sábado, 17 de noviembre de 2012

Los animales también sienten


No son insensibles al dolor. Los animales sienten y padecen y hasta experimentan comportamientos y reacciones análogas a la pena o el placer.
Realidades constatadas desde hace tiempo que han llevado a que el derecho tenga en cuenta y regule el uso de animales (vertebrados, fundamentalmente) en la experimentación científica o considere y trate de limitar su padecimiento en el ámbito de la explotación industrial. Sin embargo, los avances en este campo muestran que el dolor toca a una variedad más amplia de especies animales además de a los vertebrados. Y que todavía queda por hacer en la transposición jurídica del «derecho de los animales».
Empezando por que se apliquen con menos timidez los textos legales vigentes o se defina con mayor claridad la sensibilidad animal al dolor. Ese es uno de los principales caballos de batalla de la Fundación francesa LFDA, «Derecho animal, ética y ciencia», y de las recientes jornadas celebradas en París en donde por primera vez y de manera multidisciplinar se abordó esta cuestión y el dilema ético entre el derecho del hombre a saber y experimentar y los derechos de los animales. Una de las principales conclusiones –apoyada por varios estudios– de este coloquio que reunió a neurobiólogos, etólogos y veterinarios, pero también sociólogos y juristas, es que la sensibilidad al dolor afecta a muchas y diversas especies.

A día de hoy el derecho europeo no es ajeno y varios textos precisan los límites legales de estas experimentaciones en laboratorio pero como afirma Georges Chapouthier, neurobiólogo del CNRS galo (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) y filósofo, «en materia de moral práctica, las soluciones jurídicas propuestas, por muy necesarias que puedan ser, no son, frente a cuestiones filosóficas de fondo, más que respuestas arbitrarias y parciales». Si a nadie escapa que la experimentación animal es indispensable para la salvaguarda y protección de la salud de millones de vidas humanas y también animales, desde su creación la LFDA milita por el desarrollo de protocolos alternativos que reemplacen test y pruebas de toxicidad y contribuyan, además, a reducir el número de animales utilizados. En Francia, se emplean cerca de 2,5 millones de ejemplares de laboratorio, principalmente para la medicina humana y veterinaria, la investigación y el desarrollo y la investigación llamada «fundamental», que abarca distintas disciplinas de la biología.

Para limitar el recurso al animal como cobaya, cada vez más se está promoviendo la formación ética de estudiantes e investigadores como también cambios en la reglamentación para mejorar los protocolos de experimentación que todavía usan a estos seres vivos en sus investigaciones.
Fte: proyectogeo

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