En los pueblos de los Andes, la madre tierra, la Pachamama,
celebra hoy su fiesta grande.
Bailan y cantan sus hijos, en esta jornada inacabable, y van
convidando a la tierra un bocado de cada uno de los manjares de maíz y un
sorbito de cada uno de los tragos fuertes que les mojan la alegría.
Y al final, le piden perdón por tanto daño, tierra saqueada,
tierra envenenada, y le suplican que no los castigue con terremotos, heladas,
sequías, inundaciones y otras furias.
Ésta es la fe más antigua de las Américas”
(Eduardo Galeano)
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