El herbicida de Monsanto que la agricultura
argentina utiliza en una cantidad de 240.000 toneladas anuales tendrá que
llevar en california una etiqueta que advierta sobre su efecto cancerígeno.
Mientras tanto, en nuestros 'pueblos fumigados' se multiplican los casos de
cáncer.
Por Matilde Moyano
El herbicida estrella de Monsanto es omnipresente. El Roundup o Glifosato está en todos
lados. En la cuenca del río Paraná, en algodón, gasas y tampones, en vinos de
California, en cervezas alemanas, en alimentos del desayuno en Estados Unidos,
en miel uruguaya. En la sangre y en los cuerpos de los argentinos que viven en
los llamados ‘pueblos fumigados‘, porque nuestro país utiliza 240.000 toneladas
anuales de este producto.
En un contexto en el que organizaciones civiles europeas se
unieron para exigir la prohibición de este herbicida, y mientras la publicación
científica International Journal of Clinical Medicine le dio lugar a un relevamiento
socio ambiental realizado en Argentina, en Monte Maíz, una localidad de Córdoba
que es ejemplo de la fuerte asociación entre cáncer y exposición ambiental por
contaminación con glifosato, la justicia de California le puso un límite a
Monsanto para que este producto lleve una etiqueta con la advertencia de “cancerígeno”.
La decisión fue tomada el pasado 10 de marzo en manos de la
jueza Kristi Culver Kapetan, quien encontró que Monsanto no tenía ninguna razón
suficiente para sostener su demanda contra la Oficina de Evaluación de Riesgos
Ambientales de la Salud de California, que en enero dispuso la incorporación
del glifosato en su lista pública de químicos cancerígenos. El Estado de
California fundamentó su decisión en una categorización que hizo la ONU en 2015
con respecto a este paquete tecnológico.
El abogado de Monsanto argumentó que el etiquetado tendría
inmediatas consecuencias financieras sobre la compañía. Los abogados del Estado
de California argumentaron que los estándares de clasificación de la ONU son
los más elevados, y que tienen además el apoyo de estudios de varios estados
más, del propio gobierno y de las investigaciones de otros países.
Recordemos que el año pasado una investigación de la
Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), indicó que
el glifosato causa un mecanismo de toxicidad en el desarrollo y funcionamiento
del sistema nervioso de mamíferos. Y mucho antes el científico ya fallecido
Andrés Carrasco, quien presidió el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET), había confirmado los efectos devastadores del
glifosato en embriones anfibios.
¿Qué es el Glifosato?
Se trata de un herbicida que se usa para eliminar las
malezas de los cultivos transgénicos, como la soja ‘RR’, que resisten su nivel
de toxicidad. Con la utilización de este agrotóxico, nuestro país (tercer
productor mundial de soja) pone en riesgo la salud de un tercio de la
población, según demuestran los estudios de la Red de Médicos de Pueblos
Fumigados.
La ‘Antología
Toxicológica del Glifosato‘, es la recopilación más completa de trabajos científicos
nacionales e internacionales que da cuenta de los riesgos a la salud humana,
ambiente y biodiversidad de este agroquímico. Hasta la fecha reúne 487
evidencias.
Tribunal Internacional Monsanto
En abril próximo se realizará la presentación de
la conclusión del Tribunal Internacional que en octubre pasado reunió en La
Haya, Países Bajos, a víctimas y expertos de todo el mundo para brindar
testimonios que sirvan como pruebas que permitan incorporar la figura de ‘Ecocidio’ a los delitos juzgados por la Corte
Penal Internacional de Justicia. Fuente: elfederal.com.ar
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