, han ocurrido hechos que pasaron desapercibidos pero se han estructurado en un formato de normalidad. Por ejemplo, la conquista de la llanura pampeana y esta modificación y domesticación a mansalva que se hizo de ella, provocó una enfermedad que fue y es la fiebre hemorrágica argentina”, indica. También recuerda que la epidemia de fiebre amarilla, que se cobró la vida de hasta un 15% de la ciudad de Buenos Aires en el verano trágico de 1871, tuvo de base la interacción del hombre con zonas prístinas de la selva misionera.

Coronavirus vs. Gripe común: diferencias y semejanzas


Analizamos las diferencias y semejanzas del coronavirus y la gripe común. ¿Qué cosas son iguales a ambas? ¿Pueden diferenciarse fácilmente?


Con todos los ojos puestos en la epidemia de coronavirus, que ya deja un saldo de 33 afectados en España, muchos se preguntan por las diferencias y semejanzas entre este patógeno y otro viejo conocido y habitual de estas fechas: el virus de la gripe. ¿Qué cosas tienen en común? ¿Pueden diferenciarse fácilmente?

SÍNTOMAS DEL CORONAVIRUS Y DE LA GRIPE

Muchos de los síntomas de ambas infecciones son similares. Ambas provocan fiebre, tos, fatiga o dolor de cabeza y de garganta . Sin embargo, también parece que los afectados por una u otra enfermedad presentan ciertas particularidades. "Lo que estamos viendo, por el momento, es que la gripe provoca frecuentemente dolor muscular, mialgias. Sin embargo, este síntoma no se está viendo en la mayoría de las infecciones por coronavirus", explica Jordi Reina, jefe de la unidad de Virología del Hospital Son Espases de Mallorca.

"También tenemos datos que dicen que, en el caso del Covid-19, se produce en la gran mayoría de los casos una tos seca, sin expectoración", explica Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, quien también aclara que la neumonía asociada a la infección por coronavirus suele ser consecuencia de una evolución de la enfermedad, asociada al propio patógeno. En cambio, las neumonías asociadas a una gripe suelen producirse por sobreinfección con otros patógenos, como bacterias.

TRANSMISIÓN DE CADA VIRUS

Ambas enfermedades se transmiten también por vía respiratoria. Cuando un afectado tose o estornuda, libera pequeñas gotitas que contienen el patógeno. Esas gotas no permanece mucho tiempo en el aire, pero sí pueden depositarse en objetos que, si se tocan, contribuyen a la diseminación de los virus.

De cualquier forma, sí parece que el coronavirus tiene una mayor capacidad de transmisión que la gripe común. Se estima que se da un contagio de unos tres individuos por cada persona infectada, mientras que en el caso de la gripe esta transmisión llega a una o dos personas.

LETALIDAD

Según las estimaciones, la tasa de letalidad de la gripe común ronda el 0,1%. En cambio, la letalidad del coronavirus supera el 2% en China y se ha estimado que está en torno al 0,7% fuera del brote originario.

"No sabemos exactamente a qué se deben estas diferencias", explica Reina. "Se está investigando si puede deberse a diferencias en la asistencia sanitaria o también interviene un componente genético", añade el virólogo.

Tanto en el caso de la gripe como en el del coronavirus de Wuhan, las personas con más riesgo de morir y sufrir complicaciones por culpa de la infección son los ancianos y personas con un cuadro de patologías previas o inmunodepresión.

CIFRAS

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, las epidemias anuales de gripe causan de 3 a 5 millones de casos graves y de 290.000 a 650.000 muertes. En cambio, hasta la fecha, el nuevo coronavirus de Wuhan ha infectado a más de 83.000 personas y ha provocado casi 2.900 muertes.

Las medidas para prevenir la infección son también similares en ambos virus.

"Si me pidieran sugerencias para prevenir este virus daría consejos similares que en una gripe: lavar las manos frecuentemente, no tocar la cara con las manos... en ausencia de una vacuna, y aunque científicamente no sea igual a la gripe, los principios básicos de prevención son los mismos", señaló este jueves en rueda de prensa el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus .

Coincide en la recomendación Jordi Vila, jefe del Departamento de Microbiología del Hospital Clínic de Barcelona. "Lavarse las manos es la medida más efectiva y barata contra los patógenos", subraya el especialista, quien recomienda utilizar agua y jabón y, si es posible, también una solución alcohólica desinfectante.
Fuente: elmundo.es

miércoles, 5 de febrero de 2020

El uso del carbón se desploma en Europa mientras las renovables crecen hasta niveles históricos


Las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico de la UE se reducen un 12% en solo un año.



En mitad del aluvión de informes y estudios sobre lo mal encaminada que está la humanidad en la carrera para hacer frente al cambio climático, llegan buenas noticias: la descarbonización del sector eléctrico parece encarrilada en Europa. Un informe presentado este miércoles apunta a que la UE se está desenganchando del carbón más rápido de lo previsto mientras que la producción de energía con tecnologías renovables marca máximos históricos. Y como consecuencia de ambos fenómenos las emisiones de CO2 del sector eléctrico europeo caen a un ritmo nunca registrado hasta ahora; el año pasado se redujeron un 12%. Así lo concluye el estudio que han elaborado los expertos energéticos de Agora Energiewende y Sandbag.

"El desplome del carbón en 2019 superó todas las expectativas", señala Dave Jones, analista de Sandbag y uno de los autores del estudio sobre los Veintiocho (todavía incluye al Reino Unido, que dejó la UE el 1 de febrero). "La caída de las emisiones del sector eléctrico fue aún mayor que durante la recesión de 2009, y la más rápida desde al menos 1990", explica a EL PAÍS este especialista. En concreto, la quema de carbón (tanto hulla como lignito) para generar electricidad en la UE se redujo un 24% en 2019 respecto al ejercicio anterior. Paralelamente, las renovables volvieron a marcar un récord histórico y generaron el 35% de la electricidad consumida en la UE. Y, por primera vez, la electricidad producida por la eólica y solar superó a la que salió de las centrales que queman carbón.

Jones explica que la transición energética comenzó hace más de una década en la mayoría de los países de la UE y que ya en 2018 la generación con carbón se había reducido un 30% respecto a los niveles de 2012. Pero "aunque la transición eléctrica de Europa es un maratón y no un esprín", el "desplome del carbón en 2019 superó todas las expectativas". Y en enero el derrumbe continúa, advierte.

Tras la caída del uso del carbón en la UE el informe destaca dos factores: el aumento del precio de la tonelada de CO2 en el mercado europeo de emisiones (que hace que las centrales de carbón no sean rentables y se vean desplazadas por otras tecnologías menos emisoras) y la implantación de renovables. La electricidad que dejaron de producir las térmicas de carbón en 2019 en la UE fue generada casi al 50% por las tecnologías solar y eólica por un lado y por las centrales de gas natural por otro. Las centrales que usan gas también emplean un combustible fósil, pero emiten cerca de la mitad de CO2 para producir la misma electricidad que las de carbón.

La previsión de estos dos grupos de analistas para 2020 es que continuará la caída del uso del carbón. "La transición energética de Europa está despegando", valora el estudio, que recuerda que el Pacto Verde que ha lanzado la Comisión Europea "ha puesto la lucha contra la crisis climática en el centro de todos los trabajos políticos de la UE". Además, incide el informe, la previsión es que Europa aumente la ambición para la próxima década. "Las emisiones del sector de la energía seguirán cayendo, incluso si la demanda de electricidad aumenta a medida que el transporte y la industria de la calefacción se sigan electrificando", señalan los expertos.

El análisis recuerda que más países pueden anunciar fechas concretas de fin del uso de este combustible. En estos momentos, 15 países de la UE se han fijado fechas de cierre de las centrales de carbón. Francia, por ejemplo, ha establecido el 2022. Alemania, sin embargo, prevé alargar el uso de este combustible hasta 2038.

España, protagonista

En España, sin embargo, el Ejecutivo se resiste a explicitar una fecha concreta de cierre, a pesar de que el carbón está en mínimos históricos (el pasado año estas centrales apenas suministraron el 5% de la electricidad). Del plan de energía y clima que ha elaborado el Ministerio para la Transición Ecológica para la próxima década se desprende que en 2030 ya no se usará carbón en el país. 

Jones explica que España ha sido uno de los Estados europeos que ha protagonizado el desplome del carbón en 2019 y que, además, ha sido el país en el que más energía solar se instaló.  "Sin embargo, España es el único país de Europa occidental que aún no se compromete con una fecha de eliminación del carbón", lamenta este especialista. Es una cuestión de mensajes internacionales, opina Jones, quien cree que España podría estar libre de carbón "mucho antes de 2025".
Fuente: elpais.com

Coronavirus: ¿epidemia o "infodemia"?

¿Están los medios informativos y las redes sociales fomentando un innecesario alarmismo en torno al brote de coronavirus originado en China? La OMS ya advirtió sobre esta "infodemia".



El problema de un "virus emergente" es que, como no se sabe ni su "denominador", la cantidad de gente infectada, ni cómo se propaga, ni su tiempo de incubación, ni la potencial mortalidad que va a desarrollar, se deben tomar siempre medidas preventivas. Pero que esas medidas creen alarma social, depende en parte de cómo los medios de comunicación informen sobre el brote.

"Yo entiendo que desde el punto de vista periodístico, eso vende", concede Nerea Irigoyen, jefa de un grupo de investigación en la Universidad de Cambridge. Pero cree que se ha creado demasiado alarmismo y "ahí los medios han tenido mucha culpa". El problema, según esta viróloga molecular que ha investigado el coronavirus, es que este "ruido mediático" ha interferido con el tratamiento del tema por parte de las autoridades sanitarias.

"Se puede acabar colapsando urgencias por gente que empieza a toser después de cenar en un restaurante chino y piensa que tiene el virus", pone como ejemplo. Y considera excesivo que se haya criticado sin fundamento a la Organización Mundial de la Salud por no declarar la emergencia internacional. "Creo que está bien que al final la hayan declarado, pero únicamente para que haya un organismo que centralice lo que hay que hacer, y no que cada uno tome las medidas que le dé la gana", explica.

Y pone como ejemplos cierres de fronteras, cancelaciones de vuelos, evacuaciones que pueden incluso ayudar a propagar el virus… Y brotes de xenofobia y racismo hacia las comunidades chinas. "Aquí en Cambridge, como hay tanta población asiática, a los colegios han llegado cartas diciendo que, a lo mejor, los chinos no debería llevar a sus hijos a clases mientras tanto".

"Nuestro enemigo común es el coronavirus, no los chinos"

En España, por ejemplo, el responsable de negocios de la embajada china, Yao Fei, ha protestado por las medidas tomadas en Estados Unidos de prohibir los viajes a China y bloquear a cualquier viajero que haya estado recientemente en el país. "Quiero reiterar que el coronavirus no tiene pasaporte; nuestro enemigo común es el coronavirus, no los chinos", ha recordado este martes (04.02.2020) en Madrid. "Lo que está haciendo Estados Unidos no sirve más que para causar el pánico internacionalmente y no sirve nada para apoyar a China en su lucha contra el coronavirus", ha lamentado.

"Una gripe estacional que tenemos todos los años mata mucha más gente", recuerda Irigoyen. "Este año, además, está siendo especialmente grave en Estados Unidos, donde han muerto ya más de seis mil personas, algo mucho más dramático que lo que está pasando en China… y sin embargo nadie habla de cerrar las ciudades estadounidenses", dice. Hay que tomar las prevenciones necesarias, explica, "pero parece que se está haciendo como un reality show con los que están en cuarentena, contando cada día lo que les va pasando… a mí me parece que ya no es un problema de salud pública, sino simplemente vender sensacionalismo".

oronavirus viral

"Este tema claramente genera audiencia por el morbo", interpreta Fernando Monzón, publicista experto en televisión y redes sociales. "Tiene todos los ingredientes: muertos, una amenaza lejana pero real y tiene, sobre todo, una literatura construida sobre el tema durante mucho tiempo en el imaginario colectivo", explica haciendo referencia incluso a las películas de zombis. Un ejemplo es este hilo de Twitter, que pretende demostrar lo fácilmente que se nos engaña en las redes.

Pero incluso gente con formación científica y gran prestigio médico "se está sumando a esto de 'doy mi propia opinión'… como estoy haciendo yo ahora mismo", bromea Monzón. Se refiere a unas declaraciones a una televisión española del doctor Pedro Cavadas, conocido por sus pioneros transplantes de cara, en las que ponía en duda la veracidad de la información proporcionada por las autoridades chinas, que según él podrían estar escondiendo la dimensión real de la epidemia.

"Es un médico que tiene gran reputación, pero ni es virólogo, ni es epidemiólogo ni es médico de medicina preventiva", critica Irigoyen. "Entonces, dar su opinión diciendo que 'mis hijas son chinas y sé de lo que hablo'… no sé yo si eso le da autoridad para decir todo eso".

A la búsqueda de un remedio

Investigadores en California, China, Australia y Francia trabajan a contrarreloj para encontrar un medicamento contra el coronavirus. "Se necesitan más investigaciones y análisis de los datos epidemiológicos", dijo a la AFP, Christophe d'Enfert, director científico del Instituto Pasteur en París, uno de los centros de investigación implicados.

Pero hasta que haya un medicamento eficaz, en China se difunde que un líquido a base de madreselva podría "inhibir" el virus y en la India, donde hay tres casos confirmados de contagio, las autoridades promueven la homeopatía. Al menos en este caso, está científicamente demostrado que no hace nada. Tampoco, por tanto, daño.

Una realidad virtual

"Yo voy la semana que viene a Tailandia a un encuentro empresarial sobre realidad virtual: allí hay 19 casos y ningún muerto, pero hay una psicosis brutal", explica Monzón. En el país, uno de los contagiados fue un taxista, así que los conductores ya no dejan subirse a los chinos a un taxi. Se ha hecho viral la etiqueta 'No aceptamos turistas chinos'. La psicosis es todavía mayor en Indonesia, donde además de mentiras racistas, se empieza a difundir en las redes sociales que el virus se contagia a través de teléfonos de la marcha china Xiaomi.

En Singapur y Malasia se lo toman con más humor, y dicen que la crisis no puede durar mucho porque es "Made in China", en referencia a los productos industriales baratos con esa marca de procencia. Aunque iPhone y Samsung también producen en China, esos no se contagian de una crisis que empieza a afectar ya a la economía. "Voy en primera a mitad de precio; los vuelos van vacíos a Asia", concluye Monzón. Pero mejor no empezar el debate de a quién va a beneficiar esta crisis. Fuente: dw.com