sábado, 13 de diciembre de 2014

Caral, la primera ciudad sostenible de toda América

En el territorio del actual Perú, Caral, es una civilización contemporánea a Mesopotamia, China, Egipto, India y Mesoamérica


Una sociedad completamente equilibrada donde sus habitantes conviven en armonía con la naturaleza, capaz de generar sus propios recursos y respetar las normas establecidas por convicción resulta utópica en estos tiempos, pero no hace 5.000 años.

En esa época, en el territorio que hoy ocupa el Perú, Caral, una de las civilizaciones contemporáneas a Mesopotamia, China, Egipto, India y Mesoamérica, desarrollaba una experiencia que hoy es ejemplo de cómo debería organizarse una ciudad que busca la sostenibilidad.

"Esta ciudad fue diseñada previamente, se planificó su construcción y eso nos está permitiendo saber que aquí hubo una jerarquía social y autoridades y una organización de fuerzas de trabajo que se plasmó en todas las obras tan destacadas", destacó la arqueóloga peruana Ruth Shady, descubridora de Caral, en el marco de la COP20.

"Basta con que se conozca Caral para que se tenga una idea de lo que fue el proceso cultural que 4.400 años más tarde dio lugar al imperio incaico", añadió Shady.
Esta civilización, ubicada en el valle desértico de Supe (unos 200 kilómetros al norte de Lima), fue presentada en Voces por el Clima, la muestra en paralelo a la CoP20, como evidencia de que la sostenibilidad es posible si los habitantes viven en armonía con todo cuanto los rodea.

Entre las particularidades que Caral, génesis de la civilización en América, presentaba como sociedad sostenible, estaba su capital económico, ya que a través de lo que obtenía mediante la agricultura realizaba intercambios de recursos con los pescadores.

Aquello se evidenció en los restos de productos marinos hallados en sus construcciones, a pesar de haberse edificado a unos 20 kilómetros de la costa más cercana. Posteriormente, su economía se extendió hasta el actual Ecuador y las civilizaciones amazónicas andinas.

Esta civilización, levantada entre el 3.000 y 1.900 a.C., contaba además con una cultura que respetaba la naturaleza. Sus edificaciones eran rellenadas en base a residuos sólidos como restos de otras construcciones, alimentos y vegetación, entre otros elementos.

En 2011 se descubrió además que esta ciudad era antisísmica, debido a la construcción estratégica de la base de sus 32 pirámides truncas de distintas dimensiones.

Por otro lado, siendo un espacio desértico, los pobladores idearon una red de canales de regadío que permitía el permanente abastecimiento de agua, proveniente del subsuelo, en toda la ciudad y que convirtió el terreno en zonas de cultivo.

Caral, que tuvo aproximadamente 3.500 pobladores, una sociedad ideal en estos tiempos donde las sobredemanda de los recursos y el consumismo exceden la capacidad de la naturaleza para poder renovarse, llegó a su fin sin dejar una evidencia exacta del porqué.

Según investigaciones de científicos del Perú y de Estados Unidos, la probable razón fueron los terremotos e inundaciones que la dejaron bajo la arena del desierto.

La COP20 (Vigésima Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) busca acordar borradores para la COP21 del año entrante en París, donde se deben acordar los compromisos que 195 países asumirán desde 2020 para evitar que la temperatura promedio del planeta se eleve más de dos grados, lo que sería potencialmente catastrófico. Fuente: www.elsol.com.ar

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