lunes, 21 de mayo de 2012

Etiquetado de transgénicos: El gobierno nacional mira para otro lado

El gobierno Argentino parece olvidar o directamente no mostrar interés en el proyecto del macrismo y de Pino Solanas para etiquetar los alimentos transgénicos, probadamente nocivos para la salud. El etiquetado de alimentos transgénicos es una disposición que está ganando lugar en todo el mundo y que afectaría fuertemente a los negocios de Monsanto en el mundo. La inacción del kirchnerismo al respecto deja una sola conclusión: el gobierno nacional protege el negocio de transgénicos de Monsanto.
CIUDAD DEBUENOS AIRES (Urgente24) - Con varias investigaciones en contra y evidencia de las consecuencias nefastas que provocan tanto en el suelo donde se siembran como en los seres vivos que entran en contacto con ellas, las semillas de Monsanto sufrieron un duro revés luego que el gobierno de Polonia decidiera prohibir su uso en el país.

Por medio del Ministro de Agricultura polaco, Marek Sawicki, se anunció hace unos días que la variedad MON810 de maíz quedaba oficialmente prohibida en el país europeo, luego de varias protestas por parte de apicultores y activistas locales que exigían su remoción.

Polonia se suma así a una oleada europea que en los últimos meses ha frenado la presencia de Monsanto en los cultivos del llamado Viejo Continente. Apenas el 9 de marzo pasado Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia rehusaron respaldas la propuesta de Dinamarca para permitir la siembra de transgénicos en Europa.

En el caso de Francia, además, a finales de febrero un tribunal acusó de envenenamiento a Monsanto en perjuicio de un agricultor francés.

El caso europeo de lucha contra los nocivos transgénicos de Monsanto lamentablemente no cuenta con el mismo entusiasmo en la Argentina, donde el gobierno nacional evita hablar del tema.

Un proyecto de ley impulsado desde el macrismo y el partido de Pino Solanas (claramente antagónicos en sus lineamientos) busca que los alimentos modificados geneticamente cuenten con una etiqueta especial que informe al consumidor acerca de ese asunto.

El proyecto fue presentado en conjunto por la diputada del PRO, Soledad Martínez, y Jorge Cardelli de Proyecto Sur. Si bien ambos legisladores pertenecen a fuerzas políticas sumamente diferentes y con posturas ideológicas prácticamente opuestas, han optado unirse basados en la biología del ser humano, y con una preocupación legitima y común: los alimentos procesados con transgénicos o los transgénicos en si mismos, son comercializados sin ningún tipo de aviso para los consumidores que desean una dieta saludable y libre de residuos de herbicidas u OGMs.

El objetivo de la normativa planteada por el PRO y Proyecto Sur es textualmente "garantizar el derecho a la información de los ciudadanos" sobre productos y alimentos para consumo humano y animal "en cuya elaboración y o producción se hayan empleado ingredientes o aditivos de organismos genéticamente modificados, a fin de evitar los eventuales riesgos o reducir los posibles daños que de estos productos pudieran derivarse para la salud humana".

La preocupación de Macri y Solanas no es infundada: miles de informes científicos certifican que los alimentos transgenicos o procesados con aditivos OGM producen diversos tipos de cáncer como Linfoma no-Hodgkin, sarcoma de tejidos blandos, carcinoma de próstata, cáncer de colon, cáncer de mamas. E incrementan el riesgo de linfoma no-Hodgkin (LNH), leucemia, y tumores. Además de inducir infertilidad. Además los ingredientes de ingeniería genética en los alimentos provocan mutaciones en la flora intestinal que también conducen al cáncer y todo tipo de trastornos en la salud. Ver al pie del articulo.

El proyecto de ley establece que todos los productos exhiban una etiqueta "perfectamente visible y accesible" en la que señale: "Alimento elaborado con organismos genéticamente modificados".

La diputada macrista ya había presentado el proyecto hace dos años, pero en la Comisión de Agricultura y Ganadería jamás se trató la iniciativa pese a que era la comisión cabecera para emitir dictamen. Por aquel entonces la propuesta fue simplemente ignorada, especialmente durante la presidencia de Juan Casañas dado que la moción estuvo vigente recién a finales del año 2010, cuando Ricardo Buryaile casi finalizaba su mandato.

Algunos reportes indican que el kirchnerismo estaría interesado en tapar el proyecto de ley mediante falso activismo en la web.

Como sea, el hecho de que el proyecto no cuente con cobertura de ningun tipo en medios de comunicación tanto oficialistas como opositores llama sugestivamente la atención, más aún teniendo en cuenta que los movimientos contra los transgénicos en el mundo van cobrando relevancia y no sólo en Europa se han tomado medidas.

Etiquetado en el mundo

Para julio del año pasado Consumers International (CI) y sus organizaciones miembros celebraba una victoria junto a los reguladores de más de 100 países, tras el acuerdo de largo plazo en el etiquetado de organismos genéticamente modificados (GM).

Las organizaciones de consumidores de todo el mundo, celebraban así la decisión del Codex Alimentarius que legitima el etiquetado de transgénicos y libra de represalias a los estados que protejan el derecho a saber qué comemos en nuestros platos.

Por más de dos décadas Monsanto, Bayer, Pioneer Dupont, Dow y otras empresas que participan del Codex impidieron acuerdos en ese sentido, protegidas por los gobiernos de USA.

La Comisión del Codex Alimentarius fue creada en 1963 por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su nombre en inglés) y la Organización Mundial para la Salud (OMS) para desarrollar normas alimentarias y reglamentos referidos a la alimentación.

La Comisión del Codex Alimentarius, integrada por organismos reguladores sobre la seguridad de los alimentos, lleva más de dos décadas tratando de resolver este tema. La delegación de USA que hasta el año pasado había obstruido todo acuerdo en favor del etiquetado, finalmente cambió de posición. No hay aún información oficial sobre las razones de este vuelco, aunque en el mundo cada vez hay más ciudadanos informados de los dañinos impactos de los transgénicos en la salud humana y en el ambiente, a partir de estudios en animales de laboratorio y últimamente en Canadá, en una investigación que se llevó a cabo con madres embarazadas que consumen maíz transgénico, donde se descubrieron vestigios de la proteína Cryab1 -una toxina insecticida del maíz transgénico- en la sangre de las madres y sus fetos.

En USA no se etiquetan los transgénicos, al contrario de lo que ocurre en Europa. Sin embargo, durante la cumbre anual que celebró el año pasado el Codex en Ginebra, la delegación de USA retiró su oposición al documento de orientación del etiquetado a los OGM, por lo que el acuerdo se convertió en un texto oficial del Codex.

De esta manera, cualquier país que etiquete los transgénicos ya no enfrentará la amenaza de una demanda legal de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto se debe a que las medidas nacionales adoptadas sobre la base de orientaciones y normas del Codex no pueden ser impugnadas como barreras al comercio.

Países de la región como Perú y Chile ya comenzaron a debatir las medidas, aunque en la Argentina de los K, medidas de este tipo, que sin dudas afectarían a los negocios de Monsanto, este tipo de cuestiones todavía pasan desapercibidas.

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