Dos investigadores realizaron un análisis a 48 artículos
publicados en diferentes periódicos, revistas y medios en Internet y
concluyeron que estos deforman los artículos e investigaciones sobre el
comportamiento sexual en animales ».
“Los corderos gays no
son afeminados. Ellos solo son homosexuales en la naturaleza”; “Otro pequeño pero fascinante descubrimiento:
todos los carneros son marimachos” o “Los
insectos hembras, quizás, tienen una opción descarada de vestirse como hombres,
o de vestir sus heridas”. “Albatroces
lesbianas, jirafas gays y pingüinos mente abierta. ¿Son los animales
homosexuales? Estas son algunas de las frases destacadas por los
investigadores, que señalan, no aciertan con la idea principal de los artículos
científicos. Por ejemplo, los que citan a los corderos, se tratan sobre un
estudio del “Cordero como modelo sobre el comportamiento neuroendocrinológico”.
Y en la hembras insectos se basan en una investigación sobre “Insectos hembras limitados por polimorfismo
en el órgano copulador por una inseminación traumática ”.
A los autores del artículo “Hablemos de sexo”, les preocupa que estos periodistas de forma no
inocente relacionen el contacto sexual en animales con los comportamientos
humanos como la homosexualidad, lesbianismo y las personas transgéneros. Citan
el ejemplo de los gusanos C. Elegans, que son machos o hermafroditas, y muchas
veces se cita como una especie a la que se les ha inducido una conducta
homosexual.
“Para el público en
general, esta cobertura tan imprecisa implica que la homosexualidad es una
especie de enfermedad y discrimina a una parte de la sociedad humana”, reza
el artículo.
De hecho, la mala interpretación del anteriormente citado
artículo sobre los corderos hizo que se realizaran protestas de asociaciones de
derechos de los homosexuales y derechos de los animales en contra los
científicos. También se recogieron más de 20.000 firmas para detener
inmediatamente ese programa de investigación.
Los autores del artículo recomiendan a los científicos que
dan declaraciones sobre sus investigaciones, no hacer relación entre sus
hallazgos y los comportamientos humanos, para así evitar posibles
tergiversaciones de los medios. Y a la prensa, le recriminan que no deben
sensacionalistas sobre la sexualidad de los animales para llamar la atención.
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