sábado, 11 de agosto de 2012

Sexo animal


Dos investigadores realizaron un análisis a 48 artículos publicados en diferentes periódicos, revistas y medios en Internet y concluyeron que estos deforman los artículos e investigaciones sobre el comportamiento sexual en animales ».

Los corderos gays no son afeminados. Ellos solo son homosexuales en la naturaleza”; “Otro pequeño pero fascinante descubrimiento: todos los carneros son marimachos” o “Los insectos hembras, quizás, tienen una opción descarada de vestirse como hombres, o de vestir sus heridas”. “Albatroces lesbianas, jirafas gays y pingüinos mente abierta. ¿Son los animales homosexuales? Estas son algunas de las frases destacadas por los investigadores, que señalan, no aciertan con la idea principal de los artículos científicos. Por ejemplo, los que citan a los corderos, se tratan sobre un estudio del “Cordero como modelo sobre el comportamiento neuroendocrinológico”. Y en la hembras insectos se basan en una investigación sobre “Insectos hembras limitados por polimorfismo en el órgano copulador por una inseminación traumática ”.
A los autores del artículo “Hablemos de sexo”, les preocupa que estos periodistas de forma no inocente relacionen el contacto sexual en animales con los comportamientos humanos como la homosexualidad, lesbianismo y las personas transgéneros. Citan el ejemplo de los gusanos C. Elegans, que son machos o hermafroditas, y muchas veces se cita como una especie a la que se les ha inducido una conducta homosexual.
Para el público en general, esta cobertura tan imprecisa implica que la homosexualidad es una especie de enfermedad y discrimina a una parte de la sociedad humana”, reza el artículo.
De hecho, la mala interpretación del anteriormente citado artículo sobre los corderos hizo que se realizaran protestas de asociaciones de derechos de los homosexuales y derechos de los animales en contra los científicos. También se recogieron más de 20.000 firmas para detener inmediatamente ese programa de investigación.
Los autores del artículo recomiendan a los científicos que dan declaraciones sobre sus investigaciones, no hacer relación entre sus hallazgos y los comportamientos humanos, para así evitar posibles tergiversaciones de los medios. Y a la prensa, le recriminan que no deben sensacionalistas sobre la sexualidad de los animales para llamar la atención.

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