miércoles, 8 de marzo de 2017

Otra oportunidad para ver que estamos ‘envenenados’ con agroquímicos

Entrevistamos a Patricio Eleisegui, autor de 'envenenados', un libro que vuelve a editarse para exponer la tragedia sanitaria de las principales provincias agrícolas de argentina y los mayores responsables del uso indiscriminado de agroquímicos. Te invitamos a tomar contacto con esta situación que tiene víctimas concretas, pero que nos afecta a todos.



Por Matilde Moyano

Un bidón de glifosato. Un basural. Una máquina compactadora de basura. Un trabajador. El bidón explota y “baña” al trabajador, quien comienza a sentir molestia en la garganta, intenta pedir ayuda por teléfono, pero no puede hablar. Sube a la máquina y atraviesa la ciudad sangrando por la boca.
Es Luis Lucero, empleado de la Municipalidad de Trenque Lauquen, un 30 de diciembre de 2016. Es uno de los testimonios de la nueva edición de ‘Envenenados, una bomba química nos extermina en silencio’, el libro del periodista argentino Patricio Eleisegui que expone la tragedia sanitaria de las principales provincias agrícolas del país y los mayores responsables del uso indiscriminado de agroquímicos.

-          ¿Qué actualización contiene esta nueva edición de ‘Envenenados’?

Se actualizaron las estadísticas de lo que fue el último tramo del kirchnerismo en lo que hace al negocio de la soja, de transgénicos como el maíz y el algodón, y obviamente lo que fue la expansión del mercado agroquímico permanente durante todos esos años, que se incrementó en un promedio de 1.000 %.

También se hace énfasis en los últimos movimientos del mercado que tiene que ver con Bayer comprando Monsanto, la unión entre DuPont y Dow, y también el vínculo accionario entre Syngenta y ChemChina, que vendría a ser la Monsanto asiática.

-          ¿Y hay nuevos testimonios de personas directamente afectadas?

Sí, como el caso de Alexa Estevez de la ciudad América, al oeste de la provincia de Buenos Aires, quien en 2013, a los 17 años, dio a luz un bebé con un grado de malformación enorme en manos y pies, problemas cardíacos, de vejiga y quistes, ocasionados por vivir a dos cuadras de dos plantas semilleras, Cargill y ASP.

Además, lo que evidencia este caso es cómo los municipios intentan sacarse de encima el problema y obstaculizan la realización de estadísticas, ya que a Alexa la derivaron a Trenque Lauquen y luego a La Plata, ciudad donde nació y murió su bebé, con lo cual su historia clínica queda ‘despegada’ del pueblo en donde se ocasionó el daño a su salud y la de su pareja, ya que ambos tenían tres insecticidas en sangre: cipermetrina, endosulfán, y clorpirifós.

Otro caso es el de Rogelio Parra en Necochea, quien trabajaba en la empresa Productos Sudamericanos. Él se ocupaba de palear el cereal para que no genere gorgojos, y como el cereal estaba completamente fumigado, aspiró los agrotóxicos y le agarró una parálisis en piernas, brazos y parte de la cara. Perdió la habilidad de escribir y tuvo que volver a aprender. Tiene 30 años y está jubilado por intoxicación aguda por órganos fosforados. Hoy Rogelio se encuentra en situación de calle.

-          ¿Hay algo nuevo sobre los protagonistas de la primera edición, los casos de Estela Lemes (Directora de una escuela de un paraje de Gualeguaychú que fue fumigada) y Fabián Tomasi (ex aplicador aéreo de agroquímicos que hoy padece una polineuropatía tóxica metabólica severa y atrofia muscular generalizada)?

Cuando la contacto a Estela en 2013, la fumigación en su escuela era reciente, pero hoy por hoy el tiempo pasó y ella tiene dos insecticidas en sangre, tiene problemas de salud bastante severos, problemas musculares, inconvenientes para caminar. Hoy su batalla es con la ART para que le reconozca que tiene una intoxicación severa con agrotóxicos y que le cubra el tratamiento a partir de su función de directora de la escuela. Me shockeó cuando la vi el año pasado, porque el daño era evidente.

En el caso de Fabián, él está teniendo internaciones recurrentes, de hecho el mes pasado estuvo internado con muchos problemas respiratorios, tiene un grado de sensibilidad y problemas en las defensas que hace que cualquier enfermedad sea un riesgo mortal para él. Ha tenido una pulmonía, un resfrío y termina en terapia intensiva.

-          Con respecto a la tapa, sigue estando Fabián Tomasi, me parece muy fuerte que ahora sea en forma de stencil.

Hace casi dos años me enteré de que habían aparecido algunas pintadas que tomaban la imagen de Fabián con el nombre del libro. Estaban en la Ruta 14, en Corrientes, Entre Ríos, Misiones. Yo me quedé muy sorprendido, y un día Fabián me cuenta que había estado con un artista de Rosario que estaba viajando y que hacía stencils y los pintaba. Cuando me cuentan que estaban apareciendo muchas de estas pintadas en Rosario, logré ubicarlo, es Facundo Roma y el año pasado viajé a conocerlo y decidí tomar esta representación callejera para la tapa del libro, y en algún punto retroalimentarnos en eso, como un concepto que apunta a divulgar el libro en esta nueva edición.

-          Que haya pasado eso significa que el libro ya te excede, que tiene vida propia.

El año pasado fui a Rosario y cuando llegué vi una pintada a una cuadra y media de la terminal, después me entero de que había pintadas en el cartel del Ministerio de Salud de Santa Fe, y en la sede de la Federación Agraria. Me sentí muy shockeado con la situación de haber escrito el libro y de repente ver todas esas pintadas que ya ni siquiera tienen que ver conmigo, es algo que trasciende y es genial que suceda con la imagen de Fabián, que ya es un símbolo.

-          Hay muchas personas afectadas que seguramente no quieren exponerse, pero Fabián se anima a mostrarse…

Sí, aparte él es muy claro. Más allá de su estado de salud, yo siempre valoro eso de Fabián, que aparte es un gran amigo, un hermano, yo lo quiero mucho, es una persona muy clara y contundente en sus argumentos, tiene una explicación enormemente lógica y fundamentada de cuál es su problema y cómo en definitiva todo esto está generado a partir de un modelo tanto de empresas como del mismo sistema político. Más allá de la cuestión visual me parece importantísimo que se lo pueda escuchar.

-          Y cuando aparece públicamente no se victimiza.

El entendió de entrada que esto es como una película en donde hay una escena que es más amplia que el hecho de una persona fumigada. Hay todo una práctica de todo un sistema donde hay intereses, y más allá de su situación personal, lo que está en juego es la manera de producir para toda la Argentina, de la cual él era un pequeñísimo eslabón, un eslabón que se rompió y que nosotros podemos ver.

-          Creo que unx no escribe sobre cualquier cosa, ¿por qué a vos te toca este tema?

Es una pregunta complicada. No sé, siento que me toca la situación del periodista que se ocupa de un tema particular.

-          Hay millones de temas, no creo que sea casual…

Me llamó la atención que hubiera algo que a mí se me hizo muy evidente y que el periodismo no lo tomaba en cuenta, te hablo de hace 5 años atrás. Con el caso de Fabián vi que había una película enorme bien desplegada, con actores bien definidos, una problemática clara, y me llamaba la atención y me sigue llamando la atención todavía que haya tan pocos medios ocupándose este tema. 

Obviamente después entendí que responde a ciertos intereses. Pero me toca a mí contar las historias y creo que pude sobrellevar bastante bien las situaciones de dolor ajenas, aunque al principio me costó muchísimo. Evidentemente lo puedo hacer.

-          Tiene que ver con el dolor.

Sí, con el dolor, con la justicia, con lo humano, desde ya con el sufrimiento, con el hecho de que se generen comodidades y ventajas para ciertos sectores a partir de la destrucción de otros, en este caso sectores muy amplios de la población, y el hecho de que nosotros estemos permitiendo prácticas que son ya muy viejas. Cuando fui a Europa vi que todo era orgánico, que todos los mercados, todos los lugares están vendiendo cosas sanas a costa de que nosotros sigamos haciéndonos cargo del gasto ambiental y humano.

-          O sea que otros países trasladan su costo ambiental a nuestro país.

Claro, y es súper evidente eso. En mí manera de verlo, nosotros estamos todo el tiempo arrodillándonos, agachándonos, viviendo en situaciones de frustración moral permanente casi, y tenemos pocos momentos en los que podemos ponernos de pie y plantarnos ante una situación. En mi manera de hacer las cosas, ‘Envenenados’ es un poco eso, la posibilidad concreta de decir “bueno, miren, acá hay una injusticia y la vamos a contar sin pelos en la lengua, sin quedar bien con nadie y que pase lo que tenga que pasar”, lo tomo como un acto de libertad.

-          Este modelo de agroproducción no tiene que ver con ningún gobierno en particular porque ya hace mucho tiempo que estamos así. ¿El gobierno actual pensás que es igual, que puede ser peor?

Este gobierno lleva poco tiempo, pero seguramente se va a intensificar, de hecho ya han lanzado tres o cuatro transgénicos, igualmente el kirschnerismo lanzó más de veinte…

-          Tu próximo libro, ‘Laboratorio’, tiene que ver con los transgénicos. ¿Qué podés adelantar?

El libro consiste en una serie de entrevistas a los actores de la industria, sobre los planes que tienen para el sistema productivo argentino, básicamente profundiza en qué está haciendo Monsanto, Bayer, Nidera, Bioceres, qué pasa por la cabeza de un tipo como Gustavo Grobocopatel.

‘Laboratorio’ muestra cómo Argentina es una plataforma clave para la producción de alimentos en las próximas décadas, como un negocio, y para la experimentación tanto con transgénicos como con agroquímicos para las principales empresas del sector. Argentina es la base del desarrollo de muchísimas semillas de Monsanto, de prueba de transgénicos por parte de empresas que trabajan con Nidera, el intercambio de material genético con China.

-          ¿Qué pasó con el tratamiento de una Ley de control del uso Agroquímicos? ¿En qué quedó?

En nada, no hubo ninguna novedad. Se supone que este año se debería reactivar la discusión y trabajar en un texto, pero por el momento no hay nada.

-          Con respecto al informe del programa de televisión italiana Le Iene, ¿hubo repercusiones?

Nos dio bola El Federal. Los italianos me decían: “¿Cómo no salió en la televisión abierta ni en cable? ¿Cómo puede ser con todo lo que estuvimos mostrando?”. En Italia tuvo un pico de rating muy elevado y se habló durante semanas de ese informe sobre Argentina. Sin embargo acá ninguno de los medios más importantes se ocupó de darle un espacio, así que desde ese punto de vista fue decepcionante.

La primera edición de ‘Envenenados‘ (2014) se vio obstaculizada por la distribuidora, que decidió dejar de entregar los ejemplares. Esta nueva edición estará disponible en todas las librerías del país a partir de la primera semana de abril. Se trata de una nueva oportunidad para tomar contacto con una situación que tiene víctimas concretas, pero que nos afecta a todos, aunque no nos demos cuenta.


Si te interesa ahondar más en este tema te invitamos a leer nuestra primera entrevista a Patricio Eleisegui ACÁ 

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