"Estamos condenando a la gente a no tener más opciones.
Este es el límite", sentenció Steiner al presentar el quinto informe sobre
las Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-5) este miércoles 6 en Río de
Janeiro, justo dos semanas antes de que comience en esta misma ciudad la cumbre
Río+20.
Por Fabiana Frayssinet
Un límite que debe establecerse para un mundo poblado en
2050 por 9.000 millones de personas, con el consecuente aumento de la demanda
de recursos, agua y energía.
Sin embargo, el mensaje completo "no es de
fracaso", matizó el jefe del PNUMA (Programa de las Naciones para el Medio
Ambiente), quien hizo un llamado urgente a los gobiernos, a las corporaciones y
a la sociedad civil a tomar conciencia del desafío que tiene la humanidad.
"Debemos hacer que los cambios ocurran", alentó.
Después de tres años de preparación, el informe producido
por 300 especialistas coordinados por el PNUMA advierte que, sin un cambio
urgente en el curso de la humanidad, varios límites críticos pueden ser
superados, desencadenando "cambios abruptos e irreversibles" en
"las funciones de apoyo a la vida en el planeta".
"Tratamos al planeta como si fuera inagotable y así
estamos como estamos hoy", analizó Steiner, al advertir que una
"economía verde", de bajo carbono, eficiente en el uso de recursos y
generadora de empleos, es "urgentemente necesaria".
Carlos Nobre, secretario de Políticas y Programas de
Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
de Brasil, fue el encargado de señalar esos límites "biofísicos"
críticos, dos décadas después de la primera Cumbre de la Tierra (Eco-92), que
ahora evaluará la Conferencia Mundial para el Desarrollo Sostenible (Río+20).
"En muchos aspectos ya pasamos el punto en que podíamos
implementar el futuro que queremos y en otros estamos muy cerca", alertó
Nobre, quien participó en la elaboración del informe GEO-5.
Los ejemplos de lo "abrupto e irreversible"
abundan en el documento que servirá de base para que la comunidad internacional
reaccione a tiempo, "ahora con pruebas científicas que dejan poco margen
de dudas".
Entre otros problemas severos, menciona el deshielo
acelerado del mar Ártico y el acelerado derretimiento de glaciares por el
recalentamiento global.
También subraya que los impactos de los cambios complejos ya
tienen consecuencias graves para el bienestar humano. En ese contexto se
refiere a las sequías prolongadas que, combinadas con presiones
socioeconómicas, afectan la seguridad alimentaria.
Los expertos resaltan el incremento de la temperatura global
promedio por encima de los límites razonables, que en algunos lugares ya tienen
efectos significativos en la salud humana, como es el caso de una mayor
incidencia del paludismo o malaria, o provoca el aumento del nivel del mar que
amenaza a pequeños estados insulares y a las costas continentales.
La mayor frecuencia y gravedad de episodios climáticos como
inundaciones y sequías, en un nivel inédito, impactan tanto en los bienes naturales
como amenazan la seguridad, agregan.
"Pérdidas significativas de biodiversidad atentan
contra el abastecimiento de servicios eco-sistémicos, que llevan al colapso de
diversas actividades pesqueras y a la desaparición de especies usadas para
fines medicinales", enumera además el informe.
El total de males fueron cuantificados en las 90 metas
ambientales establecidas. De ellas hubo "pocos o ningún avance" en
24, entre ellas en el combate al cambio climáticos, a los procesos de
desertificación y a las reservas pesqueras. Además fue observado un deterioro
en ocho metas, como el estado de los arrecifes de coral.
Pero no todas son noticias negativas, según el PNUMA, que
identificó avances significativos en cuatro metas: la eliminación de la
producción de sustancias que destruyen la capa de ozono y del uso de plomo en
combustibles, el acceso creciente a las fuentes mejoradas de agua y el aumento
de estudios para reducir la contaminación del ambiente.
En entrevista con IPS, Luiz Pinguelli, director del Centro
de Posgrado de Ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro,
consideró que la situación exige políticas públicas y cambios de
comportamiento, padrones y actitudes de las empresas y los gobiernos.
Para Pinguelli, quien es especialista en energía, entre las
buenas noticias está el logro de protocolos "eficientes", como el que
consiguió la disminución de sustancias nocivas para la capa de ozono en
refrigerantes para heladeras y aparatos de aire acondicionado.
En cambio, otro problema que subsiste es la emisión de
dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero. Hasta
80 por ciento del consumo de energía primaria en el mundo se da en la suma de
carbón, petróleo y gas natural, ejemplificó.
Por su parte, el colombiano Ernesto Gühl Nannetti, quien
también fue parte del equipo que elaboró el informe, entiende que "la mala
noticia primero, para seguir con la tradición", es el agravamiento de la
situación de "enfermedad económica del planeta".
La mayoría de los indicadores muestran la tendencia de
deterioro, dijo a IPS este experto que dirige en su país el Quinaxi, Instituto
para el Desarrollo Sostenible.
El informe se refiere a los perjuicios económicos
resultantes del cambio climático, que se estima hará disminuir en uno o dos por
ciento el producto bruto mundial hacia 2100 si se concreta el aumento de la
temperatura mundial en 2,5 grados.
"Si cruzamos esa línea, realmente las consecuencias son
impredecibles. Puede haber fenómenos complejos, no lineales, muy fuertes, que
alteren el clima del planeta con consecuencias inimaginables", alertó.
Gühl Nannetti añadió que preocupa la contaminación de los
océanos, con la consecuente desaparición de la pesca, de los corales y de la
biodiversidad.
Pero "tal vez por la crisis ambiental, cuyos problemas
y costos todos sentimos, se ha generado una conciencia mucho más grande en el
sector empresarial, en la comunidad civil y en los dirigentes políticos, aunque
a estos últimos todavía les falta involucrarse en el tema ambiental con más
énfasis", apuntó.
"Los líderes políticos son los que pueden darnos la
llave de la sostenibilidad en el planeta", concluyó.(FIN/2012)
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