viernes, 21 de febrero de 2014

Pekín declara por primera vez la alerta naranja por contaminación

Es el segundo nivel más alto de los cuatro estadios que conforman el sistema implantado en octubre. Los meteorólogos sostienen que la niebla permanecerá durante tres días

Si no fuera por las aplicaciones para los teléfonos móviles inteligentes que dan la medida de la calidad del aire y por el olor que a menudo flota en el ambiente, cualquiera diría que Pekín es la ciudad de la niebla eterna, cuando lo que se ha convertido en los últimos años es en la ciudad del casi eterno smog, esa mezcla de contaminación, neblina y polvo, que ha obligado este viernes a las autoridades municipales a decretar por primera vez la alerta naranja —el segundo nivel más alto de un máximo de cuatro— por la polución. La decisión ha sido tomada porque se prevé que la situación de peligro dure al menos tres días.
La alerta naranja aconseja a colegios y guarderías que cancelen las actividades deportivas en el exterior y a niños y ancianos que no salgan a la calle, pero no suspende las clases ni prohíbe circular a los vehículos gubernamentales, medidas que están reservadas para la roja, la máxima. Las autoridades han instado a la gente a que deje el coche en casa.
La alerta ha sido decretada después de las intensas críticas recibidas en los medios de comunicación estatales y los foros de Internet por no solucionar un problema que ha empeorado incluso el número de casos de cáncer de pulmón en la capital, que se han disparado en una década. Han aumentado un 59% —63,09 por 100.000 habitantes en 2011, frente a 39,56 registrados en 2002—. Expertos del Hospital de Cáncer de Pekín afirman que el cáncer de pulmón está muy relacionado con el estilo de vida y que fumar sigue siendo la causa principal, pero admiten que la contaminación es también un factor.

La concentración de partículas finas o PM2,5 —aquellas que tienen 2,5 micras o menos de diámetro— ha alcanzado esta tarde 378 microgramos por metro cúbico, según las mediciones de la embajada de Estados Unidos en Pekín. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un nivel máximo de 25 microgramos. La Agencia de Protección Medioambiental estadounidense considera valores por encima de 300 como muy peligrosos. Llegado este nivel, se recomienda que ni siquiera se ventilen las viviendas. El pasado fin de semana el índice superó 500.

La partículas PM2,5 son las más dañinas para la salud, ya que pueden penetrar fácilmente en los pulmones, llegar a la sangre y causar tumores o cáncer. La crisis contaminante se ve agravada en invierno por las condiciones atmosféricas y el funcionamiento de las calefacciones.

La preocupación por la polución en China va en alza, en particular en las grandes ciudades, y las autoridades han tomado medidas, que, por un lado, tardarán años en hacer efecto, y, por otro, son implementadas a veces de forma irregular a nivel local, ya que los responsables locales dependen a menudo de los impuestos que reciben de empresas contaminantes, y que, por tanto, se resisten a cerrar.

El sistema de alertas fue introducido en Pekín en octubre pasado, pero desde entonces no habían sido aplicadas sus estrictas medidas, a pesar de que se han producido varios periodos de fuerte contaminación.

Desde hace más de un año, la capital y otras ciudades chinas han sufrido grados de polución récord, lo que ha obligado en varias ocasiones a las autoridades a tomar medidas de emergencia, como paralizar fábricas, retirar coches de la circulación, suspender las actividades escolares en el exterior e instar a la población a que no salga a la calle salvo que sea totalmente necesario. Buena parte del problema es causado por la combustión de carbón en centrales térmicas e industrias, y el tráfico rodado, pero se ve empeorado por factores climáticos.

Las medidas de emergencia contempladas por Pekín incluyen la retirada de las calles cada día de la mitad de los cuatro millones de coches privados de la capital cuando se prevea que la contaminación va a ser grave. El sistema se basa en el número de la matrícula, par o impar. También se limitarán o detendrán la producción en las fábricas y la actividad en las obras, y se suspenderán las clases. Estas medidas puntuales se suman a los planes generales. El Gobierno se comprometió en septiembre pasado a reducir un 25% el nivel de contaminantes atmosféricos en la región de Pekín-Tianjin-Hebei, y más del 10% a escala nacional, entre 2012 y 2017.
Fuente: elpais.com

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