Un total de 140 países miembros de
Naciones Unidas han aprobado durante el fin de semana en la ciudad suiza el
texto de un nuevo tratado, bajo el título de "Convención Minamata",
destinado a controlar las emisiones globales del mercurio al medio ambiente, poniendo
fin así a una semana de negociaciones que se prolongó hasta bien entrada la
noche del sábado 19 de enero. Este tratado es el primero de carácter
medioambiental y alcance global que la organización ha negociado en los últimos
diez años, y fue adoptado por consenso tras la reunión del Consejo de
Administración del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).
Los gobiernos participantes acordaron un total
de ocho puntos de trabajo, entre los que figuran la capacidad de las naciones
de almacenarlo de forma segura, reducir su uso a nivel social e industrial, y
concienciar sobre los peligros que acarrea el mercurio a la minería artesanal
del oro, que expone la salud de más de diez millones de mineros informales en
todo el mundo.
El mercurio, presente en toda la población
mundial a mayor o menor nivel, daña el sistema nervioso y renal de manera
permanente y puede afectar a las funciones del hígado y de la glándula
tiroides, entre otros problemas, provocando irritabilidad, temblores,
alteraciones de visión, pérdida de memoria e incluso problemas
cardiovasculares.
El acuerdo, logrado tras cuatro años de
negociación previa y menos ambicioso de lo que se había previsto en un
principio, deja a discreción de los países el control de las cantidades de mercurio
que se liberan en mares y ríos. La convención será suscrita oficialmente por
los gobiernos en octubre próximo en una conferencia internacional que será
celebrada en Japón.
AM/Red
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