sábado, 9 de marzo de 2013

Crianza natural, un movimiento que crece entre las mujeres y cada día tiene más adeptos

Está surgiendo con fuerza un movimiento entre las mujeres madres que cada día tiene más adeptos. Unos lo llaman crianza natural, otros, crianza con apego.

Está surgiendo con fuerza un movimiento entre las mujeres madres que cada día tiene más adeptos. Unos lo llaman crianza natural, otros, crianza con apego. Su particular revolución consiste en volver a lo orígenes en lo que a los cuidados de los bebés y los hijos se refiere. Conscientes de la vida llena de prisas que llevamos muchos padres, han levantado la mano para decir: un momento, por favor, aquí algo está fallando. Los niños no necesitan tantas cosas, no necesitan tantos juguetes, ni tantas actividades extraescolares. No desean tantos estímulos artificiales.

Los niños necesitan volver a ser niños y los padres volver a ser padres. Fuera los manuales, las terapias conductistas, cómo enseñarles a dormir, normas hechas para que el adulto no se estrese, aprendizajes fuera de su tiempo. Es una vuelta a la crianza de antes: dar el pecho sin prisas, sin horarios, dormir con los hijos cuando lo necesitas, darles muchos abrazos, muchos besos, decirles constantemente que se les quiere, educarlos con respeto y para que respeten. No se trata de no poner normas, se trata de establecer límites, que entiendan por qué se hacen las cosas pero sin gritos ni castigos físicos.

Tanto está calando el mensaje, que tiene a uno de sus principales impulsores en el pediatra Carlos González y cada vez proliferan más por la red blogs de padres/madres hablando y contando las numerosas ventajas de lo que defienden.

Por supuesto tienen detractores. Personas que opinan que están criando hijos sin límites, en exceso mimados. Ellos se defienden diciendo que no los malcrían, simplemente que respetan al niño como ser humano que es y, dentro de las posibilidades de entendimiento en cada edad, se dialoga y se llega a un pacto.

Pero esta tendencia arranca ya en el embarazo. Y si hay un punto conflictivo ése es el parto. Algunas asociaciones como www.elpartoesnuestro.es defienden una mayor humanización en los mismos y menos medicalización, es decir, dejar que sea la naturaleza la que vaya poco a poco dilatando sin presiones psicológicas o médicas (gotero de oxitocina). Por su parte, muchos médicos se defienden diciendo que los partos, por muy naturales que sean se pueden complicar y que la presencia médica se hace indispensable.

Bimba Bosé, modelo, DJ y cantante, tiene dos hijas. La primera, de 8 años, nació en un hospital. La segunda, de 3, en casa. Bimba forma parte de esa corriente que no desea que a la mujer se la trate como un ser sin capacidad para decidir sólo porque está teniendo unas fuertes contracciones. No está sola, cada vez hay más mujeres (y hombres) que apoyan la tesis de que los partos deberían ser más humanizados, dejar a la mujer caminar, ponerse en cuclillas cuando le viene una contracción. Posturas, todas ellas, mucho más naturales que estar tumbada que, por la ley de la gravedad, dificulta el trabajo de parto.

Acaba de publicar un libro, «Y de repente soy madre» (ed. Temas de Hoy) donde se sincera de una manera muy clara sobre cuáles fueron los sentimientos que tuvo durante la gestación, parto y crianza de sus hijas. Se considera, en el fondo como madre, una mujer clásica, tradicional. Pero para ella ser tradicional supone otras cosas que no son necesariamente lo que otros entienden.
Esto es lo que Bimba nos ha contado:

Al escribir este libro, ¿has descubierto partes íntimas que desconocías o, por el contrario, ya las tenías suficientemente incorporadas?

—He descubierto que he podido afrontar un reto más. El de escribir este libro a partir de mi experiencia propia junto con todo el equipo de Temas de Hoy. No considero que haya desvelado más cosas de mi intimidad, sino que me he reafirmado más quizá en cosas que ya tenía claras e incluso descartado otras que no me servían de nada...

— Sé que es difícil definirlo, pero ¿qué significa para ti ser madre?

—Es tener la oportunidad de crecer como persona, en todos los aspectos, emocional, social, laboral... es una motivación para dejar de hacer las cosas solo para uno mismo y poder hacerlas para el mundo.

— ¿Te consideras, a pesar de proyectar una imagen moderna, una madre tradicional?, ¿qué significado tiene para ti la palabra familia y quienes forman parte de ella?

—Me considero una persona de mi tiempo, con respeto por las tradiciones, la cultura, el ritual, la tierra, la rutina, el cambio y sobretodo con afán de tolerar todas las circunstancias que se me presenten. En definitiva, vivir la vida con ilusión e interés. Con disposición a sorprenderse y estando alerta a cualquier acontecimiento que pueda suceder.

Para mi la familia es la que uno escoge, la que uno va construyendo con los seres con los que mejor empatiza y con los que más se identifica. Además de la que uno crea en el caso de tener hijos, claro.

— ¿Cuáles son, desde tu punto de vista, los principales errores de nuestra actual legislación a la hora de permitir una conciliación a las madres trabajadoras?

—Más que remitirme a los errores de la legislación, que desconozco por completo, prefiero apoyar cuanto sea posible dando ejemplo. Es obvio que con mi profesión me puedo permitir conciliar con más facilidad que otras mujeres en otros puestos de trabajo. Pero es importante que en España se tome ejemplo de cosas que ya existen y que tienen éxito en otros países, es la única forma de verdaderamente progresar. Y la legislación se puede ir corrigiendo contemporáneamente, pero lo importante es actuar y permitir. Cuatro meses es muy poco tiempo para que una madre se recupere de un parto natural, imagínate de uno hospitalario... Es un tema que requiere mucha atención y quizá no se le presta la suficiente, por eso la legislación está tarada, porque está en manos de gente que no se compromete con lo que está tratando o porque no tiene suficiente relevancia, y hay otras prioridades antes que dejar que los que saben, se ocupen...

—¿Crees que las mujeres hemos sido un poco engañadas? Te digo esto porque en muchas mujeres-madre-trabajadoras está siempre latente el sentimiento de culpa. ¿Por qué crees que sucede? ¿Te has sentido alguna vez culpable por no cumplir como madre, con lo que tu instinto te decía?

—No tengo ni he tenido ese sentimiento y menos como madre.

—¿Qué valores quieres dejar a tus hijas como mejor herencia?, ¿cómo te gustaría ser recordada por ellas en un futuro cuando ya te hayas ido?

—Quiero darles las herramientas necesarias para que ellas construyan sus propios valores. Me gustaría educarlas en la libertad de pensamiento, en la tolerancia y en la diversidad de valores. Siempre con respeto y alegría. Me gustaría que me recuerden como soy sin idealizarme, sino tal cual soy.

—¿Crees, como opinan algunos, que la familia está en peligro?

—Los que están en peligro son nuestros hijos expuestos a un sistema educativo pobre y homogéneo. Impartido por funcionarios que deben cumplir objetivos y no por maestros vocacionales y flexibles que intuyen o se dejan sorprender. El sistema educativo está obsoleto, pero al igual que el gobierno, el matrimonio, la familia, esa es la verdadera crisis. Desde hace mucho tiempo no se revisa nada y todo está un tanto estancado. Fuente: www.abc.es

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