Las emisiones de dióxido de carbono del sector
eléctrico de la UE se reducen un 12% en solo un año.
En mitad del aluvión de informes y estudios sobre lo mal
encaminada que está la humanidad en la carrera para hacer frente al cambio
climático, llegan buenas noticias: la descarbonización del sector eléctrico parece
encarrilada en Europa. Un informe presentado este miércoles apunta a que la UE
se está desenganchando del carbón más rápido de lo previsto mientras que la
producción de energía con tecnologías renovables marca máximos históricos. Y
como consecuencia de ambos fenómenos las emisiones de CO2 del sector eléctrico
europeo caen a un ritmo nunca registrado hasta ahora; el año pasado se
redujeron un 12%. Así lo concluye el estudio que han elaborado los expertos
energéticos de Agora Energiewende y Sandbag.
"El desplome del
carbón en 2019 superó todas las expectativas", señala Dave Jones,
analista de Sandbag y uno de los autores del estudio sobre los Veintiocho
(todavía incluye al Reino Unido, que dejó la UE el 1 de febrero). "La caída de las emisiones del sector
eléctrico fue aún mayor que durante la recesión de 2009, y la más rápida desde
al menos 1990", explica a EL PAÍS este especialista. En concreto, la
quema de carbón (tanto hulla como lignito) para generar electricidad en la UE
se redujo un 24% en 2019 respecto al ejercicio anterior. Paralelamente, las
renovables volvieron a marcar un récord histórico y generaron el 35% de la
electricidad consumida en la UE. Y, por primera vez, la electricidad producida por
la eólica y solar superó a la que salió de las centrales que queman carbón.
Jones explica que la transición energética comenzó hace más
de una década en la mayoría de los países de la UE y que ya en 2018 la
generación con carbón se había reducido un 30% respecto a los niveles de 2012.
Pero "aunque la transición eléctrica
de Europa es un maratón y no un esprín", el "desplome del carbón en 2019 superó todas las expectativas". Y
en enero el derrumbe continúa, advierte.
Tras la caída del uso del carbón en la UE el informe destaca
dos factores: el aumento del precio de la tonelada de CO2 en el mercado europeo
de emisiones (que hace que las centrales de carbón no sean rentables y se vean
desplazadas por otras tecnologías menos emisoras) y la implantación de
renovables. La electricidad que dejaron de producir las térmicas de carbón en
2019 en la UE fue generada casi al 50% por las tecnologías solar y eólica por
un lado y por las centrales de gas natural por otro. Las centrales que usan gas
también emplean un combustible fósil, pero emiten cerca de la mitad de CO2 para
producir la misma electricidad que las de carbón.
La previsión de estos dos grupos de analistas para 2020 es
que continuará la caída del uso del carbón. "La transición energética de Europa está despegando", valora el
estudio, que recuerda que el Pacto Verde que ha lanzado la Comisión Europea
"ha puesto la lucha contra la crisis
climática en el centro de todos los trabajos políticos de la UE".
Además, incide el informe, la previsión es que Europa aumente la ambición para
la próxima década. "Las emisiones
del sector de la energía seguirán cayendo, incluso si la demanda de
electricidad aumenta a medida que el transporte y la industria de la
calefacción se sigan electrificando", señalan los expertos.
El análisis recuerda que más países pueden anunciar fechas
concretas de fin del uso de este combustible. En estos momentos, 15 países de
la UE se han fijado fechas de cierre de las centrales de carbón. Francia, por
ejemplo, ha establecido el 2022. Alemania, sin embargo, prevé alargar el uso de
este combustible hasta 2038.
España, protagonista
En España, sin embargo, el Ejecutivo se resiste a explicitar
una fecha concreta de cierre, a pesar de que el carbón está en mínimos
históricos (el pasado año estas centrales apenas suministraron el 5% de la
electricidad). Del plan de energía y clima que ha elaborado el Ministerio para
la Transición Ecológica para la próxima década se desprende que en 2030 ya no
se usará carbón en el país.
Jones explica que España ha sido uno de los Estados europeos
que ha protagonizado el desplome del carbón en 2019 y que, además, ha sido el
país en el que más energía solar se instaló.
"Sin embargo, España es el
único país de Europa occidental que aún no se compromete con una fecha de
eliminación del carbón", lamenta este especialista. Es una cuestión de
mensajes internacionales, opina Jones, quien cree que España podría estar libre
de carbón "mucho antes de 2025".
Fuente: elpais.com
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