miércoles, 17 de abril de 2013

¿Porqué etiquetar los Transgénicos? Razones Saludables


Se ha encontrado que las proteínas Bt, incorporadas al 26% de todos los cultivos transgénicos del mundo, son nocivas para una gran cantidad de insectos no considerados plaga. Con ello se pone de manifiesto, nuevamente, la visión estrecha del corto plazo, no previendo lo que esa práctica pueda suponer en el futuro. No se busca sensibilizar por los derechos de los artrópodos, pero sí alertar de lo que puede pasar por consumir un maíz Bt, en el que cada una de sus millones de células tiene incluido el mandato biológico de procesar la toxina insecticida del Bt. ¿Lo aceptaría en el plato diario de su familia? ¿en la papilla de sus criaturas? ¿en la tortilla del desayuno? Un equipo de científicos ha advertido de los peligros de la liberación de cultivos Bt para uso humano.
En estos momentos el 98% de todas las semillas transgénicas que se cultivan y venden en el mundo corresponden a cuatro productos: soya, maíz, colza y algodón. El 82% de ellas son resistentes y por lo cual son rociadas abundantemente con Glifosato un potente herbicita y promotor del cancer. El 26% contienen Bacillus thuringiensis Bt. Usted dirá esto suma 108%, si es que una parte cercana al 8% tiene ambas características, es decir son doblemente peligrosas, veamos porque.

Bacillus thuringiensis

Las variedades de maíces Bt, que deben este apellido de abolengo "Bt" a que introdujeron genes del Bacillus thuringiensis al plebeyo maíz. Ahora bien, al Bt se le conoce desde hace años, pues sus derivados se usan en el control de plagas, ya sea espolvoreando o rociando los cultivos; no más que -ojo- en todos estos casos, el Bt queda de forma externa, entremezclado en el suelo o sobre las plantas. A los insectos los conocemos desde siempre, y lo cierto es que, su instinto de sobrevivencia es tal, que siempre encontrarán manera de evadir al Bt independientemente del número de veces que se use este producto o cualquier otro plaguicida. Así que, ante semejante reto, en lugar de diseñar sistemas de producción que equilibren la población de insectos para coexistir en armonía (que es la propuesta agroecológica), a un grupo de hábiles científicos se les ocurrió la brillante idea de incorporar el insecticida al mapa genético del maíz.

Ciertamente, el Bt no es una sustancia inerte como tampoco lo son el DDT o el parathión, el Bt es un bacilo al que le extraen una porción de su genética para incorporársela al maíz. Así, por donde muerda el insecto, siempre se topará con el Bt y morirá. ¿Maquiavélico, no?

Se ha encontrado que las proteínas Bt, incorporadas al 26% de todos los cultivos transgénicos del mundo, son nocivas para una gran cantidad de insectos no considerados plaga. Con ello se pone de manifiesto, nuevamente, la visión estrecha del corto plazo, no previendo lo que esa práctica pueda suponer en el futuro.

De hecho, la reseña no busca sensibilizar por los derechos de los artrópodos, pero sí alertar de lo que puede pasar por consumir un maíz Bt, en el que cada una de sus millones de células tiene incluido el mandato biológico de procesar la toxina insecticida del Bt. ¿Lo aceptaría en el plato diario de su familia? ¿en la papilla de sus criaturas? ¿en la tortilla del desayuno? Un equipo de científicos ha advertido de los peligros de la liberación de cultivos Bt para uso humano.

Los peligros del glifosato

Así como se maridan genes de Bt con maíces, que podría no generar tanta alerta ciudadana, pues finalmente "¿por qué tanto alboroto por insectos que a la larga sobrevivirán a los humanos"? tome nota de este otro adelanto científico. Además de los insectos plaga, los científicos se han propuesto barrer con las hierbas del campo, a las que igualmente consideran otra plaga y las tildan de "malahierba". De seguro habrá escuchado que algunos cultivos deben crecer sin compañía al lado para evitar la competencia y así se justifica otro producto agroquímico llamado herbicida, que sirve precisamente para lograr que un cultivo de soya, maíz o colza, crezcan exclusivamente acompañados por sus pares. El reto fue ¿cómo lograr un herbicida que sea potente, pero, que de paso no mate al cultivo? Así fue como los científicos crearon semillas transgénicas de soya capaces de resistir a los herbicidas a pesar de estar marinados en ellos (marinados porque las hierbas del campo también generan resistencia a los herbicidas, por lo que cada vez se requiere usar mayor cantidad para controlarlas). ¿Cuál es el punto? preguntará, el punto es que, el herbicida que se usa (y que lo vende Monsanto como parte del paquete tecnológico) es el glifosato, producto con tremendo prontuario criminal contra nuestra salud.

Veamos lo que el Dr. Jorge Kaczewer refiere en su artículo 'Toxicología del glifosato: riesgos para la salud humana'


"Recientes estudios toxicológicos conducidos por instituciones científicas independientes parecen indicar que el glifosato ha sido erróneamente calificado como toxicológicamente benigno", tanto a nivel sanitario como ambiental. Por ende, los herbicidas en base a Glifosato pueden ser altamente tóxicos para animales y humanos. Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos), y carcinogénesis (aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer tiroideo en hembras). A nivel eco-tóxico-epidemiológico, la situación se ve agravada no sólo porque son pocos los laboratorios en el mundo que poseen el equipamiento y las técnicas necesarios para evaluar los impactos del glifosato sobre la salud humana y el medioambiente.

También porque los que inicialmente realizaron en EE.UU. los estudios toxicológicos requeridos oficialmente para el registro y aprobación de este herbicida, han sido procesados legalmente por el delito de prácticas fraudulentas tales como falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos, falsificación de estudios mediante alteración de anotaciones de registros de laboratorio y manipulación manual de equipamiento científico para que éste brindara resultados falsos. Esto significa que la información existente respecto de la concentración residual de glifosato en alimentos y el medio ambiente no sólo podría ser poco confiable, sino que además es sumamente escasa."

Párrafos más adelante continúa con otra descripción "Todo producto pesticida contiene, además del ingrediente "activo", otras sustancias cuya función es facilitar su manejo o aumentar su eficacia. En general, estos ingredientes, engañosamente denominados "inertes", no son especificados en las etiquetas del producto. En el caso de los herbicidas con glifosato, se han identificado muchos ingredientes "inertes". Para ayudar al glifosato a penetrar los tejidos de la planta, la mayoría de sus fórmulas comerciales incluye una sustancia química surfactante. Por lo tanto, las características toxicológicas de los productos de mercado son diferentes a las del glifosato solo. La formulación herbicida más utilizada (Round-up) contiene el surfactante polioxietileno-amina (POEA), ácidos orgánicos de Glifosato relacionados, isopropilamina y agua.

La siguiente lista de ingredientes inertes identificados en diferentes fórmulas comerciales en base a glifosato se acompaña con una descripción clásica de sus síntomas de toxicidad aguda. Los efectos de cada sustancia corresponden, en algunos casos, a síntomas constatados en el laboratorio mediante pruebas toxicológicas a altas dosis. La mayoría de síntomas se compiló a partir de informes elaborados por los fabricantes de las diferentes fórmulas.

Sulfato de amonio: Irritación ocular, náusea, diarrea, reacciones alérgicas respiratorias. Daño ocular irreversible en exposición prolongada.
Benzisotiazolona: eccema, irritación dérmica, fotorreacción alérgica en individuos sensibles.
3-yodo-2-propinilbutilcarbamato: Irritación ocular severa, mayor frecuencia de aborto, alergia cutánea.
Isobutano: náusea, depresión del sistema nervioso, disnea.
Metil pirrolidinona: Irritación ocular severa. Aborto y bajo peso al nacer en animales de laboratorio.
Ácido pelargónico: Irritación ocular y dérmica severas, irritación del tracto respiratorio.
Polioxietileno-amina (POEA): Ulceración ocular, lesiones cutáneas (eritema, inflamación, exudación, ulceración), náusea, diarrea.
Hidróxido de potasio: Lesiones oculares irreversibles, ulceraciones cutáneas profundas, ulceraciones severas del tracto digestivo, irritación severa del tracto respiratorio.
Sulfito sódico: Irritación ocular y dérmica severas concomitantes con vómitos y diarrea, alergia cutánea, reacciones alérgicas severas.
Ácido sórbico: Irritación cutánea, náusea, vómito, neumonitisquímica, angina, reacciones alérgicas.
Isopropilamina: Sustancia extremadamente cáustica de membranas mucosas y tejidos de tracto respiratorio superior. Lagrimeo, coriza, laringitis, cefalea, náusea"
"La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ya reclasificó los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, altamente tóxicos, por ser irritantes de los ojos. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, describe efectos más serios; en varios estudios con conejos, los calificó como "fuertemente" o "extremadamente" irritantes.

"En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal."

Reiteramos, el 82% de los cultivos transgénicos estan llenos del glifosato cancerígeno. Y entérece de algo más... existe un maíz Bt resistente a herbicidas. En consecuencia, no sólo se tiene a maíces con todas sus células conteniendo Bt, más aún, maíces Bt que crecieron empapados de glifosato.

Por estas razones queremos que en el Código de Consumo se obligue a etiquetar los transgénicos. ¿Usted quiere comer o dar de comer a sus hijos transgénicos sin saberlo?, nosotros NO.
Extraido del artículo: Doce discrepancias con los amigos de Monsanto, de Silvia Wu Guin y Fernando Alvarado de la Fuente, del 25 de marzo 2009. Fuente: www.ecoportal.net

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