El
estudio de una especie de maíz que ha sido cultivada por el pueblo mixe en la
Sierra de Oaxaca, en México, podría terminar generando una verdadera
"revolución" en la agricultura en todo el mundo.
Y es que, según expertos, la
variedad podría ayudar a resolver uno de los problemas más graves asociados al
cultivo del grano: el excesivo uso de fertilizantes nitrogenados.
El maíz es uno de los alimentos
básicos más importantes para las personas y el ganado a nivel mundial.
Pero, para crecer, esta gramínea
necesita de nitrógeno y el abundante uso de fertilizantes nitrogenados asociado
a su cultivo es muy dañino para el medio ambiente.
Primero, porque para producirlos
se gasta un estimado de 3% de los combustibles fósiles que se consumen cada año
en el mundo, con la consiguiente producción de dióxido de carbono.
También porque se usan en exceso
y terminan en los ríos, lagos y mares creando zonas muertas, ambientes donde la
vida no es posible.
Raíces aéreas
La variedad puede llegar a
alcanzar casi 5 metros de altura y es cultivado por los mixes en suelos casi
desprovistos de nitrógeno.
Pero este maíz "tiene unas raíces aéreas que tienen una
mucosidad en donde vive una comunidad de bacterias que ayuda a que la planta obtenga
el nitrógeno de la atmósfera", explica el investigador Alan Bennett.
La siembra de esta variedad en
otras latitudes no es una opción especialmente práctica: es muy grande y toma
mucho tiempo para crecer.
"Pero una vez que identificamos el mecanismo que usa (para fijar el
nitrógeno), podríamos usarlo en otros maíces", explica Bennet.
El científico dice que el proceso
podría darse por hibridación y está consciente que "puede ser un proceso largo y tiene sus riesgos".
Pero recalca que si se llegara a
poder implementar este mecanismo en otras variedades de maíz y se pudiera
comercializar, lo harían con base en el Protocolo de Nagoya.
De acuerdo con este convenio
internacional, la comunidad que ha cultivado el maíz también se beneficiaría
económicamente de su comercialización.
"La idea es que este material pertenece a la comunidad de la Sierra
Mixe, que nos está dejando investigar", explica el investigador.
"Si hay algún beneficio de ello, lo vamos a compartir por partes iguales",
promete.
Aprender de
la tradición
Humberto Castro García,
subdirector del centro regional de Oaxaca de la Universidad de Chapingo -una de
las más reconocidas del país en agricultura- sostiene sin embargo que si bien
en el papel los Protocolos de Nagoya son buenos, "en la práctica los ejemplos de que se hayan realizado son escasos o
nulos y las comunidades salen afectadas".
Por eso, "valdría la pena estar atentos para proteger
este nuevo descubrimiento", advierte.
El experto mexicano también
destaca que la que buscan los investigadores estadounidenses no es la única
forma de lograr que el maíz use menos fertilizantes.
"No es necesario hacer tanta investigación y meterse en líos de
patentes: se sabe que tradicionalmentelas leguminosas capturan el nitrógeno de
la atmósfera y lo dejan disponible en el suelo", explica.
Efectivamente, las leguminosas
(como los frijoles o las lentejas) mantienen una simbiosis natural con
bacterias que les permite aprovechar de manera natural el nitrógeno, que es el
elemento en mayor presencia en el aire.
Y por eso, para el mexicano, los
sistemas ancestrales como la milpa (en el que se cultivan distintas cosas
juntas) o la rotación de cultivos podrían ser parte de la solución al uso
excesivo de fertilizantes nitrogenados.
"Estos recursos no han sido capitalizados en la magnitud que podrían ser
aprovechados", le dice a BBC Mundo.
El
investigador de la Universidad de California Davis está de acuerdo, aunque con
un matiz.
"El cultivo de leguminosas debería ser más recomendado. Pero no siempre
es posible porque los campesinos a veces eligen sembrar maíz tras maíz por
perspectiva económica. Así quela rotación no es muy común", explica.
Y Bennett destaca que encontrar
la forma de fijar el nitrógeno de una manera biológica es uno de los retos más
importantes de distintos laboratorios punteros en el mundo.
Dice que se esperan avances
importantes en esa materia en la próxima década.
Y la reducción del uso de
fertilizantes en el maíz sería una muy buena noticia para la agricultura y el
medio ambiente.
Por lo pronto, según sus
experimentos, utilizando el mecanismo del maíz mixe, se podría lograr una
reducción que podría ir desde un 28% hasta un 82%.
Fuente: BBC.com
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