sábado, 31 de marzo de 2012

Estados Unidos advierte sobre guerras por el agua

Aseguran que, desde 2022, la pelea por el recurso natural influirá en la seguridad internacional. Clinton dijo que nadie es inmune al problema.


Según un informe publicado ayer por el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (NIC, por sus siglas en inglés), el agua podría convertirse en objeto de conflictos regionales o en herramienta para impulsar el terrorismo a partir de 2022. 
Encargado por la secretaria de Estado Hillary Clinton y dado a conocer en un acto por el Día Mundial del Agua, el informe “invita a la reflexión” sobre el impacto que este recurso puede tener en la seguridad internacional. 
El NIC menciona que la escasez  se agudizará y “las reservas acumuladas en cuencas compartidas podrán ser utilizadas cada vez más como herramienta política”, lo que generará tensiones en estados débiles y podría desestabilizar los mercados globales. 
El texto indica además que “el uso del agua como arma o para impulsar objetivos terroristas también se hará más probable tras los próximos diez años”, y señala como focos susceptibles al conflicto a Oriente Medio, el norte de Africa y el sur de Asia.
Allí, los terroristas y los estados rebeldes pueden atacar infraestructuras relacionadas con el agua, como reservas y presas, y el miedo a las inundaciones masivas “alarmará a la población y llevará a los gobiernos a tomar medidas costosas para proteger sus recursos”. Pese a que el informe no identifica cuáles son los países más vulnerables al conflicto, Clinton advirtió que “ningún país, aun desarrollado, es inmune a estos retos”.
El hincapié que hacen las agencias de inteligencia en el terrorismo internacional omite cuál será el papel de las grandes potencias, quienes también necesitarán abastecerse de los escasos recursos del planeta y son posibles factores de desestabilización, tal como sucede hoy con el petróleo en las zonas más conflictivas del mundo.

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