sábado, 30 de agosto de 2014

Masacre en Gaza: Israel, un estado canalla, nazi y genocida

Desde el 8 de julio en pleno Mundial de Futbol- Israel dio comienzo a lo que en su lenguaje cínico denomina como la operación Borde Protector, un eufemismo empleado para designar a la actual fase del genocidio que adelanta desde hace 70 años contra el pueblo palestino.

Los descendientes de las víctimas del Holocausto están transfiriendo al mundo, y de la peor manera, la desazón, la indolencia, que habilitó, en su momento, la existencia de Auschwitz. Esos daños a los valores humanos (que incluyen “cierta” tolerancia ante la matanza que se está cometiendo ante sus ojos y en su nombre), son, entre otras cosas, los que convierten a los crímenes del Estado de Israel en delitos de Lesa Humanidad”. Carlos Tobal, abogado y escritor argentino de origen judío.

Desde el 8 de julio –en pleno Mundial de Futbol- Israel dio comienzo a lo que en su lenguaje cínico denomina como la operación “Borde Protector”, un eufemismo empleado para designar a la actual fase del genocidio que adelanta desde hace 70 años contra el pueblo palestino. Como resultado de su acción planificada para asesinar a niños, mujeres, ancianos y jóvenes de la Franja de Gaza, el Estado de Israel ha realizado abominables crímenes, que replican lo efectuado por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Estos crímenes son la continuación de la limpieza étnica y territorial que viene realizado Israel desde 1947, con el apoyo y respaldo de los Estados Unidos, de Europa y de la complicidad de otros Estados en el mundo entero, como Colombia. Para entender las razones de la brutalidad de Israel contra los palestinos y contra la humanidad es necesario hacer un breve recuento de lo acontecido en las últimas siete décadas en el cercano oriente.

1. El origen

Durante la Segunda Guerra Mundial el régimen nazi persiguió a diversos pueblos, ente ellos los judíos, que habitaban tanto en Alemania como en otros países de Europa central y oriental. Al final de la Guerra en Europa surgió la idea de crear un Estado para la población judía que había sobrevivido al nazismo, siendo a la larga escogida la Palestina histórica, un territorio ocupado por árabes desde hacía por lo menos dos mil años, y al que estaban llegando judíos desde finales del siglo XIX, pero en especial durante la Segunda Guerra Mundial, huyendo del nazismo. Palestina había sido un protectorado inglés desde 1917, tras la desaparición del imperio otomano. Ese territorio incluía a los actuales Israel, la Franja de Gaza, Cisjordania, parte de los Altos del Golán y el Reino de Jordania. Su mayoría de habitantes eran de origen árabe, mientras que los judíos sólo representaban el 10 por ciento de la población. Durante estos años aumentó la migración ilegal de judíos a Palestina y sus grupos paramilitares organizaron ataques terroristas contra los árabes e incluso contra los ingleses, como sucedió en el atentado contra el Cuartel General de la Administración Británica en 1946, en el que murieron 92 personas. A raíz de este ataque, los británicos pusieron fin a su mandado y decidieron retirarse de Palestina en mayo de 1948.

En 1947, la Organización de Naciones Unidas (ONU) había decidido dividir a Palestina y crear dos Estados, uno árabe y otro judío, dejando a Jerusalén bajo control internacional. Aunque la población judía era una minoría, la ONU le concedió un territorio más grande (el 56%) que el adjudicado a los árabes-palestinos (el 44%). Desde ese instante, los dirigentes del naciente Estado de Israel declararon que ocuparían todo el territorio de Palestina y echarían de allí a los árabes. Por ejemplo, el criminal Menajen Beguin, líder del Irgún (un grupo terrorista judío que operaba en la región desde tiempo atrás) afirmó luego de conocer la Resolución de la ONU: “La Tierra de Israel será restaurada para la gente de Israel. Para todos. Y para siempre”. Por su parte, Chaim Weizmann , primer presidente del Estado de Israel señaló: “Nuestra intención es establecer una sociedad para que Palestina sea tan judía como Inglaterra es inglesa o América es americana”. Poco antes de la creación del Estado de Israel y de la salida de Gran Bretaña de la región, fuerzas judías iniciaron el asesinato y expulsión de los árabes y palestinos de sus territorios, con lo que comenzó la “limpieza étnica de Palestina”. Esa limpieza se llevó a cabo por parte de un ejército invasor (el de Israel) contra los lugareños desarmados, quienes fueron expulsados y masacrados, constituyendo el punto de partida de ese genocidio que se prolonga hasta el día de hoy.

Israel se apropió del 80% del territorio palestino y sus habitantes originarios fueron obligados a huir hacia países vecinos o hacia territorios de Gaza y Cisjordania, que fueron ocupados por Egipto y Jordania respectivamente. En el diario de Yosef Nahmani se relatan las masacres contra árabes indefensos por parte de milicias armadas del naciente Estado de Israel. Este dirigente judío se pregunta : “¿De dónde surgía tal desproporcionada crueldad, como los nazis? (...) No existe forma más humana de expulsar a los habitantes que ésta?”.

2. De la guerra de 1967 a la actualidad

El otro acontecimiento que reforzó el poder criminal de Israel en el medio oriente y acentuó los problemas del pueblo palestino se presentó en 1967 durante la Guerra de los Seis Días (5-10 de junio). Este enfrentamiento, que se originó por el ataque aleve de Israel a Egipto e involucró a Siria, Jordania e Irak, se saldó con el triunfo militar para Israel, que conquistó la Península de Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos de Golán. A partir de ese año, Israel se convirtió en un ocupante de índole colonial, que somete al pueblo palestino de Gaza y Cisjordania a un dominio absoluto en todos los planos y transforma el territorio palestino en una cárcel a cielo cielo abierto, donde sus habitantes soportan todos los horrores del colonialismo: sus tierras agrícolas son apropiadas por los invasores, sus olivos milenarios son destruidos, sus aguas son controladas por los colonos judíos y su Estado, se masacra a mansalva a los palestinos, no se les impide circular libremente ni siquiera por sus territorios, se les bombardea permanentemente cada vez que se le ocurre a los gobernantes del Estado de Israelí y las casas de los palestinos son demolidas y en esos lugares se instalan nuevas oleadas de colonos judíos. Al respecto, entre 1967 y 2010 Israel demolió 27.000 casas de palestinos, lo que se justificó con la excusa de que sus habitantes eran terroristas o tenían nexos familiares con alguno de ellos.

El objetivo central de Israel estriba en apoderarse de la tierra de los palestinos con la perspectiva de expandirse sin control alguno para construir el “Gran Israel”. Por eso, busca expulsar y matar a los palestinos, que ya ni siquiera le interesan como fuerza de trabajo barata para ser explotada. En el Mapa puede verse la manera como Israel le ha ido robando la tierra a los palestinos en los últimos 65 años, justificando ese despojo con argumentos racistas, puesto que considera a los palestinos como “cucarachas”, “perros” o “bestias” que deben exterminarse.

Cisjordania se ha ido poblando con asentamientos ilegales que han reducido a Palestina a batustanes (similares a los del sistema de Apartheid en Sudáfrica), absolutamente incomunicados que son atravesados por carreteras para judíos, y soportan una brutal ocupación militar. Mientras tanto, la Franja de Gaza es, de hecho, la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, donde en una reducida lengua de tierra de 350 kilómetros cuadrados malviven 1.800.000 palestinos, en la región más densamente poblada del planeta, que no pueden salir de su territorio, cuyos hospitales, escuelas, universidades, mezquitas, campos de futbol son bombardeados cada vez que se le ocurre a los gobernantes sionistas de Israel. A la Franja no puede entrar ni salir un solo producto sin la autorización de Israel, que está construyendo un infame muro para segregar aún más a los palestinos. Esto hace de Gaza un Gueto, como el de Varsovia, durante la Segunda Guerra Mundial. La diferencia radica en que mientras el segundo duro pocos años, el de Gaza va a cumplir dentro de poco medio siglo de existencia.

3. La rebelión palestina y el genocidio actual

Durante 70 años los palestinos se han rebelado contra el poder de Israel, que es sostenido en forma directa por los Estados Unidos, que le concede anualmente 3.000 millones de dólares en ayuda militar, once millones por día. Estados Unidos además es coparticipe en los crímenes de Israel, en la medida en que le vende y le regala armas y fomenta y tolera la impunidad. Este respaldo ha envalentonado siempre a los asesinos de Israel, quienes masacran a la población palestina, recurriendo a diversos pretextos, entre ellos la supuesta “legítima defensa”, cuando ellos son los agresores y ocupantes de los territorios palestinos.

Pese al poder descomunal de que hace gala el Estado de Israel y que le permite masacrar sin contemplaciones a niños y mujeres de Palestina, la población de los territorios ocupados siempre se ha rebelado contra los invasores colonialistas. En esa lucha se destacan la formación de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) en la década de 1960 que preparó grupos armados de resistencia; la realización de dos intifadas (levantamientos populares) en las décadas de 1980 y comienzos del 2000; y, más recientemente las acciones defensivas que efectúa Hamas contra los ocupantes, principalmente en la Franja de Gaza, y que se basan en la utilización de cohetes artesanales de poco poder que se disparan hacia Israel, algo que es más producto de la desesperación y la impotencia del colonizado, sin que cause mayores daños a los ocupantes sionistas.

Para Israel este tipo de resistencia se convierte en la excusa para justificar sus crímenes y materializar su pretensión de acabar con los palestinos o expulsarlos fuera de sus tierras ancestrales. Por esta razón, lo que se sucede en la Franja de Gaza no es una guerra, o un enfrentamiento militar, sino sencillamente una masacre por parte de Israel, que utiliza su aviación, Armada y ejercito de tierra para matar en forma indiscriminada, así como para arrasar lo que encuentre a su paso, sean hospitales, escuelas, universidades, mezquitas, acueductos, centrales eléctricas… Porque a esa descomunal máquina de matar no se enfrenta un ejército convencional, ni a barcos, ni a aviones, y ni siquiera una defensa antiaérea, sino solamente algunos guerrilleros que intentan frenar la vil masacre. El objetivo es exterminar a los palestinos, algo que es admitido por los gobernantes de Israel y sus ideólogos internos y externos. Por ejemplo, un excomandante de Israel sostiene que se trata de “grabar a fuego en la conciencia de los palestinos el temible poder del ejército de Israel”, mientras que un gobernador de ese mismo país sostenía: “Como los perros de Pavlov… [los palestinos] deberán entender que por cada cohete recibirán de nosotros una bomba de una tonelada”.

Por supuesto, no falta el cinismo de los voceros del Estado de Israel, como el de su Embajador en Estados Unidos, quien ha manifestado que el ejército de ese país debería recibir el Premio Nobel de la Paz por “luchar con contención inimaginable”. Algo similar dice su Embajador en Colombia, quien asegura que “en Gaza no hay una crisis humanitaria”. Para estos apologistas del crimen, los cientos de niños destrozados, las decenas de mujeres asesinadas, los miles de hombres triturados, los bombardeos con armas prohibidas (como fosforo blanco), la destrucción de escuelas con estudiantes y profesores dentro de sus instalaciones, el arrasamiento de la infraestructura básica de la población… todo eso son acciones humanitarias y filantrópicas de Israel. Lo mismo decía Hitler con respecto al Gueto de Varsovia o al campo de exterminio de Auschwitz, cuando masacraba a los judíos. No por casualidad, el filósofo italiano Gianni Vattimo ha dicho que “ Israel es un Estado canalla; Israel es un estado nazi y fascista, peor que Hitler”.
Fuente: palestinalibre.org

miércoles, 27 de agosto de 2014

ALERTA DE LA OMS: “El cambio climático pone en peligro la salud humana”

La Organización Mundial de la Salud alerta del efecto del cambio climático en los costes sanitarios y en determinadas enfermedades
Cambios en las políticas enérgeticas y de transporte podrían salvar anualmente la vida de millones de personas que mueren por enfermedades causadas por los altos niveles de contaminación del aire, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«La evidencia es abrumadora, el cambio climático pone en peligro la salud humana. Existen soluciones y tenemos que actuar con decisión para cambiar esta trayectoria», declaró ayer la directora de la OMS, la doctora Margaret Chan.

De acuerdo con la agencia sanitaria de la ONU, si se introducen cambios adecuados en las políticas enérgeticas y de transporte se podrían reducir los costes sanitarios asociados con la inactividad física y las lesiones de tráfico.

Los países deben de tomar medidas para adaptarse al cambio climático que permitan a su población enfrentarse mejor con el impacto que tiene el calor en la salud, los episodios climáticos extremos, las enfermedades infecciosas y la inseguridad alimentaria, señaló la OMS.

Estos temas medioambientales serán discutidos a partir de hoy en la primera conferencia mundial sobre la salud y el clima que acaba de inagurarse en la sede de la organización en Ginebra y que reunirá a más de trescientos participantes que incluyen a ministros de salud y representantes de la sociedad civil.

El objetivo de esta reunión es el de resaltar la importancia de actuar ahora para proteger el futuro aumentando la vigilancia y el control de enfermedades infecciosas como la malaria, la denge, la diarrea y la desnutrición, declaró en Ginebra la doctora de la OMS, María Neira.


Miles de personas mueren anualmente por las consecuencias del cambio climático como las olas de calor, las inundaciones o la degradación de los sistemas de suministro de agua o de alcantarillado. Los más afectados son las poblaciones más vulnerables : los ancianos, los niños y las mujeres, afirmó la OMS. Fuente: www.abc.es/

martes, 26 de agosto de 2014

Árboles viejos son esenciales en el equilibrio ecológico

A diferencia de los humanos, los árboles mientras más viejos, siguen creciendo y eliminando grandes cantidades de CO2.
Sabemos que los árboles son muy importantes para nuestra existencia. Es más, sin ellos, no podríamos vivir. Sin embargo, las ciudades están pensadas con muy pocos lugares para los árboles, e incluso los talan cuando ya son viejos, argumentando que no sirven tanto como cuando están recién plantados. Pero eso es un grave error.

Un grupo de investigadores analizaron 673 mil árboles de 403 especies a lo largo de todos los climas en todo el mundo, y hallaron que el 97% de los que eran más antiguos continuaban creciendo en masa, lo que les permitía capturar grandes cantidades de CO2 y eliminarlos de la atmósfera.

La publicación de esta investigación dice que un árbol de 100 centímetros puede crecer anualmente 52 veces más que uno de 10 cm. Si bien los árboles más jóvenes pueden crecer más rápido en una escala relativa, los más viejos también aumentaban su tamaño, aunque en una escala menor (los más jóvenes pueden doblar su tamaño en poco tiempo).

Por esta razón, y porque los árboles tienen y son vida, no deberíamos deshacernos de un árbol porque es más viejo. No nos dejemos llevar por el consumismo reinante que nos obliga a pensar que todo ha de ser nuevo y que lo viejo no sirve, porque es mentira. Y si necesitamos el espacio, podemos reacomodar el árbol en otro lugar, y no eliminarlo.

Si los árboles nos ayudan a eliminar el CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero que se está acumulando en la atmósfera, lo que tiene terribles consecuencias para el calentamiento global. Teniendo en cuenta el incremento en la temperatura en los últimos 30 años, si no existieran los bosques, este rango se hubiera duplicado. Fuente: www.veoverde.com/

sábado, 23 de agosto de 2014

Campesinos de Paraguay denuncian la muerte de niños por los pesticidas

Primero la congoja por la muerte de dos niños de temprana edad. Luego, enfermedades extrañas en animales y seres humanos. Esta semana, la muerte de un bebé de manera bastante extraña, luego de que le crecieran sobremanera los órganos.

El sitio tan castigado por la infamia es la Colonia Heber Duré, al interior del Paraguay. Sus vecinos, hastiados de que la miseria les golpeé con tanta saña, denuncian que los pesticidas mucho tienen que ver con la desgracia. Mientras tanto, la soja alrededor de la comunidad crece a ritmo vertiginoso, aupada en su rendimiento por la utilización de productos químicos.

La comunidad ubicada a poco más de 300 kilómetros de Asunción está rodeada por sus cuatro costados de plantaciones de soja. Allí viven 260 familias distribuidas en 2000 hectáreas de tierra. Son 6 núcleos de población que han sufrido la muerte en todas sus formas.

En una semana, según lo denuncian ante la fiscalía de Curuguaty, han perdido 319 gallinas, 43 vacas y 30 cerdos. La muerte de los animales no reconoce familias ni núcleos, ataca a todos por igual según denunció el campesino Javier Ruiz, recogido por la publicación EA.

Pero los animales no mueren solos, sino que acompañan un proceso que comenzó el 20 de julio cuando murieron en extrañas circunstancias dos hermanitas de escasa edad. Primero fueron vómitos, fiebre, dolores de cabeza. Luego la muerte. Mientras se aguarda el dictamen oficial de la pericia forense, más fallecimientos se registran en la colonia.

Los trabajos de fumigación de los grandes cultivos de soja necesitan de productos químicos. Son los pesticidas que la población asocia a las extrañas enfermedades, y luego al deceso de animales y humanos. Mientras desde el Ministerio de Salud Pública se descarta tal asociación, los campesinos insisten en el caso. La fiscalía aduce que la autopsia a las niñas arrojó insuficiencias varias, pero pocos le creen.

¿Qué se utiliza allí? El carbamato es el pesticida que se utiliza en la región, aplicado a los cultivos de invierno. "En el asentamiento todo el tiempo están oliendo los agroquímicos de las fumigaciones", dijo Ruiz. Él y sus vecinos "sospechan fuertemente" que la razón de las muertes sean estos químicos.

Pero siempre hay lugar para mayor tragedia. Esta semana fue el turno de un bebé de corta edad, que murió luego de padecer una rápida y extraña enfermedad. La Federación Nacional Campesina (FNC) informó en un comunicado que William Verdún, de 10 meses de edad, nació con una rara enfermedad que le impedía ver, escuchar, llorar, moverse y comer, por lo cual se lo alimentaba con sonda. Los órganos del bebé crecían más de lo normal, constriñéndose contra su pequeña estructura ósea. Luego de ser asistido en un hospital de la región, el hijo de Librada Verdún, campesina de 20 años, murió.

La Federación Nacional Campesina denunció los casos públicamente, atribuyendo a "la violencia del Estado al perseguir permanentemente a quienes luchan para defender a sus comunidades contra las fumigaciones de sojales, mientras abandona a centenares de familias para que sufran las consecuencias de los agrotóxicos. Se tomará como ejemplo la seguidilla de casos ocurridos recientemente en el asentamiento Huber Duré, con la muerte reciente de dos niñas y hoy de un bebé con una rara enfermedad, sumada a la mortandad repentina de más de 400 animales sin que el Estado, a través de sus instituciones y a pesar de las continuas denuncias, haya tomado intervención para investigar las causas de los acontecimientos ocurridos", se indicó.

Al tiempo que los campesinos protestan, los médicos no pueden explicar de forma fehaciente la causa de las muertes. Desde el Hospital Pediátrico Acosta Ñu se habló con la madre de la niña fallecida, "los médicos le dijeron que no había forma de que sobreviva mucho tiempo. Sin embargo, nunca dieron un diagnóstico preciso de lo que tenía el bebé. Fue dado de alta del hospital y volvió al asentamiento Huber Duré, donde su estado fue empeorando hasta su fallecimiento", se narró como parte de los hechos trágicos de las últimas horas.

Pese a las denuncias y a tener individualizados a los productores, ningún organismo paraguayo ha iniciado una investigación de los hechos sucedidos en julio pasado. Los campos siguen siendo fumigados preparando una nueva siembra, una tarea que se reproduce por miles de hectáreas en los países de la región.


Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina son campo fértil para las plantaciones extensivas de soja y otros cultivos. Son los mismos lugares donde se aplica el pesticida bajo diferentes reglamentaciones, que se consideran insuficientes desde muchas organizaciones. Por ejemplo, en Uruguay la ley entiende que las fumigaciones no deben realizarse a menos de 500 metros de un centro poblado. Pero no se toma en cuenta el agua o el viento, que todo lo traslada. "Es cuestión de horas luego de haber fumigado para seguir negociando la soja sobre los cadáveres", sintetiza la FNC. Fuente: reporte24.es/

jueves, 21 de agosto de 2014

MÉXICO: Desarrollan bioinsecticida contra la enfermedad de Chagas

La UNAM trabaja en el desarrollo de este bioinsecticida a base de hongos que crean una epidemia entre los insectos transmisores de la enfermedad.
La enfermedad de Chagas es transmitida por la picadura de insectos hematófagos, como las chinches, que están infectados con un parásito llamado Trypanosoma cruzi. La enfermedad puede producir daños en el aparato digestivo, insuficiencia cardica y la muerte en humanos.

México y Sudamérica presentan índices altos de esta enfermedad, sobre todo en áreas rurales por lo que las universidades e instituciones de salud trabajan en conjunto para buscar una solución que ayude a erradicarla.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja un bioinsecticida a base de hongos para combatir a la chinche besucona, insecto transmisor de el parásito causante de la enfermedad de Chagas.

Existen ciertos hongos que pueden causar enfermedades letales a los insectos, se les llama entomopatógenos. Durante el desarrollo del bioinseticida se han realizado pruebas en insectos en sus diferentes etapas de vida para estudiar el efecto que estos hongos tienen en ellos y cuál es el más efectivo para matarlos.

A la fecha se han clasificado cerca de 50 aislados fúngicos, de los cuales se seleccionaron una cepa de Isaria fumorosea y otra de Metarhizium anisopliae. Se eligieron estas dos debido a su virulencia y elevada producción de esporas.

Las pruebas con las cepas se realizaron en el insecto Meccus pallidipenis y han tenido diferentes efectos en él dependiendo su estado de desarrollo. El resultado que se busca es que las esporas de los hongos se adhieran al insecto y penetren en él para reproducirse provocando su muerte. Cuando el insecto muere, el hongo continúa reproduciéndose y las esporas se esparcen con el viento infectando a otros.

Esta epidemia entre insectos se conoce como epizootias. El hongo más virulento resultó ser el M. anisopliae y con él se preparará el bioinsecticida con el que se realizarán pruebas de campo. Antes de utilizar este bioinsecticida, se llevarán a cabo diferentes estudios de bioseguridad del hongo de acuerdo a normativas mexicanas de seguridad para demostrar que es seguro para el hombre, animales y el ambiente.

Por lo pronto en la etapa de prueba ha funcionado bien y es una alternativa más avanzada y confiable que los insecticidas químicos además de ser ecológicamente inocua.
Fuente: www.veoverde.com/

martes, 19 de agosto de 2014

La Tierra entra en "números rojos": ha agotado los recursos naturales para todo el 2014

La Global Footprint Network alerta de que el Día de la Sobrecapacidad ha llegado el 19 de agosto, cuando en el año 2000 no se alcanzó hasta el 1 de octubre. La Humanidad necesita hoy un planeta y medio para abastecer sus necesidades | España consume bienes equivalentes a 2,8 naciones de su mismo tamaño.
La Tierra entra a partir de este martes en "números rojos" al haber agotado su "presupuesto anual ecológico" en menos de 8 meses, según datos de la Global Footprint Network (GFN) que analiza la evolución de la huella ecológica, es decir la cantidad de recursos naturales del planeta que consume cada país. El punto en el que ese límite se supera es, asimismo, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra.

 Según la alerta lanzada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), los países del mundo se 'comen' el planeta cada vez más rápido, por lo que la jornada a partir de la cual es imposible regenerar los recursos consumidos se adelanta cada vez más: en el año 2000 se alcanzó el 1 de octubre; en 2014 se superó este martes, 19 de agosto.

WWF recuerda que en 1961, año de fundación de esta organización, la humanidad consumía dos tercios de los recursos naturales disponibles y la mayoría de los países todavía contaba con un saldo ecológico positivo ya que su huella ecológica era "mucho más pequeña y sostenible".

“Necesitamos un planeta y medio para abastecer las necesidades de consumo”

Sin embargo, en la actualidad los niveles de consumo "se han disparado" tanto que "estamos totalmente fuera de los límites sostenibles", de manera que hoy por hoy "necesitamos un planeta y medio para abastecer las necesidades de consumo de la humanidad". De mantenerse esta tendencia, para el año 2050 sería necesario disponer del equivalente a tres planetas como el nuestro para satisfacer la demanda, según la organización.

En el caso de España, los datos de la Global Footprint Network pondrían de manifiesto que el país está consumiendo bienes equivalentes a 2,8 naciones del mismo tamaño. Consecuencias Las consecuencias visibles de este agotamiento son, entre otras, la "cada vez menor" superficie forestal, la escasez de los recursos hídricos naturales, la degradación de la calidad de la tierra y el hecho de que la diversidad biológica "se está esquilmando".

A finales de septiembre, WWF lanzará el Informe Planeta Vivo 2014, la décima edición de esta publicación bianual que analiza con mayor detalle la salud del planeta y el impacto de la actividad humana sobre los recursos naturales.

 Marco Lambertini, director general de WWF Internacional, ha advertido de que "si queremos construir un futuro para nuestros hijos, debemos conservar el capital natural que nos queda" y administrar "de forma sostenible" los recursos del planeta, que son "limitados".

En su opinión, aunque "la tendencia actual demuestra que la humanidad está abusando de la capacidad del planeta para abastecernos", todavía hay tiempo para "tomar medidas contundentes y construir un futuro basado en un consumo sostenible de los recursos naturales".

Entre ellas, WWF apuesta por una modificación de los hábitos de consumo que incluya la adquisición de productos certificados con garantías de sostenibilidad y el cambio de modelo energético hacia las energías renovables.
Fuente: www.20minutos.es

martes, 12 de agosto de 2014

La tierra, en pocas manos

Según la organización internacional Grain, en Argentina en veinte años desapareció un tercio de las chacras más pequeñas. En el mundo, el 90 por ciento de los agricultores es campesino e indígena, pero tiene sólo el 25 por ciento de la tierra.
El 90 por ciento de los agricultores del mundo es campesino e indígena, pero tiene sólo el 25 por ciento de la tierra. La agricultura campesina produce hasta 80 por ciento del alimento en los países no industrializados. Y la concentración de tierras en pocas manos es un fenómeno global. Son algunas de las conclusiones de la investigación Hambrientos de Tierra, de la organización internacional Grain. El estudio procesa información oficial y académica de las última dos décadas y ofrece una radiografía de la situación de la tierra a nivel mundial. En Argentina, en veinte años, desapareció el 33 por ciento de las chacras más pequeñas. “Es necesario y urgente revertir la tendencia actual y entregar a los pequeños agricultores los medios para alimentar al mundo”, propone la investigación.

Los campesinos alimentan al mundo con menos de una cuarta parte de la tierra agrícola”, es el subtítulo del informe de Grain, una organización que se especializa en el análisis del modelo agropecuario y el rol de las corporaciones. En la segunda página del informe confronta contra la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO): “Inauguró 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, cantó las loas de los agricultores familiares pero ni una sola vez mencionó la necesidad de una reforma agraria. Por el contrario, anunció que las fincas familiares ya tenían la mayor parte de la tierra, la increíble cifra de 70 por ciento”.

El informe de Grain afirma todo lo contrario. Más del 90 por ciento de los agricultores del mundo es campesino e indígena, pero controla menos de un cuarto de la tierra agrícola mundial. Y, con esa poca tierra, produce la mayor parte de la alimentación. En promedio, las fincas de los campesinos tienen sólo 2,2 hectáreas.
El trabajo ordena la información por continentes. Para América latina y el Caribe señala que las pequeñas chacras representan el 80 por ciento (17.894) del total y cuentan sólo con el 19 por ciento de la tierra cultivable (172.686 hectáreas). “Las fincas pequeñas están siendo marginadas a menos tierras”, explica la investigación y detalla que en treinta países se dan las mayores inequidades, donde los campesinos representan más del 70 por ciento de las fincas y tienen menos del diez por ciento de la tierra. De los treinta más injustos, seis son de América: Chile, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela.
En el apartado III el informe detalla que los campesinos e indígenas están perdiendo rápidamente fincas, mientras crecen las grandes chacras. De América latina sobresalen los casos de Argentina, que perdió más de un tercio de sus chacras entre 1988 y 2008 (sólo entre 2002 y 2008 desapareció el 18 por ciento de las pequeñas fincas). En Chile, entre 1997 y 2007, se perdió el 15 por ciento de las chacras más pequeñas. En Colombia, entre 1980 y la actualidad, los campesinos perdieron la mitad de la tierra que poseían. En Uruguay, en los últimos catorce años, desapareció el 20 por ciento de las chacras.

Carlos Vicente, uno de los investigadores del informe, remarcó que “la pérdida en Argentina de un 33 por ciento de los pequeños productores en 20 años demuestra cómo el modelo sojero ha sido depredador” y alertó que “la posibilidad de sostener una alimentación autónoma de nuestro pueblo se ve profundamente jaqueada”. Vicente revalorizó que los campesinos en Argentina tienen el 5,8 por ciento de la tierra y “siguen siendo los principales productores de alimentos del país”.

Grain establece una relación directa entre la pérdida de tierras de pequeños productores y el avance de la megaminería, el petróleo, gas y monocultivos. “La tremenda expansión de las megafincas dedicadas a los monocultivos industriales es quizás el factor más importante detrás del desalojo de los pequeños agricultores”, afirma, y detalla particularmente cuatro monocultivos: caña de azúcar, canola (colza), palma aceitera y soja. Señala que, en los últimos cincuenta años, 160 millones de hectáreas fueron ocupadas por los monocultivos. “Más y más tierra agrícola fértil es ocupada por grandes fincas que producen materias primas industriales para exportación, presionando a los pequeños productores a una siempre decreciente participación sobre la tierra”, asegura. Y advierte que, según la misma FAO, para 2050 la superficie mundial sembrada con soja aumentará un 33 por ciento; la caña de azúcar, un 28 por ciento, y la canola, un 16 por ciento.
Con mucha rapidez estamos perdiendo fincas y campesinos por la concentración de tierra a manos de los ricos y los poderosos. Si no revertimos esta tendencia, el mundo perderá su capacidad para alimentarse a sí mismo”, advirtió Henk Hobbelink, coordinador de Grain.

La investigación alerta que la concentración de la tierra “está llegando a niveles extremos” y que esa política tiene una consecuencia directa en el número creciente de personas que pasan hambre en el mundo. “Necesitamos, en forma urgente y a una escala nunca antes vista, revisar y relanzar programas de reforma agraria y reconstitución territorial genuinos que devuelvan la tierra a manos campesinas e indígenas”, alerta Grain.

Fuente: Ecoportal.net

lunes, 11 de agosto de 2014

No es el clima, es la desigualdad la mecha de los conflictos

NACIONES UNIDAS - Las discusiones de los últimos años sobre los conflictos derivados de problemas climáticos han variado desde informes sensacionalistas que aseguran que el mundo sucumbirá a las guerras por el agua hasta los que creen que el tema no tiene ningún interés.

El título de cada artículo que trata sobre la relación entre cambio climático y conflicto debería ser: “Es complicado”, según Clionadh Raleigh, directora del Proyecto de Base de Datos sobre la Localización y los Eventos de los Conflictos Armados (Acled, en inglés).

Científicos y expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se interesan cada vez más en este asunto, una tendencia que se consolidó en los últimos años, según David Jensen, director del Programa de Cooperación Ambiental para la Construcción de la Paz, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El debate sobre este asunto comenzó entre 2006 y 2007, pero todavía hay una gran brecha entre lo que se discute a escala global y en el Consejo de Seguridad y lo que realmente ocurre en el terreno”, explicó a IPS.

Numerosos estudios encontraron un vínculo estadístico entre cambio climático y conflicto, pero suelen concentrarse en un área específica y cubrir un breve lapso”, detalló Halvard Buhaug, director del departamento de Condiciones de Violencia y Paz, del Instituto de Investigaciones de Paz de Oslo (PRIO, en inglés), al ser consultado por IPS.

El desafío es definir si esos estudios son indicativos de una tendencia global, más general, y que todavía no se ha documentado”, apuntó.

Buhaug explicó a IPS “que parte del debate público sobre cambio climático y violencia es correcto, pero hay una tendencia lamentable, ya sea desde los investigadores o los medios, a exagerar la contundencia de la investigación científica y a expresar mal la incertidumbre científica”.

En algunos medios, palabras como ‘puede ocurrir’ se transforman en certezas y el futuro se vuelve lúgubre”, ejemplificó.
Cullen Hendrix, profesor adjunto de la Facultad de Estudios Internacionales Josef Korbel, dijo a IPS que la relación entre clima y conflicto está mediada por los niveles de desarrollo económico.

Es más probable que un conflicto por cuestiones climáticas surja en regiones rurales no industrializadas, “donde una gran parte de la población todavía depende del ambiente natural”, precisó.

En la mayoría de los países de África subsahariana, más de dos tercios de la población trabaja en la agricultura. Un cambio en las condiciones climáticas tendrá consecuencias negativas en la estabilidad. Pero los investigadores enfatizan que es importante no sacar conclusiones precipitadas y asumir que el cambio climático derivará necesariamente en un conflicto.

Casi todos reconoceremos que hay otros factores como la exclusión política de las minorías perseguidas, desigualdades económicas o la debilidad de las instituciones del gobierno central que son más importantes” que el clima, apuntó Hendrix. “Que no es lo mismo que decir que el cambio climático no incide”, subrayó.

Cuando tratas de reconstruir comunidades y calidad de vida, no puedes concentrarte en un solo factor de estrés como el cambio climático, debes observar la multiplicidad de factores y construir resiliencia para todo tipo de traumatismos, incluso el cambio climático, pero no exclusivamente”, coincidió Jensen, al comentar las lecciones aprendidas en su trabajo en el PNUMA.

Hendrix espera que la próxima generación de trabajos científicos analice cómo la sequía, las inundaciones, la desertificación y otros fenómenos climáticos impactan en los conflictos “a través de canales indirectos como la pérdida de crecimiento económico o causando migraciones a gran escala de un país a otro”.

Clionadh Raleigh, también profesora de geografía humana en la Universidad de Sussex, cree que las políticas de distribución de tierras suelen ser la fuente real de conflicto, pero su impacto se diluye por un debate sobre cambio climático.

Si le preguntas a alguien en África ‘¿cuáles son los conflictos aquí?’, es posible que responda algo como el acceso a la tierra y al agua”, ejemplificó. “Pero esto depende casi totalmente de políticas nacionales y locales, por lo que casi no tienen nada que ver con el clima”, remarcó.

Algunos gobernantes han tratado de atribuir al cambio climático las consecuencias de sus propias políticas desastrosas, precisó Raleigh. Robert Mugabe culpó al cambio climático por las hambrunas de Zimbabwe, en vez de a su propia corrupción y políticas de reubicación.
Omar al-Bashir achacó el conflicto en la provincia de Darfur a la sequía, en vez de a la terrible violencia del gobierno hacia una gran porción de la población.

Raleigh atribuye esas explicaciones al llamado determinismo ambiental, una escuela de pensamiento que sostiene que los factores climáticos definen el comportamiento humano y la cultura. Por ejemplo, asume que una sociedad se comportará de una u otra manera según se ubique en un ambiente tropical o templado.
Esa teoría se consolidó a fines del siglo XIX, pero perdió popularidad a raíz de críticas de que fomentaba el racismo y el imperialismo.

A Buhaug le preocupa “la tendencia en las investigaciones, pero en especial en la difusión de estas, a ignorar la importancia de condiciones políticas y socioeconómicas y el motivo y la agencia de los actores”.

Raleigh directamente desearía que desapareciera todo el debate.

La gente suele interpretar mal lo que ocurre a escala local y nacional en los países africanos y en desarrollo”, explicó. “Simplemente suponen que la violencia es una de las primeras reacciones al cambio social, cuando lo más probable es que sea la cooperación”, subrayó.

La cooperación ambiental ocurre dentro, y entre, los países, según Jensen.

En el ámbito local, “en Darfur, vemos diferentes grupos que se unen para gestionar los recursos hídricos”. A escala global, “se habla mucho de las guerras por el agua entre países, pero suele ser lo contrario, pues hay mucha cooperación entre los estados por los recursos de agua compartidos”, remarcó.

En esa línea, la ONU lanzó en noviembre de 2013 un nuevo sitio en Internet dedicado a las soluciones más que a los problemas y destinado a expertos y trabajadores de campo con la intención de compartir las mejores prácticas para atender conflictos ambientales y el uso de recursos naturales para ayudar a la construcción de la paz, indicó.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme | Fuente: www.ipsnoticias.net/

viernes, 1 de agosto de 2014

1 de agosto - Madre nuestra que estás en la tierra.

En los pueblos de los Andes, la madre tierra, la Pachamama, celebra hoy su fiesta grande.

Bailan y cantan sus hijos, en esta jornada inacabable, y van convidando a la tierra un bocado de cada uno de los manjares de maíz y un sorbito de cada uno de los tragos fuertes que les mojan la alegría.

Y al final, le piden perdón por tanto daño, tierra saqueada, tierra envenenada, y le suplican que no los castigue con terremotos, heladas, sequías, inundaciones y otras furias.

Ésta es la fe más antigua de las Américas”


(Eduardo Galeano)